Experiencia educativa: Fundamentos de la administración

Nombre: Leilani Díaz Román

Carrera: Administración

Experiencia educativa: Fundamentos de la administración

Sección: 101

Nombre del maestro: Salinas José Álvaro

Introducción

El laberinto de la soledad pertenece a la literatura básica, fue escrito por el autor Octavio Paz, Poeta, escritor  ensayista mexicano se reconoce por que ganó el premio nobel de literatura en 1990 quien nos da su opinión acerca de la mexicanidad llamadas así a las personas que vivimos en México. Contiene ocho capítulos y un apéndice en los que Trata de expresarse, con lo que ha visto con lo que recopiló de sus experiencias qué es lo que define un mexicano. Octavio paz no podía ser indiferente a las dramáticas consecuencias de 1968 en la historia mexicana. En el presente trabajo destaque algunas de las citas que me llamaron la atención del libro.

El laberinto de la soledad  escrito por Octavio Paz relata en el libro su opinión acerca de temas de carácter mexicano aporta en el primer capítulo la experiencia que tuvo en su estancia en Estados Unidos, que cuando llegó  lamentablemente se marcan mucho los estereotipos porque probablemente si preguntas a un extranjero sobre México, entre las primeras palabras que dirá no debe faltar: tacos. Pues este platillo (con infinidad de variantes y tipos) junto con el chile es quizá el más conocido en el mundo y erróneamente se piensa que todo México los come. Sin embargo, nosotros mexicanos conocemos lo variada de nuestra gastronomía y lo afortunados que somos al tenerla. Así también nos distinguimos por las fiestas mexicanas y el gusto que tenemos por los adornos y las pasiones. Octavio Paz lo caracteriza como una mexicanidad, incluye también el concepto de  la soledad, con éste término cuando dice que “nuestra soledad tiene nuestras mismas raíces que el sentimiento religioso es una orfandad una oscura conciencia de que hemos ido arrancado del todo y una ardiente búsqueda una fuga y un regreso tentativa por reestablecer los lazos que nos unía con la creación” en éstas líneas lo que Octavio Paz intenta decir es que los mexicanos y todos los seres humanos nos encontramos en un estado de soledad, a causa de que en cuanto aparece la modernidad nos vamos alejando del mundo que nos rodea.

Mascaras mexicanas, es un capítulo que me llamó la atención ya que destaca ese miedo que tenemos de mostrar nuestro verdadero yo, estamos llenos de creencias y de cultos,  los tapamos con las máscaras del hombre machista o como lo describe Paz “el que no se raja” y la mujer como un instrumento para satisfacer los deseos del hombre, esos roles que vamos desempeñando cada quien dependiendo del grupo al que pertenece, estoy de acuerdo con el pensamiento que tiene: “ Me parece que todas éstas actitudes, por diversas que sean sus raíces confirman el carácter cerrado de nuestras reacciones frente al mundo o frente a nuestros semejantes…” me hace pensar que tiene toda la razón ya que hoy en día en vez de respetar nuestros gustos u opiniones preferimos burlarnos y seguir con nuestra ignorancia de no informarnos acerca de ello. En mi opinión es importante tener una mente abierta porque nos ayuda a crecer como personas y nos permite tener una forma de pensar más profunda.

Todos los santos y día de muertos es una fiesta clave que observa como importante para el mexicano, una fiesta que la familia y amigos termina en una borrachera la noche se puebla de canciones y aullidos los enamorados dan serenatas y en ocasiones esa alegría termina mal, hay balazos y cuchilladas todo porque el mexicano no se divierte. Nos dice que nuestro lenguaje diario hay grupos de palabras prohibidas secretas sin contenido palabras malditas que sólo pronunciamos cuando somos dueños de nosotros mismos.

Octavio Paz hace una premisa del capítulo IV, con una crítica al capitalismo. Sistema económico o modo de producción (según Marx) donde la condición humana es rebajada hasta sus últimas consecuencias. El individuo se vuelve obrero, número de fábrica prescindible, produce mercancía que el mismo consume. Se disuelve en la masa y entonces cobra significado. Ahora pertenece a una clase. Luego, volviendo al tema de  tierras mexicanas, el autor comparte una frase: “El mexicano no quiere o no se atreve a ser el mismo” Demasiados fantasmas lo habitan: la conquista, la colonia, la independencia, las guerras contra Francia y Estados Unidos. Sin embargo, los mexicanos tenemos una manera de sacar a nuestros demonios. Un grito es suficiente para afirmarnos ante lo exterior, ante los demás: ¡Viva México hijos de la Chingada! Y ¿quién es la Chingada?, ¿a quién o quienes se dirige tal grito de guerra? No es casual por supuesto, que el 15 de septiembre, aniversario de la independencia, todo México, embriagado de seguridad y orgullo, lo grite. Es una voz mágica. Basta un cambio de tono, un acento  apenas, para que el sentido varíe. Hay tantos matices como entonaciones: tantos significados como sentimientos.

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