“El perfume historia de un asesino” del autor Patrick Süskind

_LA BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD _

“Quien dominaba los olores…

Dominaba el corazón de los hombres.”

En el libro “El perfume historia de un asesino” del autor Patrick Süskind.

El personaje principal es Jean Baptiste Grenouille, quien posee un sentido del olfato tan sensible, que le permite percibir todos los olores del mundo.

Él no despide ningún olor, por ello es víctima de rechazo desde su nacimiento.

Ésta no es la historia de un asesino. Sino al contrario, es la historia de un hombre que lucho desde la infancia y que escaló posiciones sociales hasta llegar a convertirse en un reconocido perfumista capaz de crear perfumes con nuevos olores para la humanidad. Perfumes y fragancias tan poderosas que al usarlas le otorgan a Grenouille, el poder de pasar inadvertido o inspirar simpatía, amor y compasión al mundo entero.        

El 17 de julio         de 1738 en la ciudad de Paris, Francia.

Nació Jean Baptiste        Grenouille. Quien es rechazado por su propia madre, y abandonado al cuidado de unos monjes, prácticamente desde su nacimiento. Pues ninguna nodriza quería conservarlo más de dos días. Ya que decían, que el bebé mamaba por dos, y alimentar a un único lactante no era rentable. Además se afirmaba que Grenouille estaba poseído por el demonio, puesto que no olía a nada y no despedía ningún olor. Poco después, el niño fue entregado a madame Gaillard, ya que aceptaba a niños de cualquier edad y condición, siempre que alguien pagara su hospedaje. Y como nadie más quería cuidar de él, el padre Terrier pagó por adelantado.

En ese lugar los niños más grandes, intuyeron que Grenouille era distinto y les infundía miedo. Así que se unieron e intentaron varias veces asesinarlo, pero fue en vano. Con el tiempo; al crecer Grenouille, todos solían apartarse de él y evitaban cualquier tipo de contacto con él. Debido a que le tenían miedo porque no podían percibir  su olor, simplemente les molestaba su presencia.

Esto, sin duda marcó la vida Grenouille, ya que desde su más tierna infancia, fue un niño que no recibió amor de ninguna manera. Careció de atención y afecto. Grenouille era inmune al temor, era solitario e introvertido y no tenía amigos con quienes jugar, no se relacionaba socialmente con nadie, y tenía problemas de habla. Su primera palabra la dijo hasta los 4 años de edad, y aprendió a hablar mediante olores y aromas.

No hubo quien enseñara a Grenouille valores morales o éticos. Por lo que no conocía lo que era la justicia, la conciencia, la alegría, la responsabilidad, la humildad, la gratitud, la empatía, el amor, etcétera.

Muchas veces cuando Grenouille no regresaba a casa por toda la noche, y duraba días enteros sin aparecer; al volver, sufría de duros castigo que consistían en agresión física y violencia. Aun de esta forma no mostraba ni la más pequeña expresión de dolor. Pues, durante la historia de  Grenouille explica la razón de esta extraña situación. Donde relata, como siente nacer por primera vez, al percibir olfativamente la fragancia que despide el cuerpo de aquella muchacha de la Rue des Marais

A los ocho años de edad, el convento de         Saint-Merri suspendió sus pagos         anuales, por lo que madame Gaillard llevo a Grenouille al taller de Monsieur Grimal donde lo dejó a su suerte.

Durante muchos años Grenouille se dedicó a descubrir nuevas formas de preservar los aromas, sabía que aromas mezclar para crear olores nuevos y exquisitos.

Cuando Grenouille asesinaba a alguna jovencita; no lo hacía con malicia alguna, nunca las toco con otro fin, que no fuera obtener su fragancia. Él ni siquiera se percataba de las mataba. Tampoco sabía qué hacía algo incorrecto, simplemente quería obtener y preservar su fragancia natural. Grabar su perfume en la negrura confusa de su alma misma, y vivir oliendo las estructuras internas de las fragancias. Grenouille no conocía la felicidad; pero, con estas fragancias, se sentía completamente feliz. A través de esto, logro saber quién era él en realidad. Y pudo sentir que su vida tenía un sentido, una meta y un alto destino. Tenía que ser un creador de perfumes. Pero no uno cualquiera, sino el perfumista más grande de todos los tiempos.

Grenouille tenía un objetivo. Y éste era “vivir” sentirse vivo. Ser notado ante los demás no como una persona, ni como un demonio. Sino que quería ser amado con todo el corazón,  ser alabado como a un ángel o como un Dios.

Su intención era crear una fragancia tan poderosa, que mediante a ella, lograría dominar al mundo. Para ello, diseñaría un perfume que contuviera delicadeza, fuerza, variedad y una belleza abrumadora e irresistible.

Se aisló durante siete años enteros en una caverna de una montaña para alejarse de todo olor humano, pues era un martirio constante para su nariz. Fue aquí donde él mismo descubrió y afronto duramente que no despedía ningún olor. Buscó desesperadamente en vano su propio aroma. Pero, al resignarse y justificar porque no podía olerse a sí mismo, bajo de la montaña donde se encontraba y fue allí cuando el marqués de la Tailla de-Espinas seque en Pierrefort sometió a Grenouille a un experimento científico, donde mejoraron su salud y cuidaron de él.

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