La Importancia De La Escuela Secundaria En El Desarrollo De Habilidades Hacia La Lectura Y La Escritura; La Expresión Oral De Los Adolescentes.

Juan Pablo Ruiz Pulido. 02Sep2012

La importancia de la escuela secundaria en el desarrollo de habilidades hacia la lectura y la escritura; La expresión oral de los adolescentes.

En la actualidad se da por entendido que los adolescentes no prestan mucho tiempo a la lectura debido a la modernidad de la era y sus entretenimientos cibernéticos de entretenimiento y comunicación. Es por eso que nace una demanda por insistir con el fomento a la lectura en los adolescentes, ya que con este hábito podrán obtener muchos beneficios culturales e intelectuales.

La lectura es una herramienta muy útil y práctica para el desarrollo intelectual del ser humano, sea cual sea el área, el tema o el texto la lectura siempre traerá satisfacción al conocer e interpretar. Pero existe un problema en nuestra sociedad mexicana, es la falta de comprensión, retención y motivación de la lectura y esto se ha convertido en una señal de alarma para todo el sistema educativo.

La escuela secundaria ha asumido la tarea de formar jóvenes con el habito y el gusto por el mundo impreso, adoptando la lectura como una satisfacción y fuente de información y la escritura como un medio de comunicación efectivo. Para lograr esto, los maestros debemos ser consientes de que la lectura y la escritura desde sus inicios en la educación primaria se ha convertido en una exigencia escolar, es decir, como una materia mas, una obligación y una exigencia de los maestros con el fin de obtener un numero en su calificación.

Para mi punto de vista la importancia de la escuela secundaria en el desarrollo de la lectura y la escritura ha sido un tanto limitante para los alumnos, sobre todo aquellos que viven en contextos culturales ajenos a los libros, si su acercamiento a los textos tiene mucho que ver con aquellos contenidos de los libros de texto que cada palabra y cada frase les recuerda aquella pesada y aburrida clase donde el maestro les obligaba a copiar cada pagina del libro, o leían en clase de historia sobre las monarquías españolas y cada palabra era mas compleja y menos significativa que la otra, entonces creo yo, que la lectura puede ser aborrecida por el alumno de la escuela secundaria. Sin embargo si olvidamos esas lamentables practicas escolares de la lectura y la escritura podemos creer que un adolescente puede ser un amante de la lectura, de una lectura que valla acorde con su lengua, sus sentimientos, intereses, dudas y con todo lo que se parezca a su mundo o al mundo que ve en sus sueños. El adolescente esta ansioso por conocer, y por vivir ¿ que mejor manera de hacer que a través de la lectura y la escritura? Y aquí es donde entra de nuevo el papel de la escuela que es la madre del saber y cuna de los libros (considerando que las escuelas secundarias urbanas cuentan con una biblioteca muy bien equipada). Podemos ver un ejemplo muy claro de lo que trato de decir sobre la influencia de la escuela: hace 10 años se desato una fiebre de lectores, cuando se filmo Harry Potter, los lectores mas fieles era los niños y los adolescentes que hasta se sabía que ¡se formaban por horas para ser los primeros en comprar aquellos libros!, los alumnos de secundaria de aquel entonces llevaban sus libros como biblias a las escuelas para compartirlos, platicarlos y socializarlos con otros compañeros amantes de aquella lectura, y por desgracia para algunos maestros mal informados y cerrados al conocimientos, convirtieron esos libros esas platicas y esas fantasías en algo prohibido dentro de la escuela, como si no fuera suficiente trauma para un alumno entrar a la gran biblioteca, esa aula misteriosa, silenciosa y fría donde habitaba el guardián del silencio que para cualquier pequeño ruido o risa, su mirada te paralizaba y te sermoneaba sobre lo que es una biblioteca y por qué prácticamente como adolescente risueño o curioso no eras bienvenido.

¿Vemos como la escuela secundaria puede alejarnos de los hábitos de la lectura y la escritura? Seguramente si el lector nació en los 90 como yo, sabrá de una manera nostálgica lo que trato de decir.

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