Ensayo De El Alquimista

El alquimista

“Cuando una persona desea realmente algo, el universo entero conspira para que pueda realizar su sueño” frase muy relevante de la novela de Paulo Coelho “El alquimista”, que hace que las personas reflexionen de lo que en realidad quieren lograr con su vida, que debemos aprender a escuchar lo que el corazón nos trata de decir, aprender a descifrar un lenguaje que va mas allá de las palabras para ver lo que los ojos no pueden ver y que nos demos cuenta que el único imposible para poder cumplir tu sueño es el miedo al fracaso.

¿Pero Santiago realmente interpreto bien las señales que le estaba poniendo el universo para llegar a cumplir su “leyenda personal”? o ¿Acaso el universo no le puso señales a Santiago?

El libro habla sobre un muchacho llamado Santiago, quien decidió seguir la vocación de pastor, pues para él las ovejas eran animales interesantes y sentía que podía aprender mucho de ellas. El aprendió a leer con libros viejos, pues siempre cargaba uno de ellos en su bolsillo, y cuando lo terminaba lo cambiaba por otro, para no leer siempre el mismo.

Un día caminando por su país natal España, se detuvo en una tienda para cambiar su libro que ya había terminado por uno nuevo. Transcurriendo la noche Santiago se encontraba caminando por un valle del cual sobresalía una vieja iglesia que se veía abandonada y destruida ya que tenía el techo caído y un enorme sicomoro en la pared; cansado decidió dormir bajo las rocas de la misma y a la media noche se despertó alterado, pues había tenido un sueño muy extraño, en el cual había un niño le decía que había un tesoro enterrado en las pirámides de Egipto.

Santiago tomo a sus ovejas y se marcho buscando a alguien que le ayudara a descifrar su sueño, llego a un lugar donde se encontró con un rey que nadie conocía, después de un rato platico con él tomando como tema su sueño. El rey convenció a Santiago de que hiciera realidad su sueño, y le tomo confianza ya que le hablo de historias que leyó en libros y además vio que tenia oro en su pecho y pensó que solo los reyes lo podían tener y claro las ganas y ambiciones por poseer dicho tesoro también dominaba la mente de Santiago; pero él sentía una gran tristeza, pues él decía que para ir a Egipto tendría que vender sus ovejas. Dicho rey saco una bolsa y le pago cincuenta monedas de oro por sus ovejas, dándole después dos piedras: “Tumim y Urim” las cuales significan “si y no”, y al poco rato de obsequiarle las piedras desapareció el rey.

Al cruzar África Santiago se albergo en un bar, donde pidió al cantinero que lo llevara a Egipto, cuando de repente apareció un hombre que se hizo pasar por un guía, pero este solo le robaría sus monedas de oro. Desesperado y triste Santiago vagó por la ciudad y conoció a un hombre que le ofrecería trabajo como vendedor de cristales, ahí aprendió muchas cosas que le enseño el mercader al que también le conto toda su historia y llego a confiar en él y le dijo que su sueño era llegar a la Meca pero no quería ir porque no le gustaría desilusionarse pero le dijo que su Leyenda Personal era diferente a la suya y que él si debía seguir su sueño; consiguiendo mucho dinero decidió partir con una caravana en busca de su sueño personal.

En la expedición por el desierto conoció a un lector ingles “alquimista” que no

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