El alma de la toga ensayo
Enviado por sebastian_l001 • 15 de Noviembre de 2017 • Ensayo • 1.280 Palabras (6 Páginas) • 213 Visitas
El Alma De La Toga
Haciendo un análisis sobre este libro, tenemos que tener en cuenta que fue publicado en el año de 1919, en donde el escritor tenía una visión crítica sobre la profesión de abogado, el en su libro se enfrenta o propone como debería ser el abogado ideal cuales son las virtudes y comportamiento en el cual se debe a su profesión, no basta graduarse de abogado, no basta saber de leyes y su interpretación para enfrentar los dificultades en el camino, debe ir más allá de ser licenciado en derecho, debe tener una visión de toda la realidad social, económica, cultural y jurídica en nuestro momento histórico, sobre todo tenemos que sentir que somos humanos y esta condición nos hace creer en nosotros mismo para poder solventar los vaivenes de esta profesión, para conocer de derecho no solo hace falta conocer las leyes también tenemos que conocer la vida, teniendo siempre en cuenta que tenemos que ser provisorio, afrontar con serenidad nuestro trabajo, tener una visión muy amplia y saber llevar los sentimientos que puedan entorpecer nuestra función.
Con lo que nos ha dicho el autor, ya que, en perentoria cuerpo abogado y cuerpo Lic. En Derecho no es lo mismo; pero de igual forma hay muchos abogados que a pesar de ejercer una profesión "digna", se han encargado de darle una mala reputación a ésta, y es por eso que a mi parecer tipos así tampoco merecen cuerpo llamados abogados. Nos ofrece el jurista Ignacio Burgoa es “el abogado es una especie de jurisprudente, que se vale de la sabiduría para patrocinar, dirigir y asesorar a las partes contendiente en un litigio ante el órgano jurisdiccional del Estado que deba resolverlo. No podemos Llegar a pensar que todo está perdido, pero, debemos encontrar esa fuerza dentro de nosotros que nos impulsa a seguir adelante y de no ser encontrado o como nos dice Ángel Osorio, cuando se tengan dudas, en ese momento se debe cambiar de oficio, “La Justicia no es fruto del estudio sino una sensación” Actualmente el sentido de la justicia de muchos abogados se ha visto nublado, porque en nuestra sociedad capitalista lo que importa es el dinero, no lo que en realidad es justo, equitativo, bueno y prudente. Como la fiscalía capturo a “Luis Gustavo Moreno director de anticorrupción, por pedir dinero a cambio de ayudar al gobernador de córdoba”, esto viene sucediendo mucho cuando un abogado acepta un caso, es porque está defendiendo una causa justa, y éste deberá hacer todo lo moralmente y todo lo que dentro de lo justo cabe, para defenderlo. Pero me pregunto yo, ¿quién decide lo que es moralmente correcto y lo que no? Y aquí es donde entra otra cosa importante que nos menciona el autor, "Abogado que sucumba al qué dirán, debe tener manchada su hoja de servicios con la nota de cobardía”. Tenemos que estar siempre correctos en nuestra labor debido que lo que el cliente nos comenta es o cuenta algún suceso del caso no se puede ir revelando a todo el mundo, es que el abogado al aceptar un caso se presume que es por una causa justa; y en lo personal yo opino que si al abogado se le confía algún secreto que diga que el cliente es totalmente culpable mejor deje el caso, sin tener que revelar el secreto y no defender una causa que no es justo, pero también teniendo en cuenta que no debemos tergiversar la ley a nuestro favor. Aunque también este libro nos hable sobre los abogados pasantes nos explica lo que tiene por obligación leer los periódicos, comentar las gracias y agradecimientos y disputas sobre gritos la política sino la de mostrarse al Abogado tal cual es y facilitar que le vean sus pasantes. No hay lecciones orales, ni tácticas de dómine, ni obligaciones exigibles, ni sanción. Si bien se mira, existe una fiscalización del pasante hacia su maestro, pues, en puridad, este se limita a decir al otro. "entérese usted de lo que hago yo, y si lo encuentra bien, haga usted lo mismo". Por eso el procedimiento de la singular enseñanza consiste en establecer una comunicación tan frecuente y cordial cuanto sea la defensa de los pobres una función de asistencia pública, como el cuidado de los enfermos menesterosos. El Estado no puede abandonar a quien, necesitado de pedir justicia, carece de los elementos pecuniarios indispensables para sufragar los gastos del litigio. Mas para llenar esa atención no hace falta, como algunos escritores sostienen, crear cuerpos especiales, ni siquiera encomendarla al ministerio fiscal. Los colegiados de Abogados se bastan para el menester, lo han cubierto con acierto desde tiempo inmemorial, y debieran tomar como grave ofensa el intento de arrebatárselo la ley para nuestro beneficio o bueno para el del cliente pero, el sentido de el buen desempeño de la abogacía es algo que se ha ido perdiendo, donde la chicana puede que en ciertos casos no sea tan mal visto como en otros. Pero pues eso ya va en la voluntad del abogado. Yo, muy sinceramente, haría una chicanearía. Pues creo en mi cliente y si estoy representando una causa justa me gustaría ver como la justicia verdaderamente prevalece. El Abogado no tiene sexo. Así como suena. Es decir, tenerle sí que le tiene y naturalmente, no le está vedado usar de él. Pero en su estudio y en relación con las mujeres que en él entran, ha de poner tan alta su personalidad, de considerarla tan superior a las llamaradas de la pasión y al espoleo de la carne, que su exaltación le conduzca a esta paradoja: el abogado es un hombre superior al hombre. Esto lo digo en el caso de que a un Abogado le toque alguna mujer muy atractiva como cliente. El abogado debe ver el atractivo del caso y no el de la dama. En pocas palabras, la mujer, con el sexto sentido que tiene, se convertirá, aparte de nuestra pareja, en nuestra mejor consejera en nuestros casos. Por eso recomiendo que exista entera comunicación del Abogado hacia su mujer. Para que un abogado sea exitoso debe de ser dedicado a su profesión con amor y que para esto se necesita que todos aquellos que son abogados no sean corruptos porque debido a esta las demás personas que nos rodean no tachan como unos corruptos que solo robamos pero realmente no todos somos iguales hay diferencia entre los abogados y nosotros como licenciados debemos de hacer le honor a nuestra toga y sentimos orgullosos de portarla y decir que somos otra personas no como los demás no lo demuestran tachando al abogado como un corrupto y también analiza lo que es un abogado, en el sentido en el que realmente debemos hacer en nuestra carrera y rechazar todo lo malo que hay también, como lo son todos los actos de corrupción los chantajes, la falta de ética profesional, para que no caigamos en esos actos que lo único que hacen es manchar la reputación de todos los abogados y de la carrera. Ya que creo que es uno de los mensajes que nos quiere dar Ángel Osorio con este libro,
...