La Narrativa Modernista De Gutiérrez Nájera

La narrativa modernista. Manuel Gutiérrez Nájera

Al trabajar el escritor para el mercado periodístico se condiciona su independencia creativa, en distintos niveles pero, el periódico, el editor, los lectores, las necesidades sociales, todo esto condiciona el ejercicio narrativo. A su vez los cuentos deben adaptarse a estas necesidades, el autor debe aceptar las condicionantes pero a su vez debe imponer ciertos criterios y por supuesto su estilo.

El estilo impuesto por el autor es la posibilidad de expresar inquietudes distantes del mero hecho de informar, estas corresponden a un orden intelectual y artístico, exponer ideas propias, distantes de la nota periodística, ofrecer una visión del mundo. La imaginación debe ponderarse, el acto creativo, espacios para inventar, recreara y fantasear, eso atrae al lector. El estilo se denota, característica de la literatura del modernismo, un estilo nuevo.

En el caso de Manuel Gutiérrez Nájera, es un reflejo de la humanidad, o de lo que él considera la características de lo que hace un humano, un humano, la subjetividad y la emotividad puesta de manifiesto.

Como tal combinar estas manifestaciones artísticas, estas narraciones son parte de un proceso donde se profesionaliza al escritor, su popularidad, y por lo tanto sus ingresos, dependerán de ello.

Gutiérrez Nájera, profesionalizó, por así decirlo, el escritor a través del periodismo. El autor comercializará con su intelecto y habilidad, su escritura, su producto, será puesto en venta, cobrará por sus textos y se convertirá en un artista asalariado a través del periodismo que será su medio laboral y de difusión, formará parte de un círculo económico y formará parte de otros y al medio editorial. Con este producto para el consumo del lector la literatura se transforma.

Gutiérrez Nájera dijo:

“Los escritos, como todas las mercancías, sufren la ley de la oferta y la demanda”

La prensa es el medio de consolidación de la literatura de finales del siglo XIX, de su trascendencