Etica Interpersonal
Enviado por robertochacon123 • 2 de Julio de 2015 • 1.870 Palabras (8 Páginas) • 402 Visitas
ÉTICA DEL ENCUENTRO INTERPERSONAL
Si hablar de la “convivencia Familiar” no resulta ser un tema fácil de tratar menos aún lo es el intentar hablar de la “convivencia laboral” y las normas fundamentales que la estructuran. Sin embargo, creemos que es importante en una institución como ésta que tiene como función fundamental educar y educar en valores, intentar profundizar en el modo en el que desarrollamos nuestras relaciones y nuestra comunicación.
La ética es una disciplina que intenta decirnos algo de nuestra realidad como seres humanos. Ella tiene una doble dimensión que nos permite cuestionarnos el modo en cómo organizamos nuestra vida y nuestras relaciones y por otro lado, es una disciplina que intenta proyectar la finalidad de todo nuestro ser y de nuestro actuar. Es una disciplina de finalidad que nos permite cuestionar nuestra realidad. En esta pequeña intervención intentaré entregar algunos elementos, que a mi modo de ver, debieran estar presentes en nuestra vida y en nuestra convivencia, tanto a nivel personal como a nivel laboral.
1. Descubrimiento del otro como un “Tú”
Lo más importante en toda comunicación es, en primer lugar, realizar un trabajo de reconocimiento de la Dignidad de la persona humana y de todas las personas, es decir, reconocer su originalidad, inteligencia y voluntad, es decir, reconocerlo como distinto de mi, como Otro que me interpela y cuestiona. Eso quiere decir, que para toda relación interpersonal es imprescindible reconocer a la otra persona (autoridad, colega, alumno, apoderado, etc.) como PERSONA y no como objeto. Esto quiere decir que las personas valen en cuanto tales. Sin embargo, las personas pueden adoptar diferentes modalidades, en cuanto son vistas y aceptadas por los demás. En este sentido, podemos convertir a los demás en objetos, en personas o en prójimos Las relaciones serán de distinta índole según sean objetos, personas o prójimos.
Existen diversas formas por las cuales podemos hacer de la otra persona un objeto, yo me remitiré a señalar solo algunas:
a. El otro como un “don Nadie”, como si no existiese para mí. Existe materialmente pero no como persona. No importa si el otro entra a formar parte o no de mi empresa, curso, trabajo. El otro como un número más (un integrante anónimo de “los porcentajes” en las encuestas. Ese que no existe personalmente sólo como miembro de la masa, del todo; Un funcionario más que es necesario en cuanto permite completar el número. Sabemos que es difícil mantener relaciones con todas las personas y entablar con ellos un grado de amistad. Sin embargo, es posible y necesario abrirse a todos los hombres de una manera potencial.
b. El otro como un instrumento: No podemos negar que hay un paso de avance en relación con el anterior. Este método digamos que en algo considera al otro, pero sólo como utilidad, en cuanto me sirve. Es, en la práctica también un objeto que me sirve para la realización de mis fines. La instrumentalización del hombre por el hombre ha sido puesta de relieve por muchos de los pensadores actuales. Está de más decir que en algunas reparticiones privadas y públicas esto se da con mucha frecuencia. Recordemos sólo algunas: Prostitución, esclavitud, sociedad de consumo.
c. El otro como un rival:Esta forma de relacionarme con el otro también considera al otro como un obstáculo para alcanzar mis propios fines, como algo que se interpone enojosa y perturbadamente frente a mis planes y objetivos. Pero en este punto hay que agregar algo más al otro se le puede considerar como un rival pero también se lo puede llegar a tratar como un rival y con ello estamos afirmando que ya no es una consideración pasiva sino que se pasa a la acción.
d. El otro como objeto de contemplación:En este tipo de relaciones pasamos a considerar al otro como un “Ello”, un objeto digno de ser apreciado como espectáculo. Me sitúo ante él y lo contemplo.
e. El Otro como objeto de transformación:La otra persona puede ser considerada como medio para transformar mi vida, para solucionar mis problemas. (relación médico – paciente)
Para poder entrar en un nivel de relaciones que nos permita considerar al otro en cuanto tal hay que tener presente que el otro es necesariamente un “Tú” distinto de mi, Con cualidades y características que le son propias y con una intimidad o interioridad que lo hace igual a mi pero diverso a la vez. En palabras de Vidal podemos afirmar que es necesario siempre valorar al otro (que para ser más exacto es quien me permite a mi reconocerme como otro- distinto y singular) no como un “que” sino como un quien con el cual es posible realizar tres acciones fundamentales: Coejecutar, cocreer y promover una mutua donación. Acciones que por lo demás están presentes en toda relación de amistad.
Pero a veces esto no es posible. No porque no consideremos al otro como un tú sino porque a veces nosotros mismos vivimos sometidos a diversas formas de alienación de nosotros mismos. Vivimos muchas veces encerrados en nuestro papel social, llámese profesión, cargo de importancia, procedencia social, que nos impide entrar en contacto transparente con el otro, el papel social que jugamos (desempeñamos) es un obstáculo porque nos encierra en un status del que, por más que queramos no es posible safarnos y entrar en el nivel propio de las relaciones personales. Pero también existe otro obstáculo o alienación que impide una verdadera comunicación interpersonal y es la de las máscaras que nos imponemos ante los demás y creemos que al entrar en contacto con otros podemos terminar siendo “descubiertos” en
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