El erotismo sacrílego en “Misa negra” de José Juan Tablada
Enviado por Frederick Castillo Sánchez • 15 de Mayo de 2017 • Monografía • 1.966 Palabras (8 Páginas) • 1.594 Visitas
El erotismo sacrílego en “Misa negra” de José Juan Tablada
Por: Frederick Castillo Sánchez
Pocos son los poemas que han causado tanto revuelo en su sociedad, “Misa negra” fue uno de ellos, su fama la debemos principalmente por razones sacrílegas y desafiantes a las normas morales de una sociedad altamente católica, como lo es la población mexicana. José Juan Tablada desafió a esa sociedad moral a una corta edad pues publica “Misa negra” con tan sólo veintidós años.[1]
Antes de comenzar a analizar el poema es necesario revisar el contexto del arte y la literatura en general. “Misa negra” fue publicado en el diario El país en 1893, cuando José Juan Tablada era director de la sección literaria del mismo.[2] Las ideas modernistas eran adoptadas por distintos poetas en México y gran parte de la América hispanohablante. A pesar del auge de estas ideas, la comunidad intelectual en México era sumamente pequeña, el bajo porcentaje poblacional culto encerraba a los artistas en pequeños círculos donde los mismos artistas eran quienes consumían las obras de sus colegas. En ese contexto se encuentra una “lamentación del artista por la falta de comprensión e indiferencia por parte del público carente de sensibilidad y de conocimientos”.[3] Estas frustraciones de los artistas los impulsaron a seguir la propuesta de Baudelaire, poeta francés y base para el movimiento modernista en Latinoamérica.
El modernismo rompió los paradigmas literarios y exploró nuevas formas de creación, en su mayoría propuso nuevas formas métricas y jugó con el ritmo, pero estos no fueron las únicas propuestas que este movimiento artístico nos ofreció, nuevas temáticas en la poesía se exploraron.
“Misa negra” contiene entre sus versos un tema polémico para la sociedad católica mexicana, Tablada compara el deseo sexual con el ritual católico de la misa. “Misa negra” se produce entonces bajo una desesperación de la sociedad intelectual y los círculos de artistas, debido al poco interés de la población en el arte. El poeta de manera poco inocente desafía, a través de la moral, una sociedad altamente religiosa, inculta y analfabeta, a leer poesía.
A pesar de la censura y escándalo que provocó “Misa negra”, Tablada también fue apoyado por distintos escritores mexicanos, lo cual desembocó en 1898 en la creación de la Revista Moderna[4], la cual proponía ser un espacio sin censura y de libertad para los escritores. Esta nueva etapa en la vida del joven poeta desembocó en la publicación de El florilegio en 1899, el poemario, en su primera edición, contaba con 33 poemas y se dividía en tres partes: “Gotas de sangre”, “Poemas exóticos” y “Hostias negras”.[5] Donde Baudelaire fue una gran influencia en la poesía de Tablada, como afirma Lenina M. Méndez: “el poeta francés fue una de las mayores influencias que tuvo Tablada en la producción de estos primeros poemas”.[6]
Dentro de “Hostias negras” se incluía el poema “Misa negra” el cual era acompañado con varios poemas de temática similar, donde el erotismo y lo sagrado se unen, a pesar de que varios críticos argumentan que “Misa negra” se puede apreciar como un elemento de un conjunto poético en “Hostias negras”, en este texto me centraré hablando solamente del poema como elemento autónomo.
El poema cuenta con diez estrofas de cuatro versos, con métrica eneasílaba. En él, Tablada utiliza distintos elementos religiosos y los lleva a un campo íntimo y erótico, el ara, el perfume incensario, la salmodia, entre otros, se transforman en piezas del ambiente amoroso entre la voz poética y su amada.
“El fundamento de la estructura estilística del poema «Misa Negra», se construye desde el nivel semántico, sostenido por dos campos léxicos principales que permiten la configuración de las posibilidades de lectura: Cuerpo y religión.”[7]
El contraste entre el cuerpo, visto desde una perspectiva erótica, y los ritos religiosos provoca dos alternativas de lectura, si bien, el acto amoroso es elevado a lo espiritual y sagrado, o la imagen divina es llevada a un plano terrenal, es decir, lo divino se acerca al hombre a tal punto, que se refleja en un tema tabú y pecaminosos como es el erotismo. Tablada, al igual que otros de sus contemporáneos, se inclina por la segunda opción.
Una de las imágenes más claras que nos brinda José Juan Tablada se aprecia en la penúltima estrofa, en sus dos últimos versos: “/y hacer el ara de tu pecho/ y de tu alcoba la capilla…/”[8], el ara es el elemento central en las misas, y la voz poética desea convertir el pecho de la mujer en el sagrario, en el segundo verso, el yo poético anhela transformar la alcoba en una capilla. Tablada juega con los elementos tanto religiosos como corporales y genera así un ambiente íntimo entre sus versos, logra plasmar el deseo con los contrastes y metáforas.
Tablada se apoya en otras herramientas para generar esa atmosfera dentro del texto, los elementos sensoriales tal vez lleguen a pasar desapercibidos en una primera lectura, pero son primordiales que lo componen. En los elementos visuales se pueden apreciar el contraste de los colores que maneja el poeta, “…nos introduce a un mundo de colores y claroscuros en donde la luz actuará como agente esencial”[9]. Además del juego de luces que “Misa negra” nos ofrece, también se aprecia un contraste más fuerte entre los colores y a su vez un simbolismo detrás de ellos: “/El corazón desangra herido/”[10], el rojo es el primer color que resalta en ese juego claroscuro de la luz, el rojo de la sangre, junto al corazón se utilizan como una imagen del dolor, la pena y la pasión incontenible del amante. El otro color que resalta es el dorado: “el oro brilla”[11] nos dice el tercer verso de la cuarta estrofa, es ahí también donde se juntan elementos sagrados, el poeta habla del incienso característico de los rituales cristianos y católicos, a su vez nos habla del sagrario, que en la religión católica es el lugar donde se guarda la ostia que simboliza la carne de Cristo.
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