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Facundo /amalia ensayo.


Enviado por   •  4 de Febrero de 2017  •  Ensayo  •  4.472 Palabras (18 Páginas)  •  217 Visitas

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PROFESORA: ANA MARÍA SUÁREZ.

ALUMNO: ANTONIO GERARDO BARRAZA.

Luego de la caída del gobierno nacional de Rivadavia en el año 1827 comenzó una etapa de inestabilidad política. Este suceso sumado a las guerras internas y sublevaciones que se daban al mismo tiempo en distintos puntos del territorio nacional estuvieron cerca de converger en guerras civiles. Como consecuencia de estas causas se formaron una serie de pactos interprovinciales que terminaron conformando dos grandes bloques antagónicos, por un lado tenemos al que estaba constituido por las fuerzas del interior los llamados Unitarios y opuestos a ellos los federales del litoral. El primer grupo fue derrotado y luego sus dirigentes vencidos fueron fueron prácticamente empujados al exilio. Esta situación dio origen a un porvenir de grandes cambios en lo que respecta al tema cultural del país y sobretodo en Buenos Aires. Para el año 1829 se produjo una proscripción de los ciudadanos de filiación unitaria y esta sería la primera de un gran número de expatriaciones por motivación pura única y exclusivamente de índole política. La mayoría de ellos buscaron asilo en los países vecinos de Uruguay, Chile, Bolivia y Perú.

En este contexto socio-político es que surge una figura muy importante la del escritor y poeta Esteban Echeverría, él será quien fomente el espíritu de los ciudadanos para lograr la unidad, resistir a la opresión y alcanzar la gloria que sería la conformación de la Patria misma. José Esteban Antonio Echeverría nació en Buenos Aires el 2 de Septiembre de 1805. Sus padres fueron José Domingo y Martina Espinosa. Cursó sus estudios primarios en la escuela de San Telmo perteneciente al Cabildo, donde asistió con su hermano José María desde 1816 hasta 1818. En su juventud, viajó a Europa con la intención de formarse, esta metodología estaba de moda durante el gobierno de Rivadavia y una vez en el viejo continente estudió en París desde 1825 hasta 1829 y fue allí donde tuvo contacto con grandes personalidades literarias, como por ejemplo Víctor Hugo y Schiller, quienes definitivamente influyeron en su pensamiento y estilo. Fue el introductor del Romanticismo en la naciente Argentina. Una vez de regreso ya en su patria en mediados del mes de Julio de 1830, participó activamente en las reuniones del salón literario del uruguayo Marcos Sastre. Sus ideas políticas influyeron en sus obras literarias. Como romántico trabajo los temas del paisaje pampeano y porteño, su gente, sus costumbres y sobre todo la historia. En el año 1837 se propuso promover el establecimiento de una Asociación de jóvenes que quisieran consagrarse a trabajar por la patria. En esos momentos como mencionamos anteriormente, se daba la disputa entre unitarios y federales y además de estas dos facciones existía otra que se daba de manera secreta en cierto grado para algunas personas en el seno de esa sociedad, estaba creciendo una nueva generación la cual aspiraba a ocuparse de la conformación de la patria. Por este motivo esos jóvenes eran mirados con desconfianza tanto por federales como unitarios. La juventud se encontraba aislada, sin vínculo alguno al cual unirse y que este le diese fuerza, como consecuencia de esto sus esfuerzos eran impotentes y nada podían lograr para sí y mucho menos algo notable en favor de la Patria. En el mismo año en el mes de Junio se reunieron alrededor de 30 o 35 jóvenes, entre ellos se leyeron las primeras palabras simbólicas, parecían aquellas la revelación elocuente de un pensamiento común, el cual resumía los deseos y esperanzas de aquella juventud. Inmediatamente se trató de instalar definitivamente la asociación y bajo votación unánime fue Esteban Echeverría elegido como presidente de la misma. Finalmente el día 8 de julio quedó instalada definitivamente y lo celebraron el 9 de julio junto con la fiesta de la independencia de la patria. Lo que ellos buscaban era tratar de que la asociación creciera, de ensanchar el círculo de la misma, y como consideraban que el país aún no estaba maduro para llevar a cabo una revolución material, impulsaron un movimiento que era útil y la vez innovador en consecuencia practicaron una revolución moral. Para lograr esto consideraban indispensable que cuando llamen a los patriotas les hicieran comprender que no se trataba de personas sino de patria y de regeneración por medio de un dogma que conciliase todas las opiniones, que unificare los intereses y los abrazase en su vasta y fraternal unidad. Existían inmensos elementos para realizar sin sangre, en momento oportuno, una revolución radical y regeneradora, tal como la necesitaba el país. La Asociación nombro una comisión que se compuso con figuras de la envergadura de Juan Bautista Alberdi, Juan María Gutiérrez, Manuel José Quiroga Rosas, Carlos Tejedor y Esteban Echeverría para que explicasen las palabras simbólicas. Echeverría presento el programa de trabajos, de cuestiones a resolver, que fue aprobado por los jóvenes de la Asociación. El trabajo se eslabonaba en la tradición, adoptaban como legítima herencia las tradiciones progresivas de la revolución de Mayo con la mira de perfeccionarlas o complementarlas. Por petición de Echeverría el dogma se discutió por partes, porque importaba que todos los miembros le diesen su asentimiento meditado y racional para que el no fuese sino la expresión formulada del pensamiento de todos, debía ser un credo, una bandera y un programa. Mayo fue la primera y grandiosa manifestación de que la sociedad argentina quería entrar en las vías del progreso dado que en Mayo el pueblo argentino comenzó a vivir como tal, pasó de la esclavitud a la libertad. La democracia era una deducción lógica del estudio de lo pasado y una aplicación oportuna, la querían como tradición, como principio y como institución. La democracia como tradición es Mayo, progreso continuo; como principio, la fraternidad, la igualdad y la libertad; como institución el sufragio y la representación. Querían descentralizar el poder, arrancárselo a los tiranos y usurpadores, para entregárselo al pueblo, su legítimo dueño. Caminaban a la unidad, no a la unidad de forma del unitarismo, ni a la despótica del federalismo, sino a la unidad de todos los miembros de la asociación política. Los integrantes de la asociación no realizaron modificaciones profundas del dogma, y el mismo quedo sancionado en todas sus partes por unanimidad, se resolvió mandarlo a imprimir a Montevideo para luego distribuirlo por toda la república. En este punto la revolución material contra Rosas estaba en pie. En el pensamiento de los jóvenes patriotas existía una revolución lenta que se daría

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