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Ensayo El Jurista Y El Simulador Del Derecho


Enviado por   •  17 de Marzo de 2014  •  1.493 Palabras (6 Páginas)  •  354 Visitas

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Es deber de todo profesionista evidenciar a todo aquel que ostente, finja como tal y esté muy lejano de serlo, ya sea por si comportamiento poco ético o por su poca preparación académica. Quien omita la reacción a tales acontecimientos incurre en el detrimento de la actividad misma e impide el desarrollo del conocimiento humano. En el ejercicio de la profesión nos toparemos con quieres de una forma menoscaba trate de incurrir en actividades mal vistas por la ética profesional y por la moral externa provista.

Ante la necesidad de definir la obtusa en el conocimiento y en los actos que deben ser el autor Ignacio Burgoa Orihuela da origen a la obra El jurista y el simulador del derecho.

Misma obra condena los actos del simulador para su oportuna identificación. Además advierte de los perjuicios que trae el simulador a la sociedad y al ejercicio y desarrollo propio de la Ciencia Jurídica.

Al ser El Jurista y el Simulador del Derecho una obra que protege, de los vicios del supuesto profesionista, la actividad del abogado es de esperar que Burgo Orihuela de una idea propia de lo que debe ser un abogado. Las primeras páginas coinciden en que el abogado debe ser un individuo libre, auténtico, verás, con valor civil, honesto, con profundo sentido de la justicia y conocedor del Derecho.

Hablando de libertad en términos de ejercicio da respuesta a la misma que el abogado debe tener al elegir a qué clientes representará ante los órganos públicos. En cambio, cuando el abogado se encuentra laborando en el sector público o privado se verá obligado a defender los intereses del organismo donde trabaje. En dicha situación, el abogado deja de serlo por que no tiene la libertad de elegir dónde se ubicará su patrocinio y si puede o no hacerlo. Pasa a ser parte del grupo asalariado, manipulando el Derecho, con el fin de acatar las indicaciones del patrón.

Además el jurista deber ser auténtico, defendiendo y siendo fiel a sus ideas. Nunca será abogado aquel que valla en contra de lo que siente o piensa. Por tanto, sus acciones no deben ser contra de sus pensamientos. La autenticidad se revela en un comportamiento acorde a lo que piensa y se siente, dicho por el autor.

Sin dejar pasar la veracidad, confirmamos su existencia en las características del jurista cuando se llevan a cabo la realización del pensamiento que se tiene como correcto. El abogado que cree firmemente en el pensamiento como verdad jurídica intenta darle vida a ese pensamiento, por tanto, es digno portador de la virtud de la veracidad.

Otra de las características expresadas por el autor Burgoa Orihuela dadas al abogado es el valor civil. Entiéndase por valor civil a la disposición constante de la lucha contra la justicia. El abogado real, es defensor de la lucha por el valor civil. Quien carezca de valor civil, sin importar el conocimiento que tenga no pasará de ser un cobarde erudito; pero nunca abogado.

La corrupción es uno de los vicios característicos del simulador y nunca del abogado. La corrupción es una corriente constante en las actividades del simulador, el abogado es auténtico, la corrupción no tiene cabida. La honestidad debe ser la que impulse el accionar del abogado.

Como complemento de las bien dichas virtudes del abogado, más no del simulador se encuentra como último el amplio sentido de la justicia. Aquel que entienda la responsabilidad que esto implica debe verse no como el defensor de los intereses de un particular, si no como un individuo que contribuye al correcto dinamismo de la sociedad. Por tanto, es muy pertinente por parte de Burgoa Orihuela afirmar que “El cultor del Derecho no sólo tiene que atender a la problemática individual, sino abocarse a las cuestiones sociales, ya que es un servidor de la sociedad.”

Quién podría negar que el individuo que no posee la libertad, la autenticidad, la veracidad, el valor civil y la honestidad, no merece la distinción de abogado; sino más bien la deshonra del calificativo de simulador. Sin embargo, existe una última característica y no por ello menos importante; el conocimiento y constante estudio de la Ciencia del Derecho. Aquel que no tiene los conocimientos suficientes y pertinentes del Derecho le será imposible ejercer, de manera responsable y con un alto sentido ético, la profesión de abogado. Luego entonces, resulta más que evidente que el simulador es un tipo inmerso en su ego y en su profunda ignorancia, tanto del Derecho como de cualquier otra disciplina. El Licenciado en derecho que desempeñe la profesión de abogado deberá tener por lo tanto

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