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La Guerra Del Chaco


Enviado por   •  11 de Junio de 2014  •  2.624 Palabras (11 Páginas)  •  386 Visitas

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Construcciones literarias de la Guerra del Chaco

“-Triunfará el ejercito que consiga dominar las comunicacionesdel enemigo. Sobre todo el que consiga llevar agua a sus líneas.Porque esta va a ser la Guerra de la Sed”[1]

La Guerra del Chaco enfrentó a Bolivia y Paraguay entre 1932 y 1935, convirtiéndose en uno de los temas significativos de la literatura de ambos países. Tanto Augusto Roa Bastos en Paraguay como Augusto Céspedes y Oscar Cerruto en Bolivia tienen como trasfondo de sus novelas este enfrentamiento. Sin embargo, el modo de contar la guerra presenta algunas particularidades, que responden a las diferentes lecturas que se llevan a cabo de la nación y de la historia misma del país. Puede leerse en ellas el modo en el que estos escritores reflejaron una mirada sobre su país, pero también un proyecto, un deseo de aquello que ese país podía o debía ser.

Contar la guerraEn Sangre de Mestizos, Augusto Céspedes decide contar la guerra como una serie de cuadros o escenas que presentan distintas cuestiones vinculadas con el enfrentamiento. Lo significativo de su elección es que para hablar de esta guerra se desplaza e intenta poner en evidencia lo que está detrás de la contienda. Estas escenas no narran las grandes batallas ni los actos heroicos de los soldados sino lo que significa realmente convivir con esa guerra. En uno de los relatos más significativos, “El pozo”, la guerra está como fondo pero al mismo tiempo está desplazada. El enfrentamiento con los pilas está en segundo plano porque lo que aparece casi obsesivamente es el relato de la sed.

“No hay una gota de agua, lo que no impide que vivan aquí los hombres en guerra. Vivimos, raquíticos, miserables, prematuramente envejecidos los árboles, con más ramas que hojas, y los hombres, con más sed que odio”[2]

La narración se estructura a partir de los datos acerca del agua: si llovió, si dejó de llover, si la tierra que sacan del pozo está más o menos húmeda. Es también el relato de una decepción: nunca se obtiene aquello por lo que se está dejando la vida. El enfrentamiento con los paraguayos solo aparece cuando estos quieren el pozo. Combaten y muchos de ellos mueren, pero no lo hacen por la patria ni por la guerra sino por el agua. Al mismo tiempo, entregan su vida defendiendo un pozo que, saben, está seco.

“Creció el tiroteo de los pilas y se oía en medio de las detonaciones su alarido salvaje, concentrándose la furia del ataque sobre el pozo. Pero nosotros no cedíamos un metro, defendiéndolo ¡COMO SI REALMENTE TUVIESE AGUA!”[3]

La sed se convierte en el enemigo principal y el agua pasa a ocupar el lugar del objeto de deseo, llevando la representación de su búsqueda a términos erotizados. “Entraba cautelosamente, asombrado ante la presencia casi sexual del secreto terrestre”[4]. El pozo genera una “lóbrega atracción”, pero es también un designio fatal.

“¿Acabará esto algún día? Ya no se cava para encontrar agua, sino para cumplir un designio fatal, un propósito inescrutable. Los días de mis soldados se insumen en la vorágine de la concavidad luctuosa que les lleva ciegos, por delante de su esotérico crecimiento sordo, atornillándose a la tierra”[5]

De este modo, Céspedes cuenta una guerra inmotivada, y el desvío cumple aquí una doble función: ese pozo está vacío como vacío está el Chaco, lo cual muestra que esa guerra no tiene sentido; además, muestra el aspecto más miserable y cruel.

“Aquí arriba el pozo ha tomado la fisonomía de algo inevitable, eterno y poderoso como la guerra (…) Siempre nada, igual que la guerra… ¡Esta nada no se acabará jamás!”[6]

Desprovistos de todo tipo de epicidad, estos relatos muestran la inutilidad de una guerra que solo trae más miseria y que se erige sobre los hombres como una fuerza casi inevitable y arrasadora.En Aluvión de fuego, Oscar Cerruto también realiza un desplazamiento particular. Sin perder el trasfondo de la guerra, decide contar el camino desde una visión ingenua del pasado y el presente hacia una consciente. Frente a los discursos de unidad nacional que acompañan a la guerra devela la situación en la que se encuentran ciertos sectores de la sociedad: los indios son obligados a pelear por una patria que los excluye y a la que sienten que no pertenecen.Para realizar este desplazamiento, toma la figura de Mauricio, un adolescente de familia burguesa que posee una visión romántica del mundo y de la guerra. A través suyo cuenta ese pasaje y plasma aquello que decide contar: en palabras de Carlos Mesa Gisbert, “la tramoya detrás de la guerra”[7]. Cerruto plasma en su novela qué ocurre mientras ocurre la guerra, esto es, cómo existen la represión y el sometimiento de los indígenas.El mundo inicial en el que vive Mauricio presenta una primera visión de la guerra, aquella de la que el protagonista se separará a lo largo del relato. Isabel y Juanito pelean por unos soldaditos:

“Los cuerpos, confundidos en la lucha, volteaban por el suelo, uno encima del otro; los brazos del chico alargados en el afán de asir la cajita; los de ella, tensos, defendiéndola. La lucha es de una emoción vibrante, deliciosa y nueva, más atrayente de lo que pudieron imaginarse. Un sentimiento desconocido, en el que casi no entra la posesión del codiciado juguete, trasciende el beligerante forcejeo”[8]

Este enfrentamiento de dos niños muestra la visión inocente de la guerra, en la que puede notarse cierta fascinación, cierto goce. Esta imagen, sin embargo, se ve pronto asechada por una reminiscencia erótica: “Juanito tiene la visión deslumbrante de un seno diminuto, apenas forjado, que brota como una rosa por entre la tela de la blusa corrida”[9]. Esta es la primera invasión a esa imagen inocente, que se perderá poco a poco a medida que la narración se acerque al lugar de los indios.Se trata, de algún modo, de una novela de iniciación, en la que Mauricio pasara de un conocimiento parcial y errado (tal vez por su condición de clase) a una imagen de Bolivia más completa, que incluya la verdadera complejidad de la situación social y el verdadero significado de la guerra.Roa Bastos, por su parte, elige narrar la Guerra del Chaco como producto de una serie de hechos que conforman la historia de Paraguay. La Guerra aparece inscripta en esta línea y es una más de las penurias que deben pasar. El relato de los hechos cuenta tanto los enfrentamientos contra los bolivianos como el hambre y la sed que los asola. El sentido de la guerra, si lo hay, queda tapado por la miseria.

“Se han olvidado de nosotros. Hasta el enemigo, que ya no viene por el bosque a embestirnos,

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