Estructura de Juntacadáveres Juan Carlos Onetti.
Enviado por Flor Amargo • 23 de Noviembre de 2016 • Ensayo • 8.033 Palabras (33 Páginas) • 526 Visitas
Universidad de Guadalajara
Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades
Licenciatura en Letras Hispánicas
Dr. Marco Aurelio Larios
Análisis de tipo estructuralista basado en las categorías de Gerard Genette aplicado a Juntacadáveres
Sandra Verónica Balvaneda Téllez
Correo electrónico: blue_paperheart@hotmail.com
JUNTACADÁVERES
En el presente trabajo se aplica el método estructuralista de tipo formal a la obra Juntacadáveres, en esta primera parte en que se expone el resumen de la obra también se especifica cuál es la voz que narra, dos narradores intercalados a lo largo del libro, uno omnisicente y el otro homodiegético.
RESUMEN
CAPÍTULO I
Narrador omnisciente en tercera persona
En un tren cuyo destino era Santa María Junta caminó por el pasillo hacia un grupo de tres mujeres a decirles que falta poco para llegar. Las mujeres (María Bonita, Irene y Nelly) comenzaron a maquillarse mientras hablaban de cómo sería el lugar al que iban. Junta les advirtió que iban a trabajar y no debían pensar en compras o fiestecitas. El resto del trayecto rió con ellas y pensaba en decirles cosas que no pudo. pensaba en decirles lo que pasaría cuando llegaran a Santa María, todos verían el auto en donde iban a transportar a las tres mujeres a una casita en la costa, ellas vestidas con el dinero que les habían dado como adelanto, las miradas estaría sobre ellas. Llamativas en Santa María.
CAPÍTULO II
Narrador en primera persona. Narrador-homodiegético. Jorge
Las tres mujeres llegaron a su destino en el tren de las 5 el primer lunes de las vacaciones y el en el andén las esperaban dos mozos para cargar el equipaje, Tito y el narrador (cuyo nombre se menciona más adelante en el mismo capítulo: Jorge), ambos fumando, uno un cigarrillo, el otro una pipa. Del tren bajaron las mujeres, el hombre que iba con ellas -Junta- y una pareja de ancianos.
CAPÍTULO III
Narrador omnisciente en tercera persona
La noche en que llegaron las mujeres a Santa María llovía, estaban en el bar plaza Marcos y sus amigos, dos mujeres también, sentados al mostrador hablando de política y máquinas. Desde la parte más oscura del bar los observaba y escuchaba su conversación el doctor Díaz Grey mientras bebía también, vio a las mujeres levantarse y caminar hacia el tocador, mientras bebía pensó en cómo debía ser la velada en la casa de la costa con Junta y las mujeres inverosímiles, en que Junta estaría borracho y eso lo animaría a contar la verdad a las mujeres. Pensó también en el concejal y boticario Barthé, si dormía o tenía insomnio en esa noche de lluvia que era el principio de la realización de un sueño, gracias a un voto positivo que casi tenía asegurado. Recordó el día en que se apareció en el sótano de la botica, cuando Barthé y su empleado revisaban una bolsa de tilo fresco para guardarlo. Ese día llegó vestido con un traje azul que cuidaba de no manchar, le dijo a Barthé que Arcelo le pidió le comunicara a él, a Barthé, que tenía una proposición concreta, quería que votara para obtener la concesión de los changadores en el puerto, Barthé se negó. Díaz Grey notó lo incorruptible de Barthé y tomó su sombrero y sus guantes arrepentido para marcharse. Barthé comenzó a argumentar su negativa y Díaz Grey le informó que a cambio de su voto para la concesión de changadores ellos aprobaría cuando lo dispusiese el proyecto del prostíbulo para él. Todo lo había estado mirando desde el estante junto al techo el joven empleado de Barthé y dejó caer la bolsa con tilo, de cuyo aroma se inundó el ambiente, Dorian Grey le dijo a Barthé que debía irse y éste se disculpó.
CAPÍTULO IV
Narrador omnisciente en tercera persona
En la segunda entrevista que tuvieron el doctor Díaz Grey y Barthé, éste aceptó lo que se le había propuesto. Barthé desapareció durante cuatro días y había dejado el negocio a cargo de un empleado. En la mitad del cuarto día el joven empleado del boticario se presentó en el consultorio de Díaz Grey para entregarle una carta que Barthé había enviado para él en la que le pedía que fuera a verlo a su casa de descanso para que revisara su salud ya que, explicaba, había tenido un doloroso ataque reumático. En la carta decía que su empleado lo llevaría en su propio carro para su comodidad. El doctor acudió a la casa de Barthé llevado por el empleado. Cuando llegaron a la casa el joven indicó al doctor que ya estaban con el boticario, y Barthé se disculpó por haberlo molestado. Ordenó al empleado que cortara un poco de leña de afuera. Díaz Grey miraba a Barthé en silencio y juzgaba su físico y personalidad en silencio.
El boticario comenzó a hablar del tema que lo había hecho citarlo allí, el proyecto del prostíbulo, se disculpó por no haber dado una respuesta antes. Mientras Barthé hablaba Díaz Grey continuaba imaginando múltiples cosas de su persona y de cómo y por qué actuaba así o decía las cosas que decía mientras bebía su taza de té. Barthé dijo abiertamente que estaba aceptando el trato a pesar de saber que la gente diría que se le pagó para votar a favor de la concesión de los changadores, y que en cierto modo sí se le había pagado decía el doctor. Una vez que quedaron de acuerdo en que así se haría, él votaría a favor de la concesión y ellos le aprobarían el proyecto del prostíbulo. Díaz Grey se despidió y Barthé indicó a su empleado que alistara el vehículo. Cuando estaban en la puerta, Barthé detuvo a Díaz Grey para preguntarle que cuando ya tuvieran el permiso para la creación de su proyecto cómo harían para completar la idea. Díaz Grey mencionó que un empleado de la administración de El liberal podía bien encargarse de eso, que a eso se dedicaba e iría a verlo al día siguiente, igual que a Arcelo para afinar los detalles del acuerdo. Díaz Grey saltó al auto para marcharse mientras pensaba en cosas que le perturbaban la paz.
CAPÍTULO V
Narrador en primera persona. Narrador-homodiegético
Jorge, el narrador, se pone la boina y el impermeable para salir a buscar a Julita, camina por el jardín mientras piensa en su hermano muerto y en todas las cosas que han pasado con Julita desde que murió su hermano. Llega al balcón de Julita y la llama, ella apaga la luz de la habitación y baja a abrir, entran juntos por las escaleras, llegan a la habitación, ella le pregunta si está cansado, él se desabriga y ella le pide que se siente en el sillón cuando estaba en cuclillas junto a la chimenea. Él recuerda el funeral de Federico, que ella está loca para seguir viva después de su muerte. Le pregunta si lo quería y él miente, contesta que más que a nadie, lo repite una vez más, que él también lo quería, le contesta ella. Julita le pide que diga que su hermano está muerto y le dice que cuando su hijo nazca lo enseñará a decir que Federico está muerto. Jorge piensa en las mujeres que están con Junta y se lamenta de que no tiene más de diecisiete años y no podrá entrar al prostíbulo, quiere que ella se eche en la cama con él y ella sigue hablando de su hijo, que no es un hijo de Federico, que es Federico aunque sea mujer, Jorse asiente con la cabeza y ella se tranquiliza, vuelve a sonreír.
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