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La Linares" y "María Joaquina en la vida y en la muerte


Enviado por   •  29 de Julio de 2020  •  Ensayo  •  1.301 Palabras (6 Páginas)  •  569 Visitas

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 Semejanzas y Diferencias entre los Personajes Femeninos de las Obras “La Linares” y “María Joaquina en la Vida y la Muerte”

A través de los años, el papel de la mujer en la sociedad ha ido progresando de manera exponencial. Desde luchar por sus derechos hasta exigir un papel más activo en la colectividad laboral, la independencia de la mujer se ha visto restaurada en gran parte, aunque aún existan países en que sea tratada como un mero objeto de comercio. Considerando lo anterior como un precedente, surgen en mis los siguientes cuestionamientos: ¿Es la sociedad, con sus costumbres y reglas, la que condena y somete a la mujer? o ¿Son acaso las mismas féminas quienes condenan a sus iguales en género, aislándolas por el simple hecho de no seguir los esquemas muchas veces impuestos por los hombres? Sea cual fuere la respuesta a mis cavilaciones, el presente ensayo abordará a dos personajes femeninos de distintos contextos históricos, pero semejantes y unidas por las problemáticas sociales que vivieron.

Los libros son herramientas maravillosas, capaces de transmitir un sinfín de sentimientos al lector. Tal es el caso de la obra “María Joaquina en la vida y en la muerte” escrita por el autor Jorge Dávila. Dentro de sus páginas encontramos la relación incestuosa entre tío y sobrina, las emociones más humanas que muchas veces deseamos ocultar como lo son: la lujuria, el egoísmo, la vanidad, la crueldad, entre otras. María Joaquina, personaje inspirado en Marietta de Veintimilla, es una joven de extrema belleza; culta y refinada debido larga estadía en Europa, razón por la que no creció bajo la tutela de una madre o la guía y consejos de un padre. Todo esto no hará más que convertirla en el centro de atención de los ciudadanos de aquella sociedad moralista y hasta cierto punto hipócrita; y al mismo tiempo, despertaría un deseo pecaminoso en su tío, José De Santis, personaje que ocasionará dolor y sufrimiento a María Joaquina. Ella se verá impedida de repudiarlo debido a los lujos que conllevaba tener una relación incestuosa con él.

Se dice que la literatura muchas veces parte de la realidad, un claro ejemplo de esto es la obra “La Linares” escrita por Iván Égüez. En su narrativa el autor toma eventos importantes para la historia ecuatoriana a lo largo de las décadas entre 1920 y 1950. Es gracias a esto que podemos ubicar a María Linares en la época de 1940, donde la sociedad quiteña la admiraba y a la vez la despreciaba. El misterio de su nacimiento, ser acreedora de una gran fortuna y contar con una inigualable belleza; hacían de ella una mujer con el ego encendido, que sabía que era el centro de atención y lo disfrutaba. A pesar de haber sido casada a temprana edad, nadie pudo detener ese ímpetu liberal que era parte de su personalidad. Todo lo anteriormente nombrado sería el motivo de envidias y las habladurías, fomentando la imagen de mujer fatal y promiscua de este personaje.

La Linares y María Joaquina guardan un hilo que las ata y esto es que ambos personajes se convirtieron rápidamente en la comidilla del pueblo, aunque esto se dio en dos enfoques totalmente distintos. Por un lado, María Linares se sabía hermosa y poco le importaba la fama de promiscua que el pueblo quiteño le daba; en la otra mano, tenemos a María Joaquina, quien sin haber siquiera puesto un pie en territorio nacional ya era protagonista de varias historias sobre su belleza e inteligencia. No solo comparten este particular hecho, sino que además su psique guarda cierta similitud. Ejemplo de esto es que en ambas féminas se aprecia un alto nivel de vanidad. María Joaquina amaba los lujos que su tío le proporcionaba, mientras que María Linares disfrutaba de ver como sus devotos pretendientes hacían hasta lo imposible para poseerla.

Una vez establecidas las similitudes, creo conveniente nombrar el contraste más importante entre ambas historias, la personalidad. María Joaquina se muestra ante nosotros como una mujer coqueta, que inició un fuego que rápidamente la consumió. Esto puede observarse en la escena de la inauguración del Teatro Sucre, lugar donde ella misma sería usada como pago por todos los caprichos que su tío le había complacido:

Agazapado en mi vientre el animal, agazapado “eeeeleison, eleison”, mis

manos buscan las cortinas rojo y oro, sus ojos chispeantes me perforan el

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