Ensayo sobre la novela policíaca
Enviado por rockofm • 30 de Noviembre de 2016 • Ensayo • 1.947 Palabras (8 Páginas) • 376 Visitas
Universidad de Guanajuato
División de Ciencias Sociales y Humanidades
Departamento de Letras Hispánicas
Licenciatura en Letras Españolas
Literatura Europea Contemporánea
Ensayo sobre la novela policíaca
Ricardo Flores Medina
El ajedrez literario
La novela policíaca contra la “sin razón” de las vanguardias literarias
“Todos los jugadores de ajedrez son artistas”
Marcel Duchamp
Introducción
¿Cuándo fue que leíste por última vez una novela policíaca? ¿Hace unos dos, tres años? Seguramente –y para no definir, en caso de que puedas ser un tímido aficionado del género – ha pasado ya un largo tiempo desde ello: <
De cualquier forma, puesto que no existía manera de clasificar a ese género naciente y de gran popularidad, fue aceptado en la literatura, si bien con grandes reticencias, igual con defensores no menores que dedicaron toda una vida a su creación, estudio y definición de términos técnicos para contraponerse al aparente “sin sentido”, automatismo, musa o como quiera que le hayan llamado los vanguardistas a ese culto de lo informe.
Piezas Clave
Autores destacados
“Ayuda a vuestras piezas para que os ayuden”
Paul Morphy
Varios han sido – y son—los autores consagrados en la novela policíaca que, así como los encontramos con una prolifidad sorprendente en Inglaterra, también los tenemos prolijos en otras tantas latitudes. He aquí una breve mención de los exponentes más significativos:
Empezando por los británicos, tenemos, sin duda alguna, a Agatha Christie, considerada la autora más fecunda de este género con más de ochenta publicaciones entre novelas y compendios de cuentos (creadora de Hércules Poirot); tampoco podemos olvidar a Sir Arthur Conan Doyle, creador del famosísimo Sherlock Holmes. Otros autores importantes de la isla son Gilbert K. Chesterton (El honor de Israel Gow y El hombre que fue Jueves), Wilkie Collins (Cazador cazado y La piedra lunar), Eden Phillpotts (El ananá de hierro y La esposa del granjero), entre otros.
Del otro lado del Atlántico, tenemos a los escritores estadounidenses Edgar Allan Poe, primer novelista científico autor de diversas obras como La carta robada y Tales; Ellery Queen, pseudónimo de los escritores Frederic Dannay y Manfred B. Lee (Las Aventuras de Ellery Queen y El misterio de la capa española); William Faulkner, premio Nobel en 1949(¡Absalón! ¡Absalón!, El ruido y la furia, Santuario).
La literatura científica también se abrió paso en Latinoamérica con los escritores Argentinos Jorge Luis Borges (La muerte y la Brújula), Silvina Ocampo (El vástago), Adolfo Luis Pérez Zelaschi (Las seÑales) y Manuel Peyrou (La espada dormida).
Otro autor que no se nos puede pasar por alto de este lado del mundo es el peruano Mario Vargas Lllosa con su novela ¿Quién mató a Palomino Molero?, donde es interesante ver a un Teniente Silva que, al contrario del arquetipo del detective inglés, no es tan frío y calculador como travieso y humano.
Esa trascendencia es lo que hace importante a la novela policíaca a través de los tiempos: novela del porvenir conciliadora de la ciencia con la literatura.
Universo mental del jugador
Influencias y pensamiento
“Debemos conquistar la verdad mediante
conjeturas, o no la conquistaremos de ningún modo”
Charles S. Peirce
Con el reciente descubrimiento del positivismo científico y su primo filosófico, el determinismo, no tardaron en gestarse las bases para la realización de la novela policíaca, que justo se apoya en el método científico para desarrollar una trama premeditada en la que el autor es completo dueño de sus frases y no de su instinto. Estas bases son la hipótesis, la deducción, la inducción y la interesante propuesta de la abducción o retroducción de Peirce[2]; esta última cumple la elemental función de lo que coloquialmente podríamos llamar adivinar:
La verdad es que la fábrica de nuestro conocimiento, en su totalidad, es un espeso filtro de pura hipótesis confirmada y limada por la induc‐ción. El conocimiento no puede dar ni el más pequeño paso adelante con sólo la observación, debe hacer a cada momento abducciones.[3]
Esto es que el hombre tiene una capacidad inherente para imaginar algunas teorías, una especie de instinto para conjeturar acertadamente sobre el mundo,”el resultado de un proceso, aunque de un proceso no suficientemente consciente como para ser controlado o, para decirlo con más precisión, no controlable y por tanto no totalmente consciente”[4]. Peirce sostiene que es precisamente mediante este proceso que se realiza la hipótesis como un “acto de penetración abductiva”, es decir, el primer paso para el pensamiento científico.
La técnica del ajedrez
La teoría
“La mejor receta para la novela policíaca:
el detective no debe saber nunca más que el lector”
Agatha Christie
No podemos evitar una cierta simpatía hacia el “asesino artista” que en la novela policíaca se nos presenta como la x en la ecuación y nos motiva a andar despiertos para su captura, que en ocasiones nos resulta triste por considerarla injusta en contraste con la magistral realización del delito. George Orwell, en su ensayo The decline of the English murder de 1946, nos plantea ese placer de apreciar un buen crimen que, por supuesto, de una u otra forma tiene un minúsculo fallo que descubre nuestro zagas detective.
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