La Fierecilla domada

La Fierecilla domada

William Sehakespeare

Al igual que sus otras obras William Shakespeare utiliza un argumento ya escrito para elaborar  su texto, en este caso La fierecilla Domada que se publicó en los años de 1592 y 1594 no es la excepción, pues la obra en la que se basa según Enriqueta González es The suposses de George Gascoine.^[1] 

     La Obra se desarrolla en cinco actos en donde la acción se centra en los enredos de los pretendientes de Blanca: Hortensio, Gremio y Lucencio, pues estos aspiran a desposarse con la “dulce” y “tierna”  hija de Bautista quien es un noble de Papua y que evidentemente posee una gran fortuna, el gran inconveniente que tienen que pasar los  solicitantes es que primero tiene que casarse Catalina,  hija mayor e incomoda  de Bautista, pues ésta posee un carácter muy dominante y explosivo que ha hecho correr a los que desean su mano,(incluso utiliza los golpes para ahuyentarlos).

 Ante esta situación los tres postulantes de Blanca urden un plan para que Catalina se despose con Petruchio que es un hombre de personalidad fuerte, éste acepta la propuesta, pues quiere ganar dinero con la boda (ya que en esa época la mujer en el momento de contraer nupcias tenía que aportar una dote) y disfrutar de una vida cómoda que le otorgaría el dicho enlace.

La trama se desarrolla en diferentes enredos donde Catalina se desposa con Petruchio y éste utiliza diversas técnicas para menguar su temperamento como: dejarla sin comer,  sin dormir, dejarla debilitada físicamente, pues inmediatamente después de casarse la obliga a irse a caballo en medio de la lluvia y el  frío para llegar  a su casa( de él). Tras los tratos ásperos que le da Petruchio a Catalina “doma”  la actitud de esta, al final Lucencio se casa con Blanca.

No voy  a negar que Shakespeare es un excelente escritor y dramaturgo en la escena del teatro, sin embargo, esta obra, no obstante,  que me ha hecho reír bastante no escapa de poner la situación de la mujer en un lugar muy inferior, pues en la época del renacimiento y a pesar de la gestación de “nuevas ideas”  del “hombre moderno”  sigue manteniendo el papel femenino en la obediencia hacia el varón, ya que en ese entonces la mujer sólo disponía de dos opciones la de casarse y la de ser monja, no existía una libre elección de vida ni de actuación en la sociedad, el hombre encarnado en la figura de Petruchio no parece detestable a los ojos de los contemporáneos, pues es un varón ambicioso sin escrúpulos que sólo busca un buen patrimonio a costa de Catalina, es aplaudido por domar ( yo diría reducir la personalidad de Catalina) el fuerte temperamento de su esposa, no se toma a mal la violencia que ejerce sobre el cuerpo de la cónyuge, lo que se busca o mejor dicho en esa época lo que se buscaba era la corrección de las mujeres y mantenerlas bajo el yugo del hombre, esto viene de la formación eclesiástica que se dedico a divulgar que la mujer era la Eva(llena de maldad) que había que “cuidar” y mantener bajo control gracias a su perversidad que contenía per se ( por naturaleza). Es, pues, una obra en la que se vislumbra las características de una mujer “ideal” para ese tiempo, ya que en una especie de oposición apareció Blanca como el prototipo de lo que se “debe ser”, pues su descripción está  cargada de “fragilidad femenina”,( ser inerte, plano, sin ideas propias y sujeta a una sociedad machista) pues Hortensio y Gremio en sus diálogos le atribuyen las cualidades que “toda buena mujer debe tener” como : ¡Inocencia!, ¡Candor!, ¡Modestia!.

Para el caso de Catalina quien es descrita por sus maneras exageradas (neuróticas), se presenta como un problema que se tiene que remediar y reajustar al “ideal femenino”, pues Petruchio cuando le da la noticia de su desposorio lo hace de esta forma: “ Yo, que he venido para domarte. Para transformar una Catalina salvaje en una Catalina humilde y sumisa como todas las Catalinas del mundo”, es decir, en ese pequeño argumento se encuentra centrada la actitud que debería poseer una “buena mujer”, sumisa y humilde sobre todo ante el esposo, el final de la obra termina por  dar un refuerzo a esta idea, sobre todo con el monologo final que tiene Catalina, enunciando “Pienso que nunca creí que pudiera ser tan feliz obedeciendo….”

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