LA QUINTA COLUMNA DIGITAL

LA QUINTA COLUMNA DIGITAL

El autor menciona que debemos de eliminar ese analfabetismo digital y para eso es volver el software libre más amigable y eficaz o piratearlo amistado del software propietario. Antes el software era gratuito, el cogido te venía con la comprar del ordenador. El autor dice que podría ser el software libre una de las grandes aportaciones de la cibercultura hacker del siglo XX a la humanidad. Pero el software libre debe de ir cambiando y para eso necesita que sus integrantes cambien junto a él (Hardware, nettiquete, internet).

La brecha digital para algunos significa la posibilidad o no de acceder a redes y para otros es importante la calidad y el coste del servicio. No todos en el mundo saben usar un teléfono y menos el internet, así que la famosa sociedad global de la información tiene en sus suburbios miserables su máxima extensión. La brecha digital es uno de los pocos cuya superación cambiaría significativamente el panorama, sobre todo si encontramos la manera de conseguir que su sutura se convierta en la garantía de una hiperpolítica quintacolumnista.

La hiperpolítica es una puridad, la forma originaria de política que hemos empezado a recuperar gracias a las extensiones tecnológicas utilizadas de manera alternativa. El único horizonte de la política que se niegue a la hiperpolítica es la corrupción, la manipulación y el terror. La hiperpolítica es una apuesta a futuro porque es una vía abierta y progresiva. La politización de la política es el único camino a la democracia.

Para el desarrollo de la hiperpolítica es necesario el buen uso de los medios de comunicación y la sabia estrategia. En estos tiempos de máxima concentración mediática, donde más de cinco grupos  controlan el noventa por ciento de las masas, es necesario el bueno uso de los mass media. Se necesita que los periodistas impacten con sus noticias. Según el autor hace falta sin duda una nueva ética hiperpolítica de los medios que transgreda la hipocresía de ciertos códigos deontológicos, manipulados hasta el hastío y cuyo resultado final ha sido una homogenización sin precedentes de lo que aparece en las pantallas y periódicos.

Los móviles se han convertido en la gadget de la cibercultura. La revolución de la cibercultura ha llegado para la mayoría a través del móvil, pero lo importante es cómo ha cambiado y mejorado (3G, 4G, ETC). Es una máquina de máquinas, que poco a poco su tamaño impacta y en el móvil puedes llevar cámara de fotos, agenda, videocámara, etc. A través del móvil puede convocar grupos de protesta, flash mob, transmitir información decisiva y cambiar las elecciones. Pero no todos lo pueden usar, para alguna élite económica aún está restringida, ya que conseguir un celular es costoso.

El ciberespacio, internet, tiene un futuro impredecible. Gracias a los correos electrónicos, las fotos y las páginas web los quintacolumnistas de medio mundo han podido conocerse, coordinarse y crear junto esas zonas temporalmente autónomas para la hiperpolítica. Pero es necesario saber que en ciertos países su acceso está severamente restringido o en países como África ni siquiera existe.

Esperemos que en un futuro el internet puede multiplicarse y diversificarse, y el quintacolumnismo hiperpolítico ha de estar atento a su progresión para introducir sus modelos de trabajos.

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