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Ensayo de la novela histórica: Siniestra, Javier Arriero Retamar.


Enviado por   •  4 de Noviembre de 2015  •  Ensayo  •  1.686 Palabras (7 Páginas)  •  317 Visitas

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Historia de la Iglesia Antigua


 
Ensayo de la novela histórica: Siniestra, Javier Arriero Retamar.

Docente: Pbro. Jhon Jairo Yepes


 
Andre Andino


 
Fundación Universitaria Luis Amigo
Facultad de Teología
Teología
Medellín
2014

EL CRISTIANISMO, UNA TORRE IMPERIAL[1]

En el libro Siniestra el cristianismo se convierte en el epicentro político de paz del imperio bajo el mandato de Constantino después de que “el imperio se había roto. Diocleciano, incapaz de gobernar en solitario un estado acosado en todas sus fronteras, había establecido un nuevo sistema de gobierno, las tetrarquías: dos Augustos se repartían la carga del imperio. Uno gobernaba la zona occidental y otro la oriental”.[2]  La fe cristiana era la fuerza dominante en la población y que luego se convertiría en una arma de doble filo para el gobernador, quien veía esta política como lo esencial de unión y paz, sin embargo también era controversial porque la fe tenía muchas diferentes manera de interpretarla.

 

Después de mucho tiempo de persecución y martirio, el cristianismo encuentra tranquilidad por medio de un emperador,  Constantino, quien pone un pare a todo los asesinatos y torturas de las personas que no proclamaban a seguir a Jesús.  No había racismo entre la gente perseguidas, es decir, si profesaba la fe cristiana, no podías entrar en ningún relación paganismo, porque Dios es celoso en el culto y la adoración. Se le culpaban por sus desordenes humanos como las masacres, de ser caníbales, pero sobre todo, por la mayor dificultad que era que no rendían culto al emperador.  “Los cristianos auténticos eran aquellos hijos de Dios que creían en los evangelios”[3]. Creían que Jesús que volvería a restaurar el reino prometido por Dios, y también creían en las señales, manifestaciones y signos que Jesús logro hacer. Fue esa fe que se aprovecho de Constantino a su conveniencia y en lo que el concreto para obtener la victoria. “La mañana de la batalla, Constantino salió de su tienda asegurando que se la había aparecido una cruz ardiendo, y oyó una voz que le decía: << con este signo vencerás>>. Ordeno inmediatamente  la construcción del Lábaro, clavando sobre el asta de su estandarte, en el que se exhibía un retrato de su padre y de el mismo, un largo brazo transversal para formar una cruz que fue exhibida ante las legiones, y ordeno que todas trazarán el símbolo de Cristo sobre sus escudos”[4].  Los cristianos por mucho tiempo fueron perseguidos, tenían muchas historias de martirio y se consideraba aquel que muriera por el Evangelio, un Santo. Fue esa la manipulación de guerra de Constantino; él sabiendo la fe de muchos de su Legión, toma la cruz como su insignia para manipular a sus soldados, que la batalla que iban a pelear era por Jesús que murió por ellos.  Era una brillante estrategia militar para hombres creyentes en el Evangelio, motivados a morir por su fe.

¿Era entonces el Cristiano la perfecta estrategia política para gobernar?, ¿Qué tenia de interesante que a pesar de las persecuciones, seguía aumentando y aumentando cantidad de creyentes?  “Para los Cristianos, las mujeres u hombres con cualquier discapacidad, como débiles, cobardes, idiotas, deformes, criminales y hasta esclavos eran seres humanos con almas, y todas las almas tenían el mismo valor ante Dios.  Para un auténtico cristiano, el emperador valía tanto como el último de sus súbditos, y la vida del último de sus súbditos era tan sagrada como la del emperador”[5]. Una fe que unía en vez de desunir y  no importaba la clase social sino penetraba en todas las clases sociales, especialmente en las bajas y medias.  El ser humano recuperó su dignidad y a pesar de su condición, se sentían hijos de Dios.  Aun que el cristiano no tomaba un arma, la idea de que podían era un arma en sí, y los poderosos lo temían. “Desde la batalla, la defensa del Cristianismo se había basado en una búsqueda de tolerancia y paridad entre las religiones, un excelente medio de sumar apoyos y de pacificar el ánimo de la población. Pero poco a poco el peso del Cristianismo había ido aumentando hasta convertirse en lo que ya era, el centro mismo de la política de renovación emprendida por Constantino”[6].  El Cristianismo se había convertido en la torre vertebral del cuerpo político imperial, una torre fortalecida por la fe que transformaba, pero también diversa.  Los cristianos eran las figuras de hombres; piadosos, pacíficos, unidos, fraternos, que se preocupaban por su prójimo, practicantes de la palabra y especialmente los Evangelios, por lo menos es lo que uno puede percibir.

Este mundo está hecho por los Cristianos y por eso decían que parecía hecho por hombres perfectos[7].

El Cristianismo como torre firme del Imperio era lo que proveía la paz, sin embargo, estos pilares se chocaban y con el tiempo se quebrantaron hasta que el orden del imperio también quebranto. Constantino conocía la situación, sabía que la división de “Los Cristianos era la gangrena, su deber era proteger el imperio. El imperio no podía resistir sin los Cristianos y los Cristianos no podían resistir sin el imperio”[8]. Era una relación que dependía uno del otro para mantenerse, la religión como la política que unía y establecía el imperio, y el imperio como protector y escudo de la religión Cristiana. Y si el Cristianismo se dividía, ocasionaría la destrucción del imperio ya rodeado de enemigos a las fronteras y bordes cerca de un punto de guerra.

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