Ensayo "Demian", De Hermann Hesse, Con Una Perspectiva Orientada En Los Apuntes" La Poética De Dostoievski" De M.Bajtín

Emil Sinclair refleja una crisis personal, quizás la del mismo Hesse; su historia es la de un joven desgarrado entre dos mundos: su ordenada vida burguesa, luminosa y parsimoniosa y un caótico mundo de sensualidad, oscuro e intrigante. Los dos mundos muchas veces se confunden y se entrelazan con el fin de ir desarrollando cuestiones que nos atañen a todos como las contradicciones de la vida, la armonización de los opuestos, la dualidad bueno-malo, el absurdo de los absolutos, entre otros temas trascendentales que nos inducen a comprender que “el cambio empieza por uno mismo”. Las páginas del libro son un entramado llevado a cabo a través del tratamiento de la dualidad simbólica entre Demian, el personaje soñado, y su homólogo en la vida real, Sinclair, en el cual el autor se luce como intérprete de las pasiones que nos invaden y que determinan nuestra personalidad. El recorrido del protagonista incita a la búsqueda de nuestro auténtico “yo” a través del rechazo de lo preestablecido. Ya en la introducción Hesse señala: He sido un hombre que busca y lo soy aún, pero no busco en la estrellas ni en los libros, comienzo a escuchar las enseñanzas que mi sangre murmura en mí. MI historia no es agradable, no es suave ni armoniosa como las historias inventadas; sabe a insensatez y a confusión, a locura y a sueño, como la vida de todos los hombres que no quieren mentirse a sí mismos.

¿Todo está pensado? ¿Lo único que nos queda por descubrir se encuentra en el exterior del hombre? ¿La dualidad en equilibrio no es un estado más sincero que vivir sumidos a conceptos absolutos como Dios, amor, alma o eternidad? La compleja tarea de pensar e interpretar por uno mismo, desprejuiciadamente, es a lo que nos empuja la obra. Su narrativa nos demuestra lo que está más allá de lo aparente, en lo profundo del ser humano; se podría decir que de manera psicoanalítica se nos muestra el camino que Sinclair recorre para dejar de mentirse a sí mismo. Los personajes componen porciones de realidades de su mente, que fuera suyo constituyen los guías de su camino. Demian era su ideal (su dios sincero, sin prejuicios), no obstante, Kromer, Pistorius y Eva representan imágenes de recuerdos o de un ser interior, que consciente e inconscientemente edifican (equilibran) lo que posteriormente, constituirá el nacimiento y crecimiento de una nueva persona. Esto lo logra no de forma estrictamente racional se podría decir, sino de manera dialéctica, pero este diálogo es consigo mismo. Aquí se reconoce una característica propia de la sátira menipea: el dialogo socrático. En la base del discurso de Hesse se encuentra la noción socrática acerca de la naturaleza dialógica de la verdad y del pensamiento humano. “El método dialógico (en este caso de los varios personajes que confluyen en Sinclair) de la búsqueda de la verdad se opone al monologismo oficial que pretende poseer una verdad ya hecha, se opone también a la ingenua seguridad de los hombres que creen poseer algunas verdades”(Bajtín). Ese diálogo interno de Sinclair, no es una simple introspección, es una lucha con uno y con el exterior: con los preconceptos, con la religión, el amor, la felicidad, la amistad. “La combinación orgánica del diálogo filosófico, alto simbolismo y fantasías es el rasgo notable de la menipea.”

Todo este caos se presenta en forma de opuestos aparentemente no integrables. Las relaciones entre los distintos elementos de la obra según una visión de Todorov, son en función de una búsqueda personal. La naturaleza de los dos mundos es excluyente, y por lo tanto, a pesar de pertenecer especialmente al mundo luminoso Sinclair se encuentra contrariado, pues algo de él vive ya en lo oscuro. Esta yuxtaposición de planos de la realidad es lo que Bajtín marca como “factor fantasía”, característica que destaca el carácter polifónico del texto. Proporciona medios mágicos importantes para llevar a cabo su transformación. Un claro ejemplo de esto es el episodio en que de forma misteriosa Kromer deja de acechar a Sinclair por intervención de Demian. A partir de esto el protagonista huye de todo ese desconcierto, refugiándose en su núcleo familiar, huyendo también así de aquello que lo había salvado, que lo empujaba a la renovación, al cambio, a la independencia. Yo pertenecía por supuesto al mundo luminoso y recto, era el hijo de mis padres, pero donde quiera que tendiese mi vista o mi oído, encontraba siempre lo otro, y yo mismo vivía también en aquel otro mundo, aunque muchas veces me pareciese extraño e inquietante y acabase siempre por infundir miedo y enturbiar mi conciencia. (…) rescatado por una mano amiga corrí hacía el regazo de mi madre.

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