Ensayo: Hombre en busca de sentido

Juan Uriel Salazar Sierra.

Ensayo del libro “hombre en busca de sentido”.

Facultad de Ciencia de la Conducta.

Universidad Autonomía del Estado de México.

Para el presente ensayo se analizará el libro de “el hombre en busca de sentido” abordando situaciones que en él nos relata el autor, se verá la influencia de la actitud que se toma en situaciones desesperantes y como podría surgir una mejor afrontación a partir de esta, a su vez veremos como con un proceso de acompañamiento pudo haber significado bastante para los últimos instantes de estas personas.

Nuestra actitud y nuestros pensamientos son un factor decisivo para el afrontamiento de toda situación, esto incluye por su puesto, las peores situaciones que una persona puede toparse en la vida “Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la ultima de las libertades humanas la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino para decidir su propio camino” (Frankl, 2015). En este caso el libro nos relata cómo fueron los días que Frankl pasó en el campo de concentración de Auschwitz, el cómo al enterarse a donde los estaban llevando los ahora prisioneros contemplaron la idea de cometer suicidio arrojándose a la cerca electrificada para así evitar el temido martirio que les esperaba. Es claro que la incertidumbre era máxima en aquellos momentos ya que sabían que podía pasar meses o años hasta poder ser liberados o tener una chance de sobrevivir en los campos de concentración.

Frankl explica también, como la mente es capaz de darle un giro completo a la percepción que un individuo tiene ante la circunstancia, lo cual es determinante en su comportamiento. Para ejemplificar esto, narra varios sucesos. Uno de ellos puede ser el momento en que uno de los compañeros del autor, convaleciente por el tifus, tuvo un sueño que serían liberados en determinada fecha. Esto le dio un aliento, algo porqué luchar a este individuo. Sin embargo, conforme se acercaba esa fecha y no se miraban señales que la guerra iba a terminar, el hombre empezó a decaer en su salud, hasta que una noche empezó a delirar y falleció. El hombre siempre estuvo enfermo de tifus, la enfermedad siempre estuvo latente desde el momento que empezó a padecerla hasta el último día. Lo que cambió su desempeño fue la idea que él tenía en su mente en que la guerra acabaría pronto.

De esta manera el hombre quiso ver una sentido y una señal en la vida misma aun consiente de su situación, pero no se debe de ignorar el hecho de que fuera como sea este hombre pudo encontrar algo a que aferrarse y por el cual seguir aun en las condiciones en las que se encontraba, aun con la enfermedad que tenia y esto es de lo que nos comienza a querer hacer notar Frankl, la actitud que este hombre tomo a partir de esta esperanza que se convirtió en un sentido fue lo que hizo llevadero esta condena hasta darse cuenta de que su visión solo no llegaría.

La desesperanza estaba clara  para el caso de Frankl que perdió a toda su familia en las cámaras de gas, para los miles de prisioneros que además de ser azotados con la incertidumbre de su destino y de sus seres queridos cargaban con el peso del día a día en los campos. En esta situación la pregunta que muchos de los recluidos se llegaron a plantear fue ¿Qué sentido tiene esto? Tanto su estancia como su muerte ¿Qué sentido tenían? El declive físico pero sobre todo mental de los recluidos en los campos de concentración se debían a la falta de respuesta de estas interrogantes, la insensibilidad se apodero de los desahuciados cuerpos casi esqueléticos a tal grado que ya no miraban a otro lado cuando se enfrentaban a los abusos de los soldados del ejercito Nazi, simplemente ya era parte de su día o algo secundario que tiene que pasar, ya no miraban hacia otro lado cuando tenían que presenciar estos atroces abusos simplemente era algo ya cotidiano. Me es inevitable pensar en ¿Cómo personas así pueden ayudar en un proceso de acompañamiento de camino a la muerte? ¿Cómo afrontar estos últimos momentos? Pues está claro que después de un tiempo de reclusión casi nadie podía ayudar en este proceso, es de suponer que los rostros llenos de miseria letargo y desesperación que presentaban las personas era una clara señal de que ya nadie ni nada se podía hacer con esto, simplemente carecían de propia fuerza emocional.

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