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Ensayo capitalismo historia de amor


Enviado por   •  26 de Noviembre de 2016  •  Ensayo  •  2.023 Palabras (9 Páginas)  •  393 Visitas

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ENSAYOS

Sandra Teresa Valderrama Monroy

Código: 080308622012

UNIVERSIDAD DEL TOLIMA

ADMINISTRACION FINENCIERA

X SEMESTRE

MELGAR – TOLIMA

2016

ENSAYOS

Sandra Teresa Valderrama Monroy

Código: 080308622012

OMAR GIOVANNI ROSERO VILLABÓN

TUTOR

UNIVERSIDAD DEL TOLIMA

ADMINISTRACION FINENCIERA

X SEMESTRE

MELGAR – TOLIMA

2016

  1. PAGAR Y NUNCA ACABAR EL JUEGO DEL CAPITALISMO

“Capitalismo: Una historia de amor”

 “Esta mierda del capitalismo nos tiene más absortos que una novia puta. Su funcionamiento es muy simple, consiste en crearte deseos absurdos e inalcanzables para que tú te desesperes tratando de satisfacerlos.”
 Emilio Bueso, escritor español.

A partir de 1967, el mundo capitalista ingresó a una crisis de larga duración, que se desdobló en tres fases. Mucho se ha hablado de esa crisis y algo se sabe de las estrategias puestas en práctica por los centros imperialistas, en particular en Estados Unidos, para superarla.

Sin embargo, los análisis de la crisis fueron: 1) No han considerado oportunamente el hecho de que esa crisis no era sólo del mundo capitalista, sino que se había convertido en un proceso verdaderamente mundial; 2) Se enfocaron al estudio de las estrategias de recuperación en relación al mundo capitalista en sí; y el último, 3) Prescindieron en su mayoría de un examen serio de lo que pasaba en el mundo socialista.

Hoy, ese capitalismo no se ha detenido. Estamos rodeados de un pueblo que consume y consume sin parar. Con el auge de la tecnología, todo se ha vuelto tan de fácil de acceso que las probabilidades de no encontrar un producto son escasas.

¿QUÉ COMPRA LA GENTE DE ESTE SIGLO?

Así es, compran pero no invierten. Generaciones pasadas a las nuestras poco decía la palabra ‘comprar’, pues preferían decir ‘invertir’; varias de aquellas inversiones tenían que ver con vivienda, vehículo, muebles y estudio. En la actualidad, al regirse en una sociedad que quiere imitar a los demás, pues grandes figuras públicas con ayuda de las redes sociales realizan su propia publicidad para que su fanaticada y seguidores compren y coleccionen aquellos productos que los hacen acreedores de un poco de su ‘estilo’.

Hoy es muy poco probable escuchar gente decir que invertirá en una casa o en estudios, la gran mayoría posee la concepción gringa de trabajar para ahorrar y seguir consumiendo; desde joyas, automóviles, viajes, comida o ropa.

El capitalismo cada vez más se convierte en un círculo vicioso difícil de controlar; en gran medida tomamos partido de cosas tan insignificantes y hacemos lo imposible para conseguirlas, caso que sucede con el consumismo adictivo por estar a la moda, llevar una vida de apariencias o seguir lo que la gran mayoría hace. Países en desarrollo viven en una discusión interminable con organizaciones ambientalistas que quieren impedir el desgaste de productos naturales que está afectando en un gran porcentaje a nuestro ecosistema, productos como el maquillaje o la ropa, necesitan de elementos naturales como plantas o animales, ya algunos catalogados como vía de extinción pero sin muchos que logren parar esto.

Aunque no todo es desfavorecedor, países como Suiza o Alemania ya tomaron iniciativa en el control del consumo de elementos tecnológicos y de uso higiénico. Grupos ambientalistas se han reunido con los gobiernos para determinar un método que beneficie a las personas en todo los ámbitos y haga el cambio desde su propia recursividad, situación que no todos los países hacemos.

EL CAPITALISMO NOS NECESITA

El capitalismo no puede sobrevivir si la gente deja de comprar, consumir y tirar a un ritmo acelerado. Nuestro propósito es ir construyendo gradualmente las prácticas y sistemas alternativos que permitan a cada vez más gente salirse del mainstream, abandonar la sociedad de consumo, y asegurarse cada vez una parte mayor de sus necesidades materiales y sociales a partir de esos sistemas y fuentes alternativos que surjan de sus barrios y pueblos. Esta revolución, no hay duda, trata de la muerte del capitalismo; no obstante puede ser una revolución de tipo pacífico y no-violento, por la cual se vayan desarrollando poco a poco dentro de los viejos sistemas otros nuevos sistemas locales, de pequeña escala y participativos que los reemplacen.

La sociedad capitalista y de consumo está a salvo sólo mientras mantenga las estanterías de los supermercados repletas y mantenga la falta de cohesión, el desempleo y la injusticia a niveles fáciles de ignorar. Pero la escasez va a hacer pedazos todo eso. Ya ha comenzado a sentirse el creciente temblor en los más acomodados países a causa del fracaso del sistema para proporcionar una calidad de vida y una cohesión, y a causa también de la obscena desigualdad.

Depende de un mejor uso de las cosas para detener este consumismo en ocasiones absurdo. Si empezamos creando consciencia nosotros mismos, la gente se contagiará y crearemos una barrera que beneficie a un mundo en paz y que nos saque de mercados que sólo invitan a gastar y no invertir.

  1. FOOD INC COMIDA S,A  “Somos lo que Comemos”

LA COMIDA CUESTA, LAS PERSONAS NO

Es paradójico saber que hay toneladas de comida desperdiciadas anualmente y que los dueños de grandes restaurantes y comidas rápidas paguen cheques con grandes ceros a la derecha por ellos sólo por incrementar sus ventas.

Hay una gran frase cierta que dice ‘Eres lo que comes’. Cuando hacemos uso de un menú en específico o frecuentamos escenarios que nos ofrecen por muy bajo precio alimentos para saciar nuestra hambre, elegimos lo que esté mejor publicitado. Pero, ¿tenemos alguna idea de cómo esa comida llega a nuestras manos?

Varios granjeros a lo largo del mundo se esmeran horas y horas porque sus cultivos sean frescos y de una calidad que les permita vender e invertir en sus tierras, en varias granjas de Estados Unidos por ejemplo, el mayor comprador de pollos, cerdos, papas y manzanas, es el famosísimo Mc Donalds. Este gran restaurante de comidas rápidas con franquicias en todo el mundo tiene un estilo que se ha catalogado durante años como ‘la comida no sana’ que mucha gente frecuenta, haciendo énfasis en su accesibilidad y sabor exquisito en carnes y papas a la francesa.

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