Hombre En Busca De Sentido - Fase 1
Enviado por brendaccuellar • 6 de Abril de 2014 • 1.292 Palabras (6 Páginas) • 868 Visitas
- Fase uno, “El internamiento en el campo”.
El síntoma que caracteriza esta fase, según Frankl, es el shock. Unos 1500 prisioneros viajaban en un tren que estaba abarrotado. Eran unos 80 en cada vagón y creían que los iban a destinar a una fábrica de munición. Entonces se dieron cuenta que los habían trasladado hacia Auschwitz, un campo de concentración, Nada mas bajar, los recibieron un grupo de prisioneros que hablaban en todas las lenguas europeas imaginables y que parecían bien alimentados. Luego se sabría que era un grupo especial de prisioneros que hacían las funciones de comité de bienvenida. Por ello los prisioneros que llegaban pensaron que podrían compartir su situación. En psicología, existe un estado de ánimo llamado “La ilusión del indulto” en la que el condenado a muerte a punto de morir, concibe la ilusión en la que seria indultado. Lo mismo les pasaba a esos prisioneros, se agarraban a los últimos jirones de esperanza que les quedaba.
Llegó el momento de la desinfección, donde les quitaron todos sus objetos personales, Frankl perdió un manuscrito de alto valor, les afeitaron todo el cuerpo y les dieron una pastilla de jabón. A partir de ese momento lo único que tendrían aquellos prisioneros seria su existencia desnuda. Ningún enlace material hacia su vida anterior. Después en la ducha a todos los prisioneros los embargó un humor macabro. Sabían que nada tenían que perder así que se pusieron a bromear sobre ellos mismos. Aparte del humor, otra sensación se apodero de ellos: la curiosidad, que suele aparecer ante ciertas circunstancias extrañas. Se tenía ese ánimo como medida de protección, todos deseaban saber que pasaría a continuación.
La amenaza de muerte continua, lo desesperado de la situación y el preguntarse quien sería el siguiente abrigaba en ellos el pensamiento de suicidarse o “lanzarse contra la alambrada”, como decían ellos. Seguidamente un colega de Frankl salio de su barracón a pesar de la prohibición y les dio unos consejos alentadores, como el de tener una apariencia joven y lozana. Puesto que a los que parecían enfermos y demacrados por fuera y por dentro eran los que mas probablemente fueran derechos a la cámara de gas. A estos últimos se les llamaba musulmanes.
Fase dos, “La vida en el campo”
Las reacciones de la fase anterior empezaron a desaparecer a los pocos días. A todos los prisioneros los invadió un síntoma de apatía, en la que se llegaba a una especie de muerte emocional, desaparecen sus sentimientos ante la visión de cosas tétricas que ocurren todos los días (como el niño que se le hielan los pies y se medio arranca los dedos con unas tenazas), hasta que al final esas escenas se hacen habituales y se acostumbraban a ellas. Esta apatía era un mecanismo necesario de autodefensa, ya que el prisionero olvidaba todo dolor y sufrimiento y se centraba en un único objetivo, el conservar la vida propia y la de otros compañeros
Los deseos más primitivos de los prisioneros, como comida, un baño caliente, cigarrillos, etc. se hacían ver en sus sueños. En una ocasión, Frankl pretendía despertar a un compañero que estaba teniendo una pesadilla. Pero al final lo dejo porque por muy horrible que fuera la pesadilla siempre seria mejor que la realidad en el campo.
El hecho de la desnutrición que sufrían y que la ausencia total de sentimentalismo provocaba también que el deseo sexual fuera nulo. Pero a pesar del primitivismo físico y mental. Los prisioneros llevaban una profunda vida espiritual. Las personas de constitución débil y que habían llevado una vida espiritual profunda parecían llevar mejor la vida en el campo que las personas fornidas. Esto se debe a que se retrotraían a una vida de riqueza interior y de libertad espiritual. Eso si, no cabe duda de que estas personas de complexión endeble sufrieron muchísimo.
Para aliviar el sufrimiento de los prisioneros
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