Etica De La Liberacion
Enviado por mike7586 • 5 de Noviembre de 2014 • 4.783 Palabras (20 Páginas) • 465 Visitas
BIOÉTICA Y ÉTICA DE LA LIBERACIÓN
Autor(es): Infranca, Antonino
Infranca, Antonino. Filósofo italiano, autor de los estudios El Otro Occidente y Trabajo, individuo, historia. El concepto del trabajo en Lukács, y de la novela Tecnécrates. Los tres libros fueron publicados por Ediciones Herramienta. (Trapani, Italia, 1957). Graduado en Filosofía en la Universidad de Palermo (Italia), obtuvo el diploma de perfeccionamiento en Filosofía en la Universidad de Pavia y el doctorado en Filosofía (Ph. D.) en la Academia Húngara de Ciencias, con una tesis sobre el concepto de trabajo en Lukács. Realizó investigaciones en el Archivo Lukács de Budapest. Sus investigaciones filosóficas le valieron el Premio Lukács en 1989. Es autor de Giovanni Gentile e la cultura siciliana (Roma, L’Ed,1990) y de El Otro Occidente (Herramienta, 2000), así como numerosos escritos sobre filosofía contemporánea (Lukács, Bloch, Gramsci, Kerényi, Croce, Gentile y Heidegger), historia de Sicilia y la Filosofía de la Liberación. En colaboración con Miguel Vedda, compilador de la antología de textos de G. Lukács Testamento político y otros escritos sobre política y filosofía (Herramienta, 2003) y G. Lukács, Ontología del ser social: El Trabajo (Herramienta, 2004). Es traductor al italiano de los ensayos de Enrique Dussel sobre Marx. Miembro del Consejo asesor de Revista Herramienta.________________________________________
Las reflexiones que se exponen en estas páginas se remiten a una concepción filosófica que no es directamente de matriz europea, la Filosofía de la Liberación. Esta nació a fines de los años sesenta en América Latina, sobre todo gracias a las reflexiones del filósofo Enrique Dussel[1]. De América Latina pasó después a África, Asia y Oceanía, pero también a los países del llamado Primer Mundo, Norteamérica y Europa, tuvo importantes desarrollos. Se trata, entonces, de la primera concepción filosófica que, aun inspirándose en la cultura europea, nace de una realidad cultural, política, social, económica del Tercer Mundo y llega al Primero.
Se puede afirmar que es una filosofía global, ya que se radica en la cultura latinoamericana, pero está en condiciones de desarrollarse también fuera de su realidad originaria y sin la imposición forzada que la cultura occidental ha puesto en acto para devenir global. Naturalmente, la Filosofía de la Liberación, como cualquier otra concepción filosófica tradicional, se desarrolló en varias ramas, como la Ética, la Política, la Pedagogía; de hecho, la Ética de la Liberación es una de las áreas más importantes de la Filosofía de la Liberación, por la condición originaria de ésta. La Filosofía de la Liberación, de hecho, nace de las inmensas masas de desheredados, marginados, explotados, oprimidos y excluidos que componen la mayoría de la población latinoamericana; justamente a partir de su condición originaria, social, política, económica y sobre todo ética, se extendió también a las otras realidades del Tercer Mundo, prácticamente a las 4/5 partes de la humanidad. La Filosofía de la Liberación habla, de hecho, del hombre en su corporeidad y en su vida cotidiana; es por esto que, si bien hasta ahora no desarrolló un discurso crítico sobre bioética, como se lo entiende en el Primer Mundo, está sin embargo en condiciones de entablar un diálogo crítico con ella a partir de una ética de la vida. Una comparación entre las dos éticas está, por lo tanto, abierta a ulteriores reflexiones y profundizaciones. Espero que el lector sepa captar el carácter arqueo-lógico, en el sentido de discurso (λογία) crítico sobre la dominación (αρχή), que la Filosofía de la Liberación establece como fundamento de su concepción de la vida. En el fondo, hace algunos siglos, la cultura europea debatía todavía argumentos como la reproducción de la vida, es decir, la posibilidad o no de un proyecto de vida, mientras que en China e India, que recién en las últimas décadas están disponiéndose a salir de la condición de pobreza a la que las relegó Occidente, se debatía sobre el sentido pleno de la vida.
La bioética, hoy en día, es uno de los principales temas de la ética occidental, de la ética de los habitantes del Primer Mundo. Por bioética se puede entender simplemente una "ética de la vida", interpretando literalmente el término ("bio-ética"), pero por "bioética" se entiende, en el Primer Mundo, una "ética de la calidad de la vida", presuponiendo que se trata de una ética de la buena vida. De hecho, en nuestras sociedades avanzadas no se acepta una existencia en la cual la vida sea mala a causa de enfermedades psíquicas, de malformaciones corporales, o de enfermedades incurables. A menudo una mala vida se considera tan intolerable que cabe concebir la interrupción de esa mala vida. La bioética se relaciona así con la cuestión de una buena muerte (eutanasia) orientada a interrumpir una mala vida. Además, es tan inaceptable una mala vida que la investigación científica se dirige hasta los límites de la proyección de una buena vida, hasta descubrir los fundamentos de la reproducción de la vida con vistas a intervenir y eliminar las posibles causas de una mala vida. La comunidad científica comienza a pensar en una buena humanidad que pueda disfrutar de una buena vida; el paraíso terrenal está al alcance de la mano; si no de la nuestra, al menos sí de la de nuestros hijos y nietos. Pero como se notará fácilmente, no estamos ya hablando de "vida" o de "muerte", si no del valor que se les da a ambas.
Cuando se pasa de la reflexión sobre la vida individual a aquella sobre la vida colectiva, emergen algunas cuestiones espinosas; por ejemplo la del ambiente, que es el espacio en el cual nuestra vida opera e insiste y se desarrolla. Así, la cuestión de la buena vida se relaciona con la de la ecología, es decir de la relación entre el hombre y la naturaleza. ¿Como se puede proyectar una buena humanidad en un ambiente natural degradado y contaminado? Entonces también en lo que respecta a la vida del sistema Tierra hay que encontrar soluciones que permitan pensar en una buena vida del género humano inserta en una naturaleza que pueda reproducirse sin degradarse. En el campo de la ecología, por las implicancias económicas de muchos otros factores que aquellos que se presentan en el campo de la bioética, la investigación científica encuentra mayores obstáculos para lograr que las instituciones y las organizaciones responsables de las decisiones política y económica y los mismos ciudadanos perciban el grado de peligro que la humanidad está corriendo hoy en día; peligro que consiste en la destrucción del único ambiente en que se puede desarrollar la vida: el planeta Tierra. La comunidad científica recibe sólidos financiamientos
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