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El olor a la pobreza


Enviado por   •  26 de Diciembre de 2020  •  Documentos de Investigación  •  1.568 Palabras (7 Páginas)  •  743 Visitas

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[pic 1]El olor de la pobreza. Mario Vargas Llosa, escritor. Liceo TAJAMAR[pic 2]

Realidad Nacional

M. Cecilia Quinteros A.

Hace tres años, en un viaje por tierra de Lima a Ayacucho, paramos en medio de una pampa, en lo alto de la Cordillera, en una aldea donde había un pequeño puesto de policía. Le pedí al  oficial que  me permitiera usar  su baño. "esde lue!o, doctor", me dijo, muy amable. "#uiere usted miccionar o  defecaarr$$"". .L Lee repuse que lo primero. %u curiosidad era acad&mica porque el "baño" del puesto era un corral'n a la intemperie donde micciones y defecaciones se confundían entre nubes de moscas y una pestilencia de v&rti!o.

(ste recuerdo me ha acompañado sin tre!ua mientras, tap)ndome a ratos las narices, hojeaba las *++ p)!inas de un reciente informe publicado por las aciones -nidas titulado "Ms all de la escasez! poder, pobreza  la crisis #undial del agua" . (l prudente título y la fría y neutral prosa burocr)tica en que est) redactado no impide que este etraordinario estudio, inspirado sin duda en la sabia concepci'n de la economía y el pro!reso de Amartya %en //un

economista que no cree que el pro!reso consista en estadísticas//, estreme0ca al lector enfrent)ndolo con tanto ri!or como crude0a con la realidad de la pobre0a y sus horrores en  el mundo en que viviimos. La  investi!aci'n que han llevado a cabo 1evin 2at3ins y su equipo  debería ser de consulta obllii!atoria para todos quienes quieren saber lo  que son el subdesarrollo econ'mico y  la mar!inaci'n social en t&rminos pr)cticos y  los abiismos que separan a estas sociedades

de las que han alcan0ado ya medios y altos niveles de vida.

e esta lectura, la primera conclusi'n a la que lle!o es que el objeto emblem)tico de la civili0aci'n y el pro!reso no son el libro, el tel&fono, 4nternet ni la bomba at'mica, sino el ecusado. 'nde vacían su veji!a y sus intestinos los seres humanos es el factor determinante para saber si est)n todavía en la barbarie del subdesarrollo o han comen0ado a pro!resar. Las consecuencias que tiene en la vida de las personas este hecho simple y trascendental son verti!inosas. La tercera parte de la poblaci'n del planeta //unos dos mil seiscientos millones de personas//, cuando menos, no sabe lo que es un ecusado, una letrina, un po0o s&ptico, y hace sus necesidades, como los animales, al pie de los )rboles, junto a arrooyyoos y mannannttiiaalleess,, o eenn bboolsas y latas qquuee arroja een meddio de la calle. 5 unos mil millones utili0an para beber, cocinar, lavar la ropa y su hi!iene personal, a!uas contaminadas por heces humanas y animales. A ello se debe que por lo menos dos millones de niños mueran cada año de diarrea y que enfermedades infecciosas, como c'lera, tifoidea y parasitosis, causadas por lo que el informe llama eufemísticamente "carecer de acceso al saneamiento", devasten enormes sectores de 6frica, Asia y Am&rica Latina y sean la se!unda

causa de la mortalidad infantil en el mundo

(n un importante barrio de airobi, 1enya, llamado 1ibera est) !enerali0ado el sistema de los llamados "inodoros volantes", bolsas de pl)stico que la !ente utili0a para hacer sus necesidades y que lue!o arroja por los aires a la calle 7de ahí el apodo8. (sta pr)ctica motiva que el nivel de enfermedades infecciosas en el barrio sea altísimo. Aquellas !olpean sobre todo a los niños y a las mujeres. 9or qu& a estas$ 9orque como son ellas las que se ocupan sobre todo de la limpie0a ho!areña y del acarreo del a!ua est)n m)s  epuestas que los hombres  al conta!io

(n haravi, un sector populoso de la ciudad de  :umbai, en la 4ndia, hay un solo ;)ter  por cada <.**= personas, y en la estaci'n de las lluvias el a!ua que inunda las calles convierte a estas en ríos de ecrementos. La abundancia del líquido elemento es, en este caso como en el de muchas ciudades del

tercer mundo, una tra!edia, porque, dadas las condiciones de eistencia, el a!ua, en lu!ar de ser la vida, es muchas veces el instrumento de la enfermedad y la muerte.

5, sin embar!o, parad'jicamente, el problema del a!ua, inseparable del saneamiento, es acaso el principal que mantiene a los hombres y mujeres prisioneros del subdesarrollo. Los datos del informe son concluyentes. Cuando tienen a!ua, se trata por lo !eneral de a!uas servidas, que acarrean toda clase de bacterias y males que los enferman y matan, pero, en la mayoría de los casos, la pobre0a condena a los pobres a una sequía que es todavía m)s catastr'fica para su salud y sus posibilidades de mejorar sus condiciones de vida. -na de las demostraciones m)s chocantes de la investi!aci'n es que los pobres pa!an mucho m)s cara el a!ua que los ricos, precisamente porque los pueblos y barrios donde viven carecen de instalaciones de a!ua y desa!>e y tienen que comprarla a a!uateros o servicios comerciales pa!ando precios eorbitantes. Así, por ejemplo, los habitantes de los barrios pobres de 5a3arta 74ndonesia8, :anila 7?ilipinas8 y airobi 71enya8 "pa!an entre @ y <= veces m)s por unidad de a!ua que aquellos de las )reas de in!resos altos de sus propias ciudades y m)s de lo que pa!an los consumidores de Londres o ueva 5or3". (se precio desi!ual del a!ua hace que el += de los ho!ares m)s pobres de (l

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