El laberinto: un enigma en la literatura borgeana
Enviado por Salamanca97 • 16 de Mayo de 2016 • Monografía • 1.606 Palabras (7 Páginas) • 350 Visitas
El laberinto: un enigma en la literatura borgeana
En el siguiente trabajo se intentará realizar un acercamiento al símbolo del laberinto, el cual aparece en algunos cuentos del argentino Jorge Luis Borges. Este símbolo no aparece de la misma forma, y en la mayoría de los casos, se le proporciona al lector claves diversas para que consiga un acercamiento al significado al tiempo que consiga una de las múltiples interpretaciones. Borges nos suministra algunas claves de la misma manera que da otras para lograr penetrar en el significado del laberinto que constituye su significado, llegando a utilizar de forma recurrente otros símbolos al punto de crear un lenguaje propio.
Sabemos que Borges a lo largo de su vida, sufrió un sueño recurrente el cual le causaba una angustia inconmensurable, dicho sueño trataba de aquello que veía en medio de la bruma, un cuarto cerrado sin ventanas cuya salida era una puerta que comunicaba a un cuarto de las mismas características, lo cual se repetía indefinidamente. No obstante, había una luz en que reflejaba un laberinto sin fin el cual recorría sin cesar hasta que despertaba angustiado.
El laberinto aparece en los cuentos Borgianos en la década del 40. Emir Rodríguez Monegal, un crítico uruguayo estudioso de la obra de Borges, cree que la atracción de Borges por el símbolo del laberinto se debe a que el lugar es contradictorio en el sentido que da pie a un interés ya que es una construcción que oculta y aprisiona, lo cual da a entender que a pesar de ser una construcción hecha por el hombre, parece un monumento divino, a lo cual resulta interesante señalar que los personajes de Borges, se encuentran prisioneros en su propio laberinto.
En Borges, lo fantástico se encuentra fuertemente enlazado a la literatura. El mundo que presenta en la mayoría de sus cuentos, es un ambiente caótico como se puede visualizar en “La lotería de Babilonia” lo cual deja un desatino puesto que, estos laberintos aparecidos en su obra pueden ser temporales. El laberinto será entonces, el origen de acontecimientos como el caos mundial y la prisión que encierra el alma. Sin embargo, puede decirse que algunos de los laberintos aparecidos en los cuentos borgeanos, poseen un núcleo central que quizá pudiese simbolizar el inicio de la vida humana ya que el objeto del hombre es llegar al centro del mismo, lo cual no tiene sentido ya que en encaminados en este rumbo, si se llega al centro, se adquiere la capacidad absoluta del entendimiento, y el entendimiento absoluto sería morir . Tal vez, al momento de llegar al centro, finalmente se adquiere la comprensión total, lo cual resolvería las innumerables preguntas de la vida, lo cual significaría que la comprensión posee poca validéz puesto que la vida se acaba como aparece en el poema “Laberinto”:
No habrá nunca una puerta, Estás adentro
Y el alcázar abarca el universo
Y no tiene ni anverso ni reverso
Ni externo muro ni secreto centro.
No esperes que el rigor de tu camino
Que tercamente se bifurca en otro,
Tendrá fin. Es de hierro tu destino
Como tu juez. No aguardes la embestida
Del toro que es un hombre y cuya extraña
Forma plural da horror a la maraña
De interminable piedra entretejida.
No existe. Nada esperes. Ni siquiera
En el negro crepúsculo de la fiera (Borges)
Como podemos ver, existe una clara analogía del laberinto con la existencia humana, de igual manera, la estructura secuencial de un libro nos puede sugerir que el mismo nos conduce a alguna parte, a la comprensión, o al descubrimiento de un secreto bien guardado, pero en realidad solamente nos lleva al silencio o a la lucidez, es decir, nos lleva a un círculo vicioso que es una repetición sin fin, lo cual es equivalente o similar a la muerte.
En el estilo de Borges es interesante no solo la aparición del símbolo y su recurrencia sino también la estructura del cuento, el juego literario, la forma de crear la intriga, ya que el autor siempre pretende crear un ambiente dinámico en el sentido que la interpretación del mismo es bastante subjetiva, he ahí el papel importante que juega el lector, puesto que indirectamente se le otorga la reestructuración de la historia. También es dinámico en el sentido de que siempre puede irse corrigiendo, dice Borges en “Las versiones homéricas” que un texto definitivo pertenece solo a la religión o el cansancio.
Cuentos como “El laberinto” y “La lotería de Babilonia”, proponen complejos juegos mentales que resultan ser inquietantes y metafísicos, ya que proponen al lector que sea involucrado en el mismo en el momento en el cual empieza a asumir un rol. Para Borges, un libro es u hecho estético que tiene la doble dimensión de escribirse y leerse.
Una vez analizados los cuentos anteriormente mencionados, se dice que la base principal de Borges para la inclusión del laberinto en su obra, es el mito griego donde el rey cretense Minos, ordena la construcción de un laberinto para esconder al hijo que su mujer habría engendrado con un toro. Teseo acaba matándolo con la ayuda del hilo que otro personaje mitológico, Ariadna, le proporciona. Es el final del Minotauro. Esta leyenda es, posiblemente, consecuencia de la cultura cretense, que había practicado el culto al toro y que había construido, por otra parte, palacios intrincados como el de Cnosos. Borges aprovecha los símbolos que le aporta la tradición haciendo de esta figura un símbolo muy personal y ello es porque, gracias al laberinto, le resulta más fácil expresar su propia visión de la existencia humana.
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