Farenheit 451: Los libros y las puertas de la consciencia

Juan David Reyes

Farenheit 451: Los libros y las puertas de la consciencia

Nos encontramos en un momento de colisión,  la lucha por la supervivencia, la ley del consumo, la oferta de “felicidad” y abundancia, a partir de conseguir el “éxito”, y la acumulación de bienes materiales, se nos presenta como la mejor gruta para hacer parte de lo que llamamos “humanidad”; nos trazan una línea de tiempo- espacio, una especie de matrix que debemos seguir y alabar hasta el fin de nuestros días. Desde que nacemos, nuestro devenir está  trazado, debemos legitimar un deber ser  marcado por el  estado,  la religión, la familia, en suma, la sociedad en general.  

Nos hacen creer que la libertad consiste en poder elegir una marca u otra de crema dental, o en poder generar un proyecto económico privado que nos permita acceder al exceso de riqueza:”el capitalismo esta a nuestros pies”. Nos permite acceder al confort, a la posibilidad del lujo, a  la acumulación por la acumulación. Así, nos exigen ser eficientes, productivos, exitosos;  ¡estudia ¡¡¡trabaja!, entra al sistema de  8 o más horas asalariadas, para poder acceder a la gran máquina que te promete felicidad,  riqueza comodidad “tranquilidad”.

 El lema es : “No pienses en otra cosa que no sea producir, producir, producir, sobrevivir para producir, consumir; trabajar para consumir, consumir, consumir ,consumir; vende tu tiempo vital, tu juventud , empeña tu pasaje por este planeta en asegurar tu vida laboral , para consumir¡¡¡.  

Estamos frente a una ideología totalitarista, hegemónica, que prohíbe y coarta la expansión del individuo  imponiendo un único paradigma, invisibilizando e invalidando  cualquier otra posibilidad de pensamiento y o de perspectiva.

Recordemos a George Orwell, en 1984 a Aldous Heauxley en un Mundo Feliz y a Ray Bradbury en  Farenheit 451. Describen sociedades homogéneas, uniformes, esclavizadas a partir de un discurso universalizante, producido por un estatuto de poder, que promete equilibrio  y bienestar. Describen sociedades automatizadas, robotizadas y convencidas de que el paradigma que les exponen es el correcto, único y verdadero. El pensamiento   de los individuos que pertenecen a  estas sociedades esta uniformado por un solo tipo de ideas, y por la devoción y aceptación al “Gran emisor de la verdad”.

En la obra de Ray Bradbury, “Farenheit 451”, Montag, el protagonista, trabaja  quemando libros, y su profesión es denominada como la de “bombero”, el se dedica a eliminar el peligro que pueden  ejercer estos objetos  al statu quo social.   Montag sirve a una sociedad que considera que las opiniones propias son anti-sociales. y su deber es asegurar que estos elementos desestabilizadores (libros) desaparezcan por completo. El ejerce la labor de “policía del pensamiento”, “Los libros distraen a  las personas y las hacen insociables”.

El primer punto de giro de la historia aparece cuando el protagonista conoce a Clarisse Mc Clellan, una joven que le presenta paulatinamente el mundo de las letras  y le muestra el contenido de lo que por convicción estaba destruyendo. A partir de este encuentro, el protagonista empieza a realizar un viaje de auto- conocimiento, de expansión de conciencia, de cuestionamiento, y empieza a plantearse infinidad de preguntas que lo conllevan a un cambio estructural en su disposición ideológica. Clarisse rompe con el esquema de pensamiento de Montag,

”Lee alguna vez alguno de los libros que quema?’El se hecho a reír.

-¡No como habría de leerlos!, en primer lugar no me interesa, en segundo lugar tengo otras cosas más importantes que hacer y además

-¡Esta prohibido por ley.

-¡Oh claro…

-Es un buen trabajo. El lunes quema a Millay, el miércoles a Whitman, el viernes a Faulkner, conviértelos en ceniza y, luego, quema las cenizas. Este es nuestro lema oficial.

(Fahrenheit 451,  Ray Bradbury)

La injerencia de los sistemas totalitaristas en las conciencias de los individuos, permea todas las manifestaciones de los mismos, el sujeto solo elabora opiniones enmarcadas en el paradigma   sobre el cual ha sido adoctrinado, y cualquier opinión que lo contradiga   o que se salga de los límites que le han sido impuestos , son considerados como ridículos, , falsos, y o salidos de tono. Montag considero la pregunta de Clarisse casi como un mal  chiste; dentro de su esquema de pensamiento no existía la posibilidad de leer, porque  el sistema en el que vive considera que el leer es perjudicial para la armonía de la sociedad.  Montag reproduce, el deber ser individual en pro del paradigma social al cual pertenece.

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