Inteligencia Emocional

Goleman logra con este libro, desde una visión científica y seria, desarrollar una guía que nos ayude a conocer mejor las emociones del ser humano y comprender por qué ciertas emociones nos surgen en un momento determinado y poderlas controlar o evitar cuando éstas nos puedan crear problemas. Es una guía, como dice el autor, para dar sentido a lo aparentemente absurdo, ya que sostiene que nuestra visión de la inteligencia humana es estrecha, pues soslaya un amplio abanico de capacidades esenciales para la vida. Ese conjunto de capacidades es lo que él llama Inteligencia Emocional.

Existe una serie de habilidades como son el autocontrol, el entusiasmo, la capacidad para motivarse, empatía, etc.. que muchas personas han desarrollado desde la infancia y otras carecen de ellas. Hay habilidades innatas en el ser humano que salen a la luz en las diferentes situaciones que se nos presentan en la vida, pero hay personas que necesitan el aprendizaje del componente emocional de todas estas habilidades, de ahí la necesaria capacidad de los propios educadores para que éstas se desarrollen en la infancia. Pero también en la edad adulta podemos aprenderlas y sobre todo cuando percibimos que el descontrol de las emociones pueden acabar con nuestra estabilidad emocional.

Son capacidades que quien las posee y sabe utilizarlas puede llegar a ser más feliz e inteligente que aquellas personas que, aún teniendo un alto coeficiente de inteligencia, carecen de habilidades complementarias. Todas las estrategias que demuestren su utilidad para nuestros fines deben estar suficientemente grabadas en nuestra mente. Nuestro cerebro emocional reacciona de manera automática con aquellas respuestas emocionales que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida en los repetidos momentos, ya sean de alegría, enfado o sufrimiento emocional, de tal modo que éstas terminan dominando todo nuestro panorama mental. Por ello cuantos más mensajes positivos grabemos en nuestra mente más facilidades tendremos a la hora de utilizar nuestra inteligencia emocional.

La inteligencia emocional constituye un vínculo entre los sentimientos, el carácter y los impulsos morales. Es evidente que las actitudes éticas fundamentales que adoptamos en la vida se asientan en las capacidades emocionales subyacentes. Hay dos actitudes éticas fundamentales que necesitamos con urgencia y que, frecuentemente, demostramos que carecemos de ellas como son el autocontrol y el altruismo.

El impulso es el vehículo de la emoción y la semilla de todo impulso es un sentimiento expansivo que busca expresarse en la acción. Quienes se hallan a merced de los impulsos (que carecen de autocontrol) adolecen, en muchos casos, de una deficiencia moral porque la capacidad de controlar los impulsos constituye el fundamento mismo de la voluntad y el carácter.

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