Ensayo el hombre en busca de sentido
Enviado por Aneliz Styles • 18 de Noviembre de 2021 • Ensayo • 1.334 Palabras (6 Páginas) • 187 Visitas
Ensayo: El hombre de sentido.
El hombre en busca de sentido (título original en alemán "Trotzdem Ja zum Leben sagen. Ein Psychologe erlebt das Konzentrationslager") publicado en Alemania en 1946, es un libro escrito por Viktor Emil Frankl, quien fue un célebre psiquiatra austriaco y sobreviviente del holocausto (26 de marzo de 1905 2 de septiembre de 1997) sigue siendo más conocido por su indispensable memoir psicológico de 1946 Man's Search for Meaning (biblioteca pública), una meditación sobre lo que la horrible experiencia de Auschwitz le enseñó sobre el propósito principal de la vida: la búsqueda de sentido, que sostuvo a los que sobrevivieron. Man's Search for Meaning (en lo sucesivo MSFM) es un relato autobiográfico de la aplicación de Viktor E. Frankl de su teoría de marcas, que él llama "logoterapia".
Comenzó a formular esta teoría, que postula que encontrar significado y nuestra posición en la vida es la clave para la felicidad personal y el bienestar, en Viena, Austria, antes de los albores de la agresión Nazi. Más tarde, mientras estuvo encarcelado durante tres años, primero en un gueto Nazi y luego en campos de concentración nazis, Frankl aplicó su teoría a su propia situación inmediata, para consolarse a sí mismo y a sus compañeros prisioneros.
La eterna fórmula de supervivencia de Viktor Frankl. Uno de los textos psiquiátricos clásicos de nuestro tiempo, la búsqueda de sentido del hombre es una meditación sobre el Don Irreductible del propio consejo ante el gran sufrimiento, así como un recordatorio de la responsabilidad que cada uno de nosotros debe en la valoración de la comunidad de nuestra humanidad. Hay pocos desafíos más sabios, más amables o reconfortantes que los de Frankl.
El hombre en busca de sentido relata vivencias personales, la historia de un campo de concentración vista desde dentro. El libro se divide en dos partes, en la primera el autor se basa en 3 partes conocidas como: primera, segunda y tercera fase, intentando dar respuesta a la pregunta: ¿Cómo afecta el día a día en un campo de concentración a la mente ya la psicología del prisionero medio? En el libro se menciona que todos los sucesos descritos tuvieron lugar en pequeños campos, donde realmente se llevó a cabo el exterminio; y no en los extensos y afamados campos de los que todo el mundo ha oído hablar. En suma, el horror, un horror al que paso a paso los prisioneros se estaban acostumbrando, por difícil que tal hecho pueda parecer. La primera selección - si te ponían en la fila de la izquierda o en la de la derecha- significaba la muerte o los trabajos forzados, al menos la supervivencia. Era un veredicto sobre la existencia o la no existencia. El 90 por ciento fue ejecutado en las horas siguientes. Frankl pregunta por un amigo que había sido destinado a la cola de la izquierda y alguien señala una nube de humo ascendiendo. Eso era lo que quedaba de su amigo.
Los prisioneros tienen que desnudarse totalmente, solo pueden conservar los zapatos. Frankl intenta ocultar un manuscrito en el que se contiene la obra de toda su vida, pero es inútil. Su única posesión es la existencia desnuda. Cuenta las reacciones que de algún modo son: una extraña clase de humor, un tanto macabro y la curiosidad, por ejemplo, de saber cuánto podrían aguantar desnudos a la intemperie, en un campo hollado, seguido de la sorpresa de verificar que ninguno se había resfriado. También nos narra cuando en una sesión de terapia de grupo durante un ayuno masivo infligido a los internos del campo tratando de proteger a un compañero anónimo de represalias fatales por parte de las autoridades, Frankl ofreció la idea de que para todos en una condición desesperada hay alguien mirando hacia abajo, un amigo, miembro de la familia, o incluso dios, que esperaría no estar decepcionado. El asimiento interno que un prisionero tiene en su ser espiritual depende de tener una esperanza en el futuro, y que una vez que un prisionero pierde esa esperanza, está condenado. Los que vivimos en campos de concentración podemos recordar a los hombres que caminaban por las chozas confortando a otros, regalando su último pedazo de pan. Pueden haber sido pocos en número, pero ofrecen suficiente prueba de que todo se puede tomar de un hombre, pero una cosa: la última de las libertades humanas — elegir la propia actitud en cualquier conjunto dado de circunstancias — elegir el propio camino
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