El retrato de Dorian Gray anàlisis

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 El retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde

El retrato de Dorian Gray escrita por Oscar Wilde fue una obra literaria publicada en 1980 por la editorial Lippincott’s Monthly Magazine en forma de cuento, agregando más capítulos y terminó siendo publicada como libro la cual se publicó bajo el nombre original de The Picture of Dorian Gray. Su idioma primitivo es el inglés y dicha obra pertenece al subgénero fantástico y novela gótica, además es considerada una de las últimas obras clásicas de la novela terror gótica. Cabe decir que el libro causó controversia al ser publicado por primera vez ya que Oscar Wilde era un hombre casado que mantenía una relación con un varón que tenía las mismas características que Dorian, lo que desembocó en acusación por sodomía y encarcelado por dos años.

El capítulo I se desarrolla en el estudio de Basil donde su amigo Lord Henry aprecia el retrato de un joven extraordinariamente bello. Lord Henry como sugerencia le dice a Basil que tal retrato debería estar en la próxima exposición de arte de Grosvenor a lo cual Basil reniega y no acepta, pues argumenta que ha puesto demasiado de él en el retrato, que lo siente tan suyo, algo que según él sólo pueden sentir los pintores con sus obras maestras. Lord Henry se caracteriza por su ácido sarcasmo y lo toma como pura pretensión del pintor. El capítulo se desarrolla generalmente en el descubrimiento de Dorian Gray es un joven de 17 años que vive en Londres, el cual es el modelo del maravilloso retrato que Basil está haciendo al cual le despierta una gran curiosidad a Lord Henry el cual se encuentra ansioso por conocerlo, por el contrario, Basil es muy celoso de las personas a las que quiere y por ello no quería decir su nombre argumenta que siente una renuncia a una parte de él. Lord Henry insiste en saber el nombre del joven y además quiere conocer la historia del chico. El pintor comienza a describir la reunión que tuvo con Lady Branden en donde conoció a Dorian, él comenta que al dar media vuelta se percató de la presencia de Dorian la cual le hizo sentir un singular terror, se dio cuenta de la personalidad física que poseía el chico y que lo cautivó al instante, una especie de influencia se apoderó de él y no quería irse de la reunión sin antes conocer al joven de bellísimas facciones. Salió del salón para recuperarse de las sensaciones que le causó la presencia de Dorian y al volver se topa con Lady Branden la cual comienza a presentarle a una serie de altezas como si fuera su mejor amigo. Después de una serie de cordiales saludos se cruza frente a Dorian, Basil piensa que hubo una conexión tan grande como sí los dos estuvieran destinados a conocerse. Lady Brandon le presenta al chico como “Un encantador muchacho” y ella se equivoca al decir el instrumento que toca el joven Dorian y los tres sonríen. Basil intuye que eso fue de las cosas que detonaron para comenzar la amistad don Gray. El relato que está describiendo Basil sale fuera del tema y Lord Henry comienza a hablar de las amistades y las enemistades y como las clasifica. Enseguida de ello Lord Henry vuelve al tema del joven Gray y dice que quiere conocerlo, a lo que Basil se niega rotundamente puesto que para él Dorian es no más que un motivo de arte y no quiere que el venga a cambiar esa maravillosa actitud subversiva de Dorian, pues encuentra encantadora la forma en que hablan en el estudio, en que lo mira, en el placer de estar frente a él y sobre todo esa delectación que experimenta al tener la posibilidad de pintarlo. Lord Henry recuerda en que escuchó el nombre de Dorian Gray en casa de su tía Agatha pero que ella no le habló de la extraordinaria belleza del chico, pues para él las mujeres no saben apreciar la belleza; por lo menos las mujeres honestas. El capítulo concluye con una suave confrontación por no querer Basil que Lord Henry conozca a Dorian, pero repentinamente el joven llega al estudio y Lord Henry comienza a reírse por tal casualidad. Por último, Basil le advierte a Lord Henry que no trate de influenciarlo de ninguna manera, pues sería catastrófico que esto sucediera con la sencillez que tiene Dorian.

