Ensayo "El extranjero" Existencialismo
Enviado por Citlali_mn • 13 de Febrero de 2017 • Ensayo • 1.378 Palabras (6 Páginas) • 767 Visitas
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SAN LUIS POTOSÍ,
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN.
ENSAYO:
“EL EXTRANJERO”
De Albert Camus
Citlali Martínez Narváez
Materia: Escrituras
Maestra: Lizy Navarro Zamora
Tema: Existencialismo
El pensamiento hace a las personas libres, sin libertad no hay existencia. Cuando se comienza a cuestionar mucho esta situación en cierto momento puede caer en lo absurdo y perder sentido racional de la vida.
Sartre (máximo exponente del existencialismo) define el existencialismo de la siguiente manera: “El hombre puede ser definido con base en dos posibilidades. En la primera, el ser es concebido antes como esencia y luego como existencia, es decir, está configurado desde antes de su nacimiento por una serie de conceptos preestablecidos que ya definen lo que es. Sería el caso de suponer una existencia de Dios, el cual crea la esencia del hombre antes de que éste exista”
En esta novela llamada “El Extranjero” se puede apreciar a la perfección el existencialismo. Hace énfasis a la crisis y esta obra presenta a un personaje de nombre Meursault, quien a lo largo de la novela siente incertidumbre y angustia frente a su existencia, se presenta simplemente indiferente ante todo y todos.
La filosofía que encarna este personajes es la idea de no hay un Dios que resguarde y guie, sino, que este deberá regir su vida desde sí mismo, estableciendo sus propias leyes. En la última parte del libro, se encuentra: “¿No tiene usted, pues, esperanza alguna y vive pensando que va a morir del todo?’ ‘Sí’, le respondí […] Contesté que no creía en Dios. Quiso saber si estaba bien seguro y le dije que yo mismo no tenía por qué preguntármelo; me parecía una cuestión sin importancia.” De esta manera, Meursault partirá desde el mismo punto que Sartre: el hombre está solo en la tierra y debe él mismo forjar sus propios valores.
En la obra se destacan valores como individualismo, indiferencia y costumbrismo, los cuales se relacionan con el existencialismo. Meursault muestra su indiferencia ante la vida, desde su propia muerte hasta el entierro de su madre, donde menciona: “Pensé que, después de todo, era un domingo de menos, que mamá estaba ahora enterrada”. Luego no tiene interés alguno en el amor, que en cierto momento su amante María le propone que se casen y él únicamente contesta que le daría igual.
Tampoco hay interés en el viaje o intentar conseguir un trabajo mejor. El costumbrismo de Meursault es recurrente en frases como “Uno acaba por acostumbrarse a todo”. Esta indiferencia ante cualquier momento de la vida es lo que precisamente permite que Meursault acepte la vida.
La indiferencia y el absurdísimo se presentaron durante toda la evolución del personaje dentro de la obra. Hasta la hora de su muerte. Cuando Meursault entra a prisión sigue con la misma apatía de siempre. No le daba importancia al problema y lo que trataba de hacer era solamente acostumbrarse al cambio drástico que había tomado su vida.
Otra de las características importantes del existencialismo es el “obrar sin esperanza”. Para Sartre, hay demasiadas situaciones en la vida de los hombres en las cuales no es posible intervenir, “Con lo que es insensato el intentar adaptarlas a los caprichos de la voluntad”. A partir de aquel momento, dado que no hay Dios ni designios preestablecidos, el hombre debe desinteresarse por el resultado final, ya que no es posible saber si éste será el esperado o no.
Meursault tiene la característica del pensamiento del “eterno retorno” cuya tesis fue planteada por Nietzsche. Habla de que no sólo son los acontecimientos los que se repiten, sino también los pensamientos, sentimientos e ideas, vez tras vez, en una repetición infinita e incansable. Pero aquí muestra una diferencia entre estos pensamientos, mientras que Nietzsche pretende que el hombre llegue más allá de sus posibilidades, Meursault dice lo contrario, reconoce límites y admite con resignación lo que tiene que ocurrir.
Meursault toma como punto de partida para alcanzar el “eterno retorno” la seguridad de la muerte. Sus últimos pensamientos con el capellán son estos: “¡Qué me importaba su Dios, las vidas que uno decide, los destinos que uno escoge, desde que un único destino debía escogerme a mí y conmigo a millares! […] Era como si durante toda la vida hubiese esperado este minuto.” Aquel minuto en el cual sobreviniera la muerte.
Su certeza de muerte es tan profunda, que la única posibilidad que le queda es entregarse a esta indiferencia resignada. Pese a esto, ambos llegan a lo mismo. Y esto se confirma en la conversación de Meursault con el capellán. Este, impaciente ante las respuestas de Meursault, termina por encararlo: “¿Ama usted esta tierra hasta ese punto? […] ¡No, no puedo creerle! ¡Estoy seguro que ha llegado usted a desear otra vida!” ante lo cual Meursault responderá que sí, pero “¡una vida en la que pudiera recordar ésta!”.
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