Japon Templos
Enviado por vadadading • 10 de Junio de 2014 • 397 Palabras (2 Páginas) • 231 Visitas
Santuarios,
Templos con techos de oro, templos que muestran simplicidad natural,
santuarios donde se respira un aire de tranquilidad y jardines cuyo
refinamiento es absoluto...
¿Cuál será su preferido?
Jardines
Templo Ryoanji:
El Ryoanji es famoso por su “jardín de paisaje seco”, más
conocido con el nombre de “jardín de piedra” y que,
gracias a una disposición de rocas y arena blanca, da
una visión simbólica de la naturaleza.
“... Mi padre, que era un sacerdote budista de campo y
moderado con sus palabras, tenía la costumbre de decirme
que nada, en estos mundos de aquí abajo, igualaba el
esplendor del Kinkakuji.” (extracto del Pabellón de Oro,
novela del célebre escritor Yukio Mishima)
Templo Kinkakuji:
Esta estatua del Gran Buda simboliza en el mundo entero
la antigua capital, Kamakura.
El Gran Buda de Kamakura:
El Jardín Este:
Este jardín tradicional, situado dentro del recinto del
Palacio imperial, está abierto al público. La entrada es libre.
Suntuosos templos budistas codeándose con otros que son la
encarnación de la quintaesencia de una elegancia arquitectural discreta
donde la mayor parte de los elementos ornamentales están suprimidos.
Majestuosos y apacibles santuarios Shinto disimulados en la verde
penumbra de un bosque... Todo esto existe en Japón. Surgen de los
lugares más inesperados y, algunos, se ocultan incluso en las ciudades
más imponentes como Tokio u Osaka. La construcción de muchos de
ellos data de hace casi un millar de años. El Shinto, la antigua religión
indígena que sigue estando anclada dentro del territorio japonés,
centrada en el culto a los ancestros y la armonía con la naturaleza,
coexiste con el Budismo que, llegado del continente asiático en el siglo
seis, profesa el despertar espiritual y la salvación gracias a la renuncia y
al ascetismo. El Shinto y el Budismo conservan sus valores
fundamentales para los japoneses contemporáneos y siguen siendo
fuentes culturales y estéticas de inspiración.
Dejando aparte los propios edificios, las imágenes búdicas que éstos
contienen y los jardines de los templos son de por sí solos unas
espléndidas obras de arte. Los jardines japoneses son conocidos en el
mundo entero por su virtud de reproducir con un refinamiento sin igual
toda la belleza de la naturaleza dentro del ámbito de un espacio
reducido. Siéntense en la veranda de un templo y olvídense del tiempo
dejándose embelesar por la contemplación del jardín. Nada es más
sencillo entonces que olvidarse de la realidad y saborear la exquisita
lentitud que cobra el
...