Ensayo De Don Quijote De La Mancha (Capitulos 1-5)
Enviado por NiriaGomez • 8 de Mayo de 2014 • 1.062 Palabras (5 Páginas) • 6.310 Visitas
“En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo…” (Cap. I, pág. 27), esta frase es una de las más relevantes, a mi parecer, y representativas de esta obra literaria de Cervantes, la cual abre una maravillosa historia que comienza con este humilde hidalgo en un pequeño lugar de la mancha, que en comparación con el resto del mundo, hace ver su existencia insignificante.
En primer lugar, quisiera hablar sobre cada uno de los capítulos de manera organizada, para no perder el sentido de la obra, y en cuanto a las conclusiones, hablare de una manera más generalizada, ya que es más fácil para mí expresar lo que deja la obra en conjunto.
El primer capítulo, “Que trata de la condición, y ejercicio del famoso y valiente Don Quijote de la Mancha”… (Cap. I, pag.27), en sí, habla sobre este hombre de 50-60 años, de complexión delgada y un tanto debilucha, llamado Alonso Quijano, de posición social hidalgo, por lo tanto vivía de recursos económicos correspondientes a la clase media.
Este hombre vivía en su hacienda, con su sobrina, el ama de llaves y un mozo, además de viejo galgo y su caballo a quien después llamaría “Rocinante”, su primer y famoso compañero de aventuras de la obra. Este hidalgo en sus ratos libres de oficio disfrutaba de leer muchos libros sobre caballería, tal fue su gozo que este pasaba días y noches enteras releyendo y memorizando aquellas frases célebres, vendió terrenos de sembradíos para poder comprar más libros, solía delirar y añorar aquellas aventuras que le faltaban vivir, el pobre había perdido el juicio.
Podría calificar este capítulo como el nacimiento del Quijote, explica su transformación social y psicológica del hidalgo a Don Quijote de la Mancha, el significado del nombre tanto suyo como el de su fiel compañero de cuatro patas Rocinante, y el de su fiel y desconocida señora Dulcinea del Toboso.
El segundo capítulo, “Que trata de la primera salida que de su tierra hizo el ingenioso don quijote”… (Cap. II, pag.34), me parece un tanto cómico, inusual y subnormal la manera en que el quijote se armó de sus pertenencias, literalmente, creando una armadura improvisada, que más tarde no le ayudaría en nada, algunas de sus viejas armas, su rocín, Rocinante, bien montado y armado de valor sale a las afueras sin decir una palabra, ni una despedida para su hacienda.
Cansado de largas horas de caminata y varios versos dedicados a su Dulcinea del Toboso, se topó frente a una venta donde a la puerta se encontraban dos prostitutas, pero para el valiente (y para mí y un tanto infantil) Don quijote de la Mancha el lugar se veía como todo un castillo de lo más fino y referente a la realeza, con todo y sus torres, fosa, puente levadizo y unas hermosas doncellas a la puerta recibiéndolo con gran honor.
Al intentar conmoverlas con halagadoras frases de caballeros andantes, estas mujerzuelas al principio huyen dentro de la venta al no entender el mensaje, después de bofan en su particular manera de hablar y el ventero tampoco sabe que pensar sobre él. Una
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