La Iliada
Enviado por qtimporta • 26 de Noviembre de 2012 • 855 Palabras (4 Páginas) • 349 Visitas
Los orígenes de la guerra de Troya se remontan a un incidente ocurrido durante las bodas de Peleo, soberano de los mirmidones, y Tetis, una de las nereidas. Eris, la diosa de la discordia, irrumpió en el suntuoso banquete organizado para la ocasión y arrojó a los invitados una manzana de oro que decía "a la más bella". Zeus pidió a Paris, hijo del rey Príamo de Troya, que eligiera entre las tres diosas que aspiraban a la manzana: Hera, Atenea y Afrodita. Paris eligió a Afrodita y a cambio ésta le prometió el amor de la mujer más bella del mundo: Helena, esposa de Menelao, rey de Esparta.
Seguro gracias a la protección de Afrodita, el joven Paris raptó a la bella Helena de Esparta y se la llevó a Troya, lo que provocó la furia de su esposo el rey Menelao. Apoyado por los griegos, Menelao organizó un poderoso ejército comandado por su hermano Agamenón, rey de Micenas, que embarcó rumbo a Troya para vengar la afrenta, rescatar a Helena y llevarla de vuelta a casa.
Tras pasar a cuchillo a todos los habitantes de los alrededores, los griegos sitiaron las murallas fortificadas de Troya durante diez largos años. A pesar de ello, la ciudad parece inexpugnable. La Iliada de Homero comienza justo antes del final del conflicto, con un altercado entre dos valientes griegos, el rey Agamenón y Aquiles (hijo del rey Peleo y de Tetis).
La disputa entre Aquiles y Agamenón sobre la doncella cautiva Briseida ilustra la fragilidad de la alianza entre los líderes griegos. Cuando Agamenón arrebató a la esclava y se negó a devolverla, Aquiles retiró a los mirmidones de la batalla y se encerró encolerizado en su tienda.
Aprovechándose de las divisiones entre los griegos, los troyanos asestaron una serie de reveses a sus atacantes. A la vista de lo que parecía una derrota inevitable, Agamenón accedió a devolverle Briseida a Aquiles a cambio de que regresara al campo de batalla. Sin embargo, el orgulloso guerrero se negó.
Aquiles permitió a su leal amigo Patroclo guiar al ejército de los mirmidones durante el asalto a los troyanos. Patroclo luchó valerosamente pero murió a manos del príncipe Héctor, hijo del rey Príamo de Troya.
Afligido por el dolor a causa de la muerte de su amigo, Aquiles recibió de su madre Tetis nuevas armas, fraguadas por el dios Hefesto, para sustituir a las perdidas por Patroclo durante la batalla. Así rearmado, Aquiles volvió a la guerra, se reconcilió con Agamenón y los esfuerzos de ambos invirtieron el curso del conflicto.
Finalmente, Aquiles se vio cara a cara con Héctor, el más temido guerrero del ejército troyano, y logró vencerle atravesándole la garganta con una lanza. Pero su sed de venganza no se vio satisfecha, por lo que se negó a devolver el cadáver del príncipe a su familia.
Después de la trascendental victoria de los griegos, Aquiles organizó el funeral de su amigo Patroclo. Fue un grandioso acontecimiento
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