Kafka. La Metamorfosis
Enviado por ashanti_gc • 26 de Mayo de 2012 • 660 Palabras (3 Páginas) • 791 Visitas
Gregorio Samsa esta hastiado de la monotonía de su vida. Su diario devenir no presenta para él ni amenidad ni novedad. Las mismas calles y personas cruzan por sus ojos y las palabras cruzan por sus ojos y las palabras son una etiqueta preestablecida y programada que nada añade a su existir.
Día tras día la jornada laboral roba más de la mitad de su tiempo y el comer se ha vuelta una costumbre de sobrevivencia donde los sabores se han sometido a la necesidad evadiendo el gusto y la oportunidad de convivir y relacionarse.
Ya no hay sueños juveniles ni la alegría candorosa de la infancia pues la monotonía de su vida hizo olvidar y abandonar los anhelos de una vida mejor o, al menos, más feliz.
Sin embargo algo de responsabilidad se aferra a su método el temor a ser reprendido perdiendo sus beneficios lo hacen luchar, con debilidad más que con fuerza por seguir la vía repetitiva de su vida como el único recurso para sentirse parto de algo, y útil, al menos mas que con fuerza, por seguir lo más básico de las necesidades de su existencia.
Cada característica de la pesadilla de su transformación expresa determinadamente las limitaciones de capacidad para valorar lo que hace y como lo hace, pues nada lo realiza como persona y se convierte, poco a poco en un siervo sin voluntad ni juicio ni opinión deshumanizándolo y asesinando las cualidades, aptitudes y la inteligencia natural de su persona. Sus manos se han vuelto inútiles a su uso normal, los pies son imposibles de alcanzar y ya no lo sostienen además su masa corporal y el peso que ahora debe desplazar le imposibilitan un ágil movimiento. La nueva definición de su aparato bucal no le permite hacerse entender adecuadamente. Su mente lucha aferrándose a conservar su formal normal mientras su cuerpo le va revelando una nueva disposición y distribución de su zoomórfica. Siente ahora, realizados sus sueños en su cuerpo físico, las frustraciones e incapacidades de su diario existir donde no hacía con sus miembros lo que tenían que decir y no lo que pensaban libremente, sus manos y sus pies caminaban y obraban según un programa mecánico y automatizado en su cerebro.
Atrapado ahora en su monstruoso cuerpo y confinado a su estrecha habitación no vive una experiencia diferencia con su vida anterior pero la costumbre y la vinculación a su rutina lo hacen sufrir y desear poder hacer su vida normal pero no hay una verdadera motivación que lo impulse a vencer su estado defectuoso.
Las personas que lo ven sienten terror y asco ante una imagen que amenaza sin violencia y domina sin imponer, pareciera que no desean verse involucrados en una situación que los puede absorber, poco a poco sus parientes más allegados aprenderán a convivir con su extraña forma y seguirán sus vidas en forma paralela hasta la indiferencia total que continuara su existencia al olvido particular haciéndole el peor
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