Ensayo sobre "El Principito".

El Principito

“Caminando en línea recta no puede uno llegar muy lejos”

“El Principito” es una obra relativamente fácil de leer, sin palabras o enunciados complicados, tratando siempre de ser sencillo, pero, a la hora de tratar de entenderla o darle una interpretación es cuando viene una parte complicada, cada quien tendrá su visión, y no solo respecto a esta obra, sino también en cuestión el mundo, la vida. La experiencia personal, recuerdos y vivencias nos llevan a ver la obra de manera diferente. Caeríamos en un grave error al decir que una sola explicación o visión es la correcta, pues no es así, el lector mismo, de manera individual, debe saber que este libro se presta a las múltiples explicaciones.

     Ahora bien, igual tratar de encapsular o estereotipar la obra en que si es un libro infantil o un libro de mayores, es limitar el poder literario de este libro, obviamente que será muy diferente leer el libro a los 7 años que cuando lo lees a los 23, la vida cambia y la forma de ver el mundo igual, un niño puede ser inocente, y conforme uno crece va viendo que la vida no es tan inocente y tan simple.

     Daré mi versión o visión de cómo percibí al principito. De entrada el desierto del aviador es como cuando uno se pierde en la vida, pierde el camino, cuando vienen esas preguntas existenciales cuestionando nuestra vida y existencia. El principito frente al aviador representa toda la inocencia y hasta cierto punto ignorancia que puede tener alguien, pero esta ignorancia no es mala, pues así puedes impresionarte con cada una de las cosas que vas descubriendo, conforme pasa la edad parece que esa sensación va muriendo, el amanecer ya no es hermoso, se vuelve en solo una parte del día.

     Algunos personajes, como lo es el rey, el vanidoso, el farolero, el bebedor, el hombre de negocios, el mercader y el guardagujas, todos estos representan al hombre, o por lo menos algunas facetas por las que podemos atravesar, de cómo algunos pierden el tiempo en cosas banales y sin sentido, de los vicios que pueden destruirnos y hacernos perder todo, de que la vanidad nos puede tener cegados ante todos, de cómo queremos poseer todo cuando ni siquiera somos dueños de nosotros mismos, de nuestro tiempo y algunas veces ni de nuestra vida.

     Por otra parte, siendo exactos en cuestión de la rosa y el zorro, nos hace recordar el valor de las personas, de que no importa cuántas personas habiten el mundo, siempre tendrás el recuerdo de alguna persona especial, habrá alguien que destaque sobre todos y todas, y lo que deseas proteger es su recuerdo, esa sensación que te hacía sentir y vivir, de cómo todo puede cambiar cuando encuentras a la rosa perfecta para ti.

     En cuestión del zorro es el hecho de pertenencia, pero no como objeto, sino de sentirte parte de algún grupo o de alguna persona, el valor de la amistad, de que en cada amistad real vas dejando una parte de ti y ellos te dejan algo también, y que esto mismo de tratar de ser adultos nos aleja de estas personas, nos aleja de la vida, nos hace dejar los sueños por tratar de cumplir la meta de la vida, la cual podríamos definir como el éxito, pero a mi visión, la meta de la vida es ser feliz, entiendo que la tristeza forme parte de esto, pero de eso se trata, de levantarnos y recordar por qué y por quiénes estamos aquí, recordar que la felicidad lo es todo y que algunas veces la ignorancia o el desconocer algunas cosas nos puede llevar a sorprendernos.

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