Ensayo inmortalidad

La inmortalidad es, sin duda, el tema central del cuento El Inmortal de Jorge Luis Borges, relato que cuenta la historia de un hombre que emprende un viaje en busca de la ciudad de los inmortales. La historia se transforma en una búsqueda incesante por encontrar la tan anhelada inmortalidad, con ello, se puede establecer una de las grandes paradojas existenciales, la muerte le da sentido a la vida del hombre. Borges basa sus pensamientos sobre la  inmortalidad, principalmente, en  las ideas de Platón y de otros filósofos como Spinoza.  

Como menciona Platón en el Fedón  el alma humana es inmortal porque provienen del mundo de las ideas, Es decir, el alma humana es eterna siendo pre existente y pos existente, y recogió también la doctrina de la reencarnación y de la metempsicosis (migración del alma) de los pitagóricos. En su estado ideal, las almas se encuentran en eterna contemplación hasta que por alguna razón que Platón no puede explicar con exactitud, las almas se caen del lugar ideal y reencarnan en cuerpos. Esto es considerado como un castigo y una alienación de sí mismo según Platón. La dimensión corporal del hombre es un mal necesario, es la cárcel del alma de la que hay que liberar lo más antes posible según el filósofo. 

La obra comienza con una frase de Francis Bacon; “Salomón dijo: No hay nada nuevo sobre la tierra. Y así, de la misma manera que Platón imaginó que todo conocimiento no es sino un recuerdo, del mismo modo Salomón sentenció que toda novedad no es sino un olvido.” Para Borges, ser inmortal trae consigo una gran pérdida de la personalidad, ya que uno es todo y nada a la vez.

Las consecuencias de esta lógica para la identidad del sujeto son parecidos: “Nadie es alguien, un solo hombre inmortal es todos los hombres”. Entonces, si un solo hombre inmortal es todos los hombres, es legítimo deducir que la establecida tribu de los inmortales, compuesta por un número reducido de sujetos, constituye en realidad una imagen completa de la humanidad pasada y futura. Esta concepción panteísta, cruza la obra de Borges y se relaciona casi naturalmente con la idea de Nietzscheana del eterno retorno que plantea la idea de que el tiempo no es lineal, sino que se repite infinitamente. Es por esto, que ser mortal nos pone en un punto que es comienzo y final al mismo tiempo, a diferencia de los inmortales cuyo tiempo es uno solo y, por ende, se pierde en la nada, en el vacío, en una única posibilidad. Para los inmortales sólo hay un tiempo, para los hombres, la existencia es un proyecto cuyas posibilidades son múltiples, somos, según Heidegger, una posibilidad de ser.

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