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Ensayo Rebelion En La Granja


Enviado por   •  31 de Mayo de 2014  •  1.660 Palabras (7 Páginas)  •  1.007 Visitas

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Todos los animales son iguales pero algunos más iguales que otros.

“Rebelión en la granja” de George Orwell es una novela escrita a partir de los sucesos de la Revolución rusa, y hace una feroz crítica a los sistemas totalitarios.

Orwel intentó reflejar las acciones de los humanos en los animales de una granja. La impecable trama de ésta historia radica en una subversión por parte de los animales contra los humanos, y principalmente contra su granjero o dueño, el señor Jones. Sus objetivos eran la liberación y la igualdad de todos ya que su amo los maltrataba y los explotaba con su labor, y es por ello que ocurre esta rebelión. Como logran cumplir con la expulsión del señor Jones de la granja, todos concuerdan en que los cerdos eran los animales más hábiles e inteligentes para llevar a cabo la organización de la granja. Paradójicamente, los cerdos se van aprovechar de esta situación para utilizarla en su provecho, y el cerdo llamado Napoleón se convertirá en el amo, quien supuestamente debería velar por las preocupaciones de todos y llevar a cabo una justa igualdad animal.

Uno de los propósitos compartidos con los de este venerado escritor, es reflejar como los cerdos son grandes manipuladores de los demás animales utilizando la ignorancia y el grado de inferioridad que presentaban respecto a ellos. Aunque no lo creamos, los cerdos son considerados superiores porque son sabios, poseen más conocimientos que el resto, y esto lo van a utilizar a su favor, ya que nunca durante sus ególatras acciones, algún animal se opone, porque su ignorancia no les permite dar cuenta de esto y son meramente engañados.

Una de las primeras engañosas artimañas de los cerdos fue la de las manzanas. Ellos decían que las manzanas debían ser sólo para ellos porque contenían una serie de propiedades que eran muy buenas para desarrollar su inteligencia, pero en realidad esto no era así. Napoleón utilizaba a un cerdo llamado Chillido para que él con sus convencedores discursos conformara a los animales de cualquier inquietud que tuvieran. Sus discursos eran puramente mentirosos, pero él con un lenguaje enriquecido y provechoso lo utilizaba a favor de los cerdos para dejarlos bien posicionados, y como los demás animales eran simplemente ignorantes de estas mentiras se conformaban plenamente con sus discursos. Aquí, pues la primera señal de la ambición de los cerdos a costa de la escueta capacidad de comprensión del resto de los animales.

Los cerdos presentaban una ventaja sobre el resto de los animales, sabían leer, muy bien a diferencia de los otros, ya que apenas podían aprenderse el abecedario y leer palabras al aire. Como ellos tenían una serie de mandamientos a cumplir escrito sobre un mural, sólo unos pocos animales podían saber lo que estaba escrito allí o no se acordaban concretamente cada mandamiento en sí, ¿y esto que significaba?, como han de saber, el astuto mayor, el amo Napoleón modificó todos los mandamientos a su gusto, por ejemplo “Ningún animal dormirá en una cama” lo modificó por “Ningún animal dormirá en una cama con sábanas”, así como también “Ningún animal beberá alcohol” por “Ningún animal beberá alcohol en exceso”. Esto data la gran viveza y superioridad de los cerdos, así como también deja al descubierto la ignorancia de los demás animales, ya que nunca atendieron a lo que realmente pasaba. Poco a poco el distinguido cerdo Napoleón fue aumentando su poder a costa de la inferioridad del resto que creían y confiaban en él.

No era posible que todo se resumiera al antojo de un cerdo y nadie protestara contra el auge de su poder ¡Lamentablemente así lo era! La supuesta libertad e igualdad en la granja no existía, trabajaban arduamente y sus raciones de comida disminuían cada vez más, se les prometía un mayor bienestar, que por lo que se observa no era nada más que una promesa, puro discurso. En todo esto, el cerdo Chillón era algo imprescindible, sus oratorias explicaban que estaban mejor que cuando se hallaban a cargo de señor Jones, pero no lo era así, los animales no lo recordaban ya que tenían poca memoria, entonces aceptaban esa controversial realidad. Los cerdos jugaban con su ignorancia diciéndoles “seguramente no hay nadie entre los animales que quiere que vuelva el señor Jones”, así ante cualquier mentira y engaño de los cerdos, los demás animales carentes de astucia, pensaban que era verdad.

Si bien las ovejas eran las más domables, todos los animales funcionaban como un rebaño, lo único que sabían hacer era callarse y obedecer.

El inmenso poder que tenían los cerdos sobrepasaban sus límites, su abuso por el nivel intelectual que poseían no se explica con nada. Los animales de la granja siempre estuvieron en la misma situación, tanto con Jones y con Napoleón, resultaron ser esclavos de su libertad. Esto puede ser comparado con la realidad social de nuestras vidas. Las personas

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