La Fiesta De Las Balas
Enviado por kirara98 • 2 de Octubre de 2013 • 540 Palabras (3 Páginas) • 8.666 Visitas
LA FIESTA DE LAS BALAS
Martin Luis Guzmán
Villa y el villismo otra realidad, otro mundo. Hechos históricos, heroísmo, trama, crueldad, miedo entre otros sentimiento es lo que uno puede hallar dentro de la lectura de Martin Luis Guzmán “La fiesta de las Balas”. Conocemos a un personaje importante del villismo conocido por su crueldad y su gran habilidad en el manejo de la pistola, fantasía tan cruel como creadora de escenas de muerte, junto con las terribles órdenes de Villa.
Aunque “La fiesta de las balas” es un capítulo de El Águila y la Serpiente, que es esencialmente un libro de memorias, no hay ninguna duda sobre su carácter de cuento. El mismo autor nos dice que lo que va a narrar no es estrictamente histórico, sino que tiene el toque de la exaltación poética. Además, la unidad del tema, el desarrollo matemáticamente lógico de la trama y la creación magistral del suspenso lo colocan dentro del género estudiado.
El retrato de Rodolfo Fierro como el representante más brutal del villismo se consigue mediante un plan elaborado con mucho cuidado., el cuento empieza con una presentación rápida de forma periodística mostrando a fondo lo que uno puede conocer como hechos históricos. Lo interesantes que inmediatamente después, el autor nos coloca dentro del drama, con una descripción lenta y precisa, Guzmán hace destacar la figura solitaria de Fierro desafiando el viento de la llanura desolada. La visión de los trescientos prisioneros acorralados como reses también contribuye a la escultura del superhombre, crea el suspenso y acelera el ritmo del cuento.
Mientras se hacen los preparativos, describe los corrales llenos de prisioneros y los movimientos que empieza hacer Fierro. Para revelar el plan diabólico de Fierro, Guzmán acude por primera vez al diálogo. El autor relata de una forma muy culta pero cuando empieza a dialogar los personajes, la lengua cambia al de aquella época, un lenguaje muy de campo. La ejecución de los prisioneros se prolonga por dos páginas y media alternándose rápidamente varias escenas: la actitud de los condenados; las pistolas de Fierro; el terror del asistente; la serenidad de Fierro; el lamento producido por los disparos, el griterío de los condenados y las exclamaciones alegres de los soldados, todo llevado por el viento; y el escape de uno de los “colorados”. La brutalidad inhumana de Fierro llega a impresionar aún más en contraste con el soldado que no logra matar al único que salva la tapia y, sobre todo, con el asistente que se persigna antes de acostarse y que pretende no entender la orden de Fierro de dar el tiro de gracia al hombre herido que pide agua. El retrato de Fierro se remata con su preocupación por el dedo hinchado y con la última frase del cuento: “bajo el techo del pesebre dormía Fierro”.
La fuerza de esta obra se deriva en gran parte de la impersonalidad con que Guzmán la narra, hay momentos
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