Espiritu Investigativo

EL ESPIRITU INVESTIGATIVO

Partiendo del hecho que la educación en Colombia es un derecho de la persona, un servicio público y social (constitución política del 91), debe asumir el compromiso de articularse con el mundo productivo y de esta forma cumplir con la misión de formar ciudadanos competentes.

En el siglo XX la ciencia y la tecnología juegan un papel bastante decisivo en cuanto a diversidad de cambios que se dieron en los seres humanos respecto al modo de vivir, de comunicarse, de comprender el mundo. Esto promovió nuevas formas económicas cuya base ha sido el desarrollo del conocimiento.

La preocupación del Estado, para hacer de la actividad de ciencia y tecnología un elemento clave del desarrollo social y económico, se refleja en la Ley 30 de 1992 sobre Educación Superior, que establece que sólo se podrán reconocer como universidad2, a las instituciones que, dentro de un proceso de acreditación, demuestren tener experiencia en investigación científica de alto nivel, entre otras normas.

De acuerdo a lo expuesto, en Colombia las universidades reconocen los trabajos de grado como una estrategia básica para fortalecer en los estudiantes el espíritu investigativo, siendo esto un gran aporte al desarrollo del conocimiento, ya que a través de la investigación se aprende-haciendo. Las universidades como entes educativos de formación profesional y humana, diseñan estrategias para priorizar, fortalecer y contextualizar la investigación. Una de esas estrategias son los semilleros de investigación, que convierten a estudiantes y docentes en protagonistas del desarrollo. Esta estrategia tan importante, necesita de una buena dosis de motivación desde el aula, pero también se necesita del apoyo del sistema educativo y de entes gubernamentales.

En la actualidad son muy pobres las cifras de científicos colombianos, desafortunadamente el apoyo que se les brinda a estos hombres o mujeres de ciencia, no son suficientes y en algunos casos, ni existe; lo que hace

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