En el capítulo ll entra Lord Henry en el estudio donde Dorian se encuentra tocando el piano y él sin percatarse hace un comentario caprichoso de que se ha aburrido de simplemente posar, cuando se da cuenta de la nueva presencia se sonroja y pide disculpas, Basil los presenta y Lord Henry comienza a hablar de la tía Agatha como primer cercanía hacia él. Basil directamente le dice a su nuevo visitante de una manera sutil que si puede irse del estudio porque necesita terminar el retrato a lo que Lord Henry pregunta a Dorian si es necesario. Este niega la petición de Basil y ruega que se quede, Lord Henry de manera indirecta trata de hacer sentir mal a Basil argumentando que sí tiene que irse (para que este le ruegue). Finalmente Lord Henry se queda y comienza a hablar de la mala influencia que le atribuye Basil. La influencia, según Lord Henry, es como dar la propia alma a quien se influye y comienza a dar una breve explicación sobre ello, de las maneras en que se influye, en que se convierte la persona y como evadirse de ella. Dorian dice que pare, al parecer se encuentra confundido con todas las palabras de Lord Henry. Esto crea un ambiente de tensión entre los tres, pero Lord Henry decide continuar la charla después de unos minutos. Dorian se cansa de estar de pie en la tarima para ser pintado y decide tomar un poco de aire fuera del estudio donde Lord Henry comienza a hablar sobre lo que significa la juventud para él y trata de influirlo en un cambio de decisión, pues como filosofía principal de la juventud para Lord Henry es que cuando esta se pierda y uno se convierta en viejo la vitalidad de la vida se habrá perdido, verá que los triunfos acabaron y se quedará sólo con el dulce sabor del recuerdo, además, lo incita a vivir los placeres prohibidos como método de vivencias continuas para no desaprovechar la juventud y sacarle provecho, pues para él ésta es tan breve. Dorian se queda pasmado con las palabras de Lord Henry e internamente caen en un debate existencial donde comienza a cuestionarse cómo ha vivido, como ha valorado su juventud y sobre todo si se ha aprovechado de ella y su belleza. Basil termina el retrato y lo muestra a ambos personajes, Lord Henry aprecia e idolatra la obra, por su lado Dorian se queda profundamente pensativo como si después de la charla con Lord Henry un secreto se haya revelado y el retrato tuviera que ver con él.  Dorian comienza a decir que es demasiado triste ver el retrato y ser dueño de él, pues mientras él envejece, el retrato quedará vital aún con el paso de los años, desearía que fuera lo contrario y dice una frase que en el transcurso de la lectura se vuelve realidad: “¡Sí fuese yo quien permaneciera siempre joven y el retrato envejeciese! ¡Por esto… por esto, lo daría todo! ¡Sí, no hay nada en el mundo que no diera! ¡Daría hasta mi alma!” esto desemboca en una “bendición” que le ocurre a Dorian, pues con el transcurso de la historia pareciera como sí esta petición  fuera tomada en cuenta por algo mágico y se volviera realidad, ya que Dorian no envejece físicamente, por el contrario, el retrato es al que se comienzan a ver el paso del tiempo como sí tuviera vida propia. Cabe decir que los actos y pecados que va cometiendo Dorian el retrato los va resintiendo y guardando, convirtiéndose poco a poco en un ser completamente horrendo. Dorian comienza a sentir celos de todo aquello que nunca muere, como el retrato y poco a poco comienza a odiarlo, Basil por un momento pretende destruirlo para que no arruine la amistad entre los tres, pues Lord Henry quiere tenerlo para él y está dispuesto a pagar lo que sea. Dorian se interpone en las dos decisiones, cedérselo a Lord Henry o desbaratar la obra. Prefiere quedárselo y adopta una nueva postura donde comienza a apreciarlo. Después del incidente del retrato quedan Lord Henry y Dorian para asistir al teatro.

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