El odio y el desprecio
Enviado por ninoskalaloca • 2 de Mayo de 2014 • Ensayo • 551 Palabras (3 Páginas) • 376 Visitas
algún momento, Argentina tendrá que plantearse cómo superar el odio y el desprecio. El filósofo alemán Arthur Schopenhauer reflexionó sobre la diferencia entre ambos sentimientos, estableciendo que el desprecio implica una infravaloración del otro, mientras que el odio suele fermentar en el reconocimiento de virtudes del ser odiado.
Siguiendo al autor de El mundo como voluntad y representación , el desprecio surge de una valoración totalmente negativa, mientras que el odio involucra un reconocimiento que resulta intolerable. Se desprecia aquello en lo que no se reconoce nada positivo, mientras que se odia aquello que contiene elementos insoportablemente valorables.
De la grieta que divide a los argentinos, emanó odio y desprecio. Cristina parece despreciar a quienes la odian y odiar a quienes la desprecian. Mientras que algunos opositores y críticos la desprecian, por considerarla un factor negativo, hay quienes la odian porque le reconocen (y le envidian) capacidad de decisión, energía política, voluntad de poder, osadía, protagonismo y un talento oratorio y escénico que muestra al resto de los dirigentes (opositores y oficialistas) como mediocres actores de reparto.
Los mismos sentimientos se ven en el llano de las dos Argentinas enfrentadas. Negligentes y brutales, siempre se desnudan al pie de las columnas de opinión. El odio opositor se expresa en comentarios que insultan a la Presidenta y la califican con adjetivos que evidencian un resentimiento agrio y oscuro.
A su vez, los “cibercomentaristas” del kirchnerismo muestran dos ramas: la legión que cobra desde arcas oficialistas por atacar a los que escriben opiniones críticas, y los que vomitan aborrecimientos por simple fanatismo. Los que cobran escriben comentarios cargados de desprecio, porque el objetivo es menospreciar al atacado. Los otros evidencian un odio tan tóxico y viscoso como el de los que insultan a la Presidenta.
Ni la dirigencia kirchnerista ni la opositora parecen percibir que ningún otro problema es más grave. Nada puede ser más peligroso para una sociedad que su fragmentación en facciones que se aborrecen.
Fondo y forma. Hay una oposición netamente economicista, que desprecia el modelo económico kirchnerista por considerarlo una ficción condenada a eclosionar. Esta oposición no se pronuncia en temas como derechos humanos y apoyo económico a universidades y actividades artísticas, entre otras cosas, sino que al modelo político le cuestiona la agresividad, como si fuera una cuestión de modales.
En este terreno opositor, sobran los gurúes económicos que vaticinan cataclismos y en el pasado respaldaron otros modelos no menos ficcionales y dañinos. También está Mauricio Macri y un sector de la dirigencia radical.
Pero hay otra oposición que, aun adhiriendo a muchas políticas kirchneristas, se considera
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