Ifigenia El Zorsal Y La Muerte

Diplomático, periodista, poeta y novelista, Oscar Cerruto es conocido como uno de los cinco autores más importantes en Bolivia. Nació el 13 de junio de 1912; toda su vida recibió el apoyo de sus padres, quienes no pudieron darse cuenta del potencial que tenía su hijo para la literatura. En cuanto Cerruto termino la escuela, entró a la facultad de derecho para cumplir con los deseos de su padre, Sin embargo el mismo año de su fallecimiento, Cerruto abandono la facultad para continuar con su carrera literaria.

Todas sus publicaciones son diferentes una de otra, entre ellas podemos encontrar “Aluvión de fuego”, “La muerte mágica”, “navidad en la tierra”, “Cifra de las rosas y siete cantares”, “Poesía”, y más. Sin embargo, una de sus obras más conocidas es “Cerco de Penumbras”, una recopilación de diez cuentos que fue publicada por primera vez en 1958 por el Ministerio de Educación. Su segunda publicación fue 17 años más tarde, en 1975 de la editorial Difusión. Esta obra de una forma u otra definió el fin de la necesidad representativa en la literatura Boliviana, es decir, se abrió una puerta hacia la narrativa fantástica, en la cual es muy común encontrar sus inverosimilitudes insertadas en la cotidianidad.

“Ifigenia, el zorzal y la muerte” es uno de los diez cuentos que encontramos en “Cerco de penumbras”, en él, al igual que en muchos de los cuentos presentes en la obra, podemos encontrar una historia paralela, que refleja el mundo referencial (espacio y tiempo) en el que vivía o vivió el autor; en este caso hace referencia a la Revolución del 52.

“Lo despertó el primer disparo. ¿Era el primero?” Así es como se empieza a relatar la historia de un hombre, un hombre común y corriente, quien soñaba con el cambio trascendental de su vida, sin embargo la noche anterior los disparos lo despertaron y en su habitación irrumpió una mujer hermosa, casi desnuda, llena de temor, a pesar de ello, parecía segura de sí misma. No era la primera vez que el hombre se cruzaba con ella, pero nunca antes había logrado admirar su belleza de ese modo; él estaba deslumbrado y anonadado al mismo tiempo, pues esa mujer, nunca antes se había dignado si quiera en mirarlo de frente.

A la mañana siguiente, el hombre se despertó, intentando descifrar si tan solo había sido un sueño, no pudo. Poco después se dio cuenta que no sabía el nombre de la mujer, pero su forma de ser y como él la recordaba, lo llevó a llamarla Ifigenia. El hombre salió de la casa, intentando llegar a una oficina pero los disparos y los soldados lo impidieron, su intento de retornar al centro, la búsqueda de su amigo Covarrubias quien al final de todo, por bienvenida le ofrece un fusil, y luego a la mujer de sus sueños convertida en combatiente.

Si analizamos los personajes uno a uno, nos daremos cuenta que, por ejemplo, el hombre de la historia, nuestro personaje principal, no se identificaba con los cambios sociales que ocurrían en ese momento, él era un hombre común, mediocre, alienado y egoísta. Es un apersona en busca de su identidad. En el texto, el hombre vive las escenas manteniéndose al margen de ellas, es decir, en distintas ocasiones se le presenta la oportunidad de intervenir, pero no logra decidirse. Otro aspecto que puede rescatarse, es el hecho de que cuando el personaje se ve obligado a buscar un

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