El señor de las moscas. Me queda una sensación de sorpresa
Enviado por Eduardo Sandoval • 23 de Mayo de 2016 • Reseña • 534 Palabras (3 Páginas) • 218 Visitas
Meza Sandoval José Eduardo
Estado, sociedad y Derecho.
El señor de las moscas
Me queda una sensación de sorpresa. Una sensación desagradable en la boca. Y es provocada por la consciencia de cómo el ser humano puede llegar a límites tan marcados del salvajismo si se hace de lado el raciocinio, y, por tanto, las normas. Quiero destacar que esas normas se fueron perdiendo con el tiempo, con el desuso, porque aún en los primeros capítulos el autor deja claro cómo, si bien no existe una sanción, si se toman como normas por lo menos morales para la convivencia de los niños, un malestar preinstalado en la mente de los pequeños humanos ocasionado por la ejecución de malas acciones para con los demás. Las normas, me queda ahora bastante claro, son necesarias para poder regular la conducta humana exterior, sería imposible coexistir sin ellas (ocupo la palabra coexistir a propósito, porque en el libro se pierde la existencia de dos seres humanos a causa del miedo, uno, y la “superviviencia”, otro). Me he quedado reflexionando también qué pasaría si la situación que el autor plantea en esta obra ficticia se trajera a la realidad. Es decir, de alguna forma, la caracola fue por un tiempo lo más cercano que tenían a una constitución, un objeto físico que aunque no tenía ni establecía norma escritas, podría tomarse como un derecho consuetudinario; y dado que en determinado momento el grupo de Jack deja en segundo plano el uso de la caracola, me pregunto qué pasaría si determinado grupo de mexicanos dejara de tomar como reguladora de a conducta a la Constitución. Es claro que la fuerza del Estado intentaría reprimirlos, pero, y ¿si no bastara? También me he quedado pensando en cómo podría aplicarse el simbolismo de Señor de las Moscas en la vida real, algo que provoque confusión y miedo en los humanos, que represente la malicia: quizá, y solamente quizá, sea la religión quien desempeñe ese papel en la vida real: infunde miedo y nubla el raciocinio de los humanos.
Respecto a los formatos del Señor de las Moscas, la película me parece muy buena, de hecho, excelente, puesto que se apega a lo descrito en el libro y permite imaginar de una manera más fiel cómo era el modo de vivir de los niños. Por otra parte, el libro a veces me dejaba vacíos: me desorientaba la manera de escribir del Golding, puesto que, a mi percepción, en ocasiones pierde el hilo, o se pierde describiendo los paisajes y dedica mucho menos letras a describir con detalle las situaciones importantes, como la danza en la que matan a Simon. Debo aclarar que vi la versión de 1963, no sé qué tanto se apegue la nueva versión de la película al libro.
En general, me ha dejado considerando ciertos elementos del derecho, cómo se aplica en la sociedad, su imprescindibilidad e importancia. Además de ciertas cosas inherentes a los humanos, como el miedo, la envidia, los celos y el rencor, que, si no contáramos con normas jurídicas que imponen un castigo y que la mayoría de los componentes de la sociedad conocemos, nos llevarían a una isla salvaje como modelo de sociedad, donde seríamos nada más que eso: salvajes.
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