Ensayo Del Libro "la Edad De La Punzada"

LA EDAD DE LA PUNZADA

XAVIER VELASCO

Introducción

En esta obra, el autor nos cuenta las hazañas de Xavier, un niño consentido, hijo de padres entre liberales y conservadores, que está empeñado en volverse todo un rufián (como el mismo lo dice). El relato comienza justo cuando el protagonista se convierte en el “campeón” del Instituto al ser el primer alumno en reprobar 11 materias al hilo. Pero lejos de preocuparse por su destino escolar, su mente está concentrada en esconder las calificaciones el mayor tiempo posible para que nada pueda impedir que sus sueños se hagan realidad, y por fin pueda conducir esa flamante moto que tanto había deseado tener.

Conforme avanza la historia, los problemas de Xavier se van incrementando y no sólo eso sino que su deseo de meterse en problemas (y la mala influencia de sus amigos) lo llevan a vivir historias tan terribles que lo único que puede hacer es reírse a carcajadas de nervios, de miedo, de gozo, de felicidad. Xavier vive eternamente enamorado de mujeres que llenan su mente de miles de historias de película, en las que él siempre es el galán y ellas mueren por estar en sus brazos; sin embargo, la realidad es otra muy distinta y siempre termina lamentándose porque no lo pelan. Y justo ahí descubre que su peor enemigo es, precisamente, él mismo. "En resumen, un monstruo me domina y yo soy ese monstruo."

La edad de la punzada es un relato divertido, que a más de uno nos recordará aquellos momentos de nuestra vida, donde buscábamos desafiar las reglas y empezábamos a conocer la realidad.

Desarrollo

Xavier está esperando a que le entreguen calificaciones. Va en segundo de secundaria y detesta el ritual de la entrega pública de boletas. Sobre todo ahora, cuando es llamado en primer lugar para avisarle que no sólo ha reprobado todas las materias sino que, además, acaba de romper un nuevo récord: oficialmente es el peor alumno de la escuela, el peor de todos los tiempos.

Eso a él poco le importaría si no fuera porque faltan contados días para su cumpleaños catorce. Tiene que encontrar la forma de que sus padres no se enteren antes de que le den la prometida motocicleta de regalo

A partir de ese momento, la vida del protagonista va dando giros de lo cómico a lo trágico con mucho drama de por medio. Él ha descubierto que tiene una falla sistémica en su voluntad. Por más que se propone hacer ciertas cosas, por más que intenta estudiar para sus exámenes, por más que se aboca a poner atención en las clases, le es imposible concentrarse (lo cual me es muy familiar).

Para colmo, el Simón Bolívar es una institución lasallista, de inspiración religiosa y, lo peor de todo, sólo para varones. Está preso en un instituto que es la peor de sus pesadillas.

No sólo están sus deficiencias en el ámbito académico, también son claros sus problemas de socialización. Se junta con pocos y son lo más bajo en la cadena alimenticia, la mala influencia permanente. Junto con ellos, se meterá en más problemas que cualquier otro, como cuando raya la pared de la escalera insultando a El Bóxer, el director de la secundaria, o como cuando es descubierto como el autor de La oda a la gonorrea.

Por su casa las cosas mejoran casi de inmediato. Poseedor de una moto más potente que la de cualquier otro, se junta con una pequeña pandilla para los que tampoco puede haber muchos calificativos virtuosos. Pero, en contra de lo que dice Alicia, su madre, no es que ellos sean mala influencia sino que Xavier debe serlo para ellos. No por nada le ha dado un trancazo en la nuca a uno de los niños menores o les ha lanzado bombas Molotov desde la azotea de su casa para luego esperarlos parapetado con su rifle.

Sea cual fuere el contexto, el protagonista sigue adoleciendo el mismo problema: desea a muchas mujeres, a muchas vecinas, a muchas fantasías, pero es incapaz de hablarles. Quizá la motocicleta sea una solución. Lo es en una primera instancia, cuando consigue que Mina se suba a sus espaldas. El problema es que pronto descubrirá que lo que ella quiere es el vehículo. Claro está que todos sus amigos se burlarán de él por ser incapaz de darle un no por respuesta a una bella dama.

Algo similar pasará con Sheila, una vecinita que conoció en una de las tantas fiestas del vecindario que acudía, pese a que logrará ser su amigo, el problema es que ella sólo quiere eso y a él no le resulta atractivo para nada; luego de haber tratado de convencerla con un fracasado “y si lo intentamos”, que también fue motivo de burlas y chistes por parte de su pandilla, decidió olvidarla y seguir con sus fantasías donde Sheila regresa a él totalmente arrepentida, y suplicando de rodillas una oportunidad para poder convertirse en la madre de sus hijos.

Así continúa la historia de Xavier, un chico problemático como muchos, lleno de sueños e inquietudes que sólo intenta terminar la secundaria y ser una mejor persona, tener unos cuantos amigos y tal vez una novia.

Por fin y a duras penas logra terminar la secundaria, aunque no logró entrar en la preparatoria que su madre hubiese querido, no por que no haya pasado el examen de ingreso, sino porque en LaSalle no admiten alumnos con materias adeudadas. Aun así, su padre le compra su primer coche, que es nada más y nada menos que un flamante auto último modelo de color amarillo que sin duda provocaría la envidia de muchos. Sin embargo y para felicidad de Xavier, pudo ingresar a una preparatoria también de régimen lasallista,

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