"La Influencia De Shakespeare: Críticas Y Reescrituras".
Enviado por FittoBarrio • 5 de Septiembre de 2012 • 1.504 Palabras (7 Páginas) • 1.068 Visitas
Un éxito no se abandona
“La influencia de Shakespeare: críticas y reescrituras”.
“Dos o tres ideas propias que valgan la pena,
deber ser todo lo que le está permitido a un hombre de genio.
Lo demás son influencias, lecturas olvidadas, mala memoria.”
Abelardo Castillo
Mucho se ha escrito sobre la obra de William Shakespeare y tanto más se han rescrito sus historias a lo largo del tiempo y la geografía desde que el bardo inglés comenzó a popularizarse en la insipiente escena teatral isabelina. En el presente trabajo intentaremos abordar la idea de que toda crítica y rescritura es, consciente o inconscientemente, un homenaje al creador de Hamblet, El Rey Lear, Othello, Romeo y Julieta y Sueño de una noche de verano entre otras.
Desde la crítica se lo ha elevado a la categoría de profeta o la divinidad misma; se lo ha denostado y puesto en duda su autoría de tantas páginas memorables o se lo ha calificado como una pluma más con aceptable éxito en su época y que dejó algunas formulas ganadoras para sus predecesores.
Empecemos por este último grupo que en general se compone por escritores y dramaturgos que disfrazan su admiración por Shakespeare bajo un manto de supuesta indiferencia ante el gigante que para muchos otros es el británico.
Ben Jonson, quien estrenó su primera obra de teatro original (Cada uno con su humor 1598) en la Compañía de Lord Chamberlain y con Shakespeare en el reparto, escribiría años más tarde:
Recuerdo que los actores solían repetir, como hecho honroso para Shakespeare,
el que en sus escritos (cualesquiera fuesen) nunca borró una línea. Mi respuesta
ha sido, ojalá hubiese borrado mil. Lo cual fue considerado una frase malévola.
No le hubiese contado esto a la posteridad si no fuese por la ignorancia de
aquellos que, para alabar a su amigo, eligieron aquel rasgo suyo que lo indujo a
mayores errores. Y para justificar mi propia buena fe (pues amé a este hombre y
honro su memoria- sin llegar a la idolatría- tanto como cualquiera). (…) Era
plenamente dueño de su ingenio; ojalá lo hubiera sido también de su manejo.
Muchas veces cayó en lo ridículo.
Si bien Jonson logró prestigio como dramaturgo entre sus contemporáneos a través de una veintena de obras entre las que se destacan las brillantes comedias, algunas mascaradas y un par de tragedias; de su pluma solo nos resuena en nuestros días El Alquimista. Su mayor legado a la dramaturgia universal se halla en sus trabajos críticos que influyeron ampliamente en la literatura inglesa desde el reinado de Jacobo I hasta bien entrado el siglo XX. A través de esta tarea intentó perfeccionar el drama inglés como forma literaria aplicando las estructuras y reglas clásicas, luchó contra la mezcla de tragedia y comedia, y fue un activo abogado de los principios del drama establecidos por Aristóteles, que elogió a expensas de la flexibilidad y las propiedades improvisadoras de dramaturgos como Shakespeare.
George Bernard Shaw intenta despegarse del iracundo Jonson pero no logra escapar al error que le marca Bloom a muchos dramaturgos de hablar del bardo desde ellos mismos alegando que nunca intentó escribir una comedia al estilo de Cómo gusteis sino que escribió varias mucho mejores puesto que Shakespeare escribía lo que de manera magistral pero siempre mirando el interés del inculto público de su época:
La finalidad de los negocios de Shakespeare era la de ganar el dinero suficiente para
adquirir tierras en Stratford y retirarse como propietario rural, con escudo de armas y buena
reputación en la región;y ésta no era la ambición de un advenedizo, sino el camino natural
para un miembro de la muy respetable, aunque provisoriamente
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