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Estructura De La Misa, Sus Elementos Y Partes


Enviado por   •  4 de Julio de 2011  •  2.509 Palabras (11 Páginas)  •  3.470 Visitas

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CAPÍTULO II Acerca de la estructura de la Misa, sus elementos y sus partes (Numerales 27 a 90)

I La estructura general de la Misa (Numerales 27 y 28)

27. En la Misa o Cena del Señor, el pueblo de Dios es convocado y reunido bajo la presidencia del sacerdote, quien obra in persona Christi para celebrar el memorial del Señor o sacrificio eucarístico

28. La Misa consta de dos partes: la Liturgia de la Palabra y la Liturgia Eucarística, las cuales están tan estrechamente unidas “que constituyen un solo acto de culto”, Además hay algunos ritos que inician y concluyen la celebración.

II Diversos elementos de la Misa (Numerales 29 – 45)

29. La lectura de la Palabra de Dios y su explicación. Cuando se leen las Sagradas Escrituras es Dios quien habla a su pueblo y es Cristo presente quien anuncia su Evangelio. Por eso la lectura de la Palabra de Dios es un elemento de máxima importancia y su más plena inteligencia se favorece en la homilía, que “viene así a ser parte de la acción litúrgica”.

30. Las oraciones y otras partes que corresponden al sacerdote. El primer lugar lo ocupa la Plegaria Eucarística que es la CUMBRE de toda la celebración. Vienen en seguida las tres oraciones “presidenciales”: colecta, sobre las ofrendas y después de la Comunión. El sacerdote las dirige a Dios en nombre de todo el pueblo santo y de todos los circunstantes.

31. También le corresponde hacer algunas moniciones previstas y puede, donde las rúbricas lo autoricen, adaptarlas, pero conservando el sentido y la brevedad de las moniciones que se proponen en el Misal. Además le está permitido introducir a la Misa, a la Liturgia de la Palabra, antes de las lecturas, de la Plegaria, del Prefacio y de la despedida.

32. Las partes presidenciales deben pronunciarse con voz clara y alta y mientras las dicen todos deben callar.

33. Algunas veces hace oraciones en su propio nombre y se dicen en secreto; como la de preparación para la lectura del Evangelio.

34. Otras fórmulas que ocurren en la celebración. Por su carácter comunitario existen diálogos entre el celebrante y los fieles; así como aclamaciones de gran importancia.

35. Lo anterior constituye participación activa que deben observar los fieles.

36. Se recomienda especialmente por la participación activa de los fieles: el acto penitencial, la profesión de fe, la oración universal y la Oración del Señor.

37. En las otras fórmulas: a) Algunas poseen por sí mismas el valor de rito: el Gloria, el salmo responsorial, el Aleluya o el verso antes del Evangelio, el Santo, la aclamación “de la anámnesis y el canto después de la Comunión. b) Otras acompañan algún rito: los cantos de entrada, al ofertorio, a la fracción (Cordero de Dios) y a la Comunión

38. Las maneras de pronunciar. Hay textos en voz alta sean del sacerdote, del diácono, del lector o de todos y debe responder a la índole del respectivo texto, a la índole de cada lengua y a la naturaleza de cada pueblo. En las rúbricas y en las normas los verbos “decir” y “pronunciar” debe entenderse de acuerdo con lo expuesto.

39. Importancia del canto. San Pablo incluye el canto expresamente en la liturgia primitiva (Col. 3,16); por eso San Agustín anota: Cantar es propio del que ama; y los antiguos cristianos tenían un proverbio: quien canta bien, ora dos veces.

40. Téngase en gran estima el canto en la Eucaristía; aunque no siempre es necesario, hay que cuidar que no falte en los domingos y en las fiestas de precepto. Se prefiere el canto en aquellas partes en las que el celebrante y el pueblo lo hacen al unísono.

41. Dése el primer lugar al canto gregoriano, que es el propio de la liturgia romana. No se excluya la polifonía con tal que sea conforme con la acción litúrgica y favorezca la participación de los fieles. Conviene que se sepa cantar en latín algunas melodías fáciles.

42. Gestos y posturas corporales. Deben tender a que con ellos resplandezca el decoro y la sencillez. La uniformidad de las posturas, que deben ser observadas por todos los participantes, es signo de la unidad de los miembros de la comunidad cristiana congregados para la sagrada Liturgia: expresa y promueve, en efecto, la intención y los sentimientos de los participantes.

43. Los fieles están de pie desde el inicio hasta la colecta; en el Aleluya y el Evangelio; en el credo y en la oración de fieles; además desde la invitación Oren, hermanos hasta el fin de la Misa excepto lo que se dice más abajo

En cambio estarán sentados durante las otras lecturas, la homilía, el ofertorio y el silencio después de la Comunión.

Estarán de rodillas durante la consagración; pero los que no se arrodillen para la consagración, que hagan una inclinación profunda mientras el sacerdote hace la genuflexión. Esta inclinación puede reemplazarse también por genuflexión.

Donde existe la costumbre de arrodillarse para cuando el sacerdote muestra la hostia e invita a comulgar, es laudable que se conserve.

Para conseguir esta uniformidad en los gestos y en las posturas en una misma celebración, obedezcan los fieles a las moniciones que hagan el diácono o el ministro laico, o el sacerdote, de acuerdo con lo que se establece en el Misal

44. Entre los gestos se cuentan las procesiones: de entrada, al Evangelio, al ofertorio y a la Comunión, durante las cuales se cantan los correspondientes cantos.

45. El silencio: es parte de la celebración: en el acto penitencial y después de la invitación de orar, es para reflexionar dentro de sí; después de las lecturas y de la homilía es para meditar en lo que se ha escuchado; y después de la comunión es para dar gracias. Por otra parte, hay que guardar silencio en la iglesia y en la sacristía.

III Cada una de las partes de la Misa (Numerales 46 – 90)

A) Ritos iniciales (Numerales 46 – 54)

46. Tienen tres sentidos: exordio, introducción y preparación; su finalidad es reunir a los fieles y disponerlos para escuchar la Palabra de Dios y celebrar la Eucaristía.

En algunas ceremonias que se unen con la Misa, o se omiten, o se realizan de modo especial.

47. Entrada: Estando el pueblo reunido avanza el sacerdote con los ministros y se da comienzo al canto de entrada, cuya finalidad es cuádruple: abrir la celebración, promover la unidad, introducir en el misterio que se celebra; y acompañar la procesión de entrada.

48. Se canta de diversas maneras: o alternando (entre cantor o cantores y pueblo); o todo el pueblo; o sólo

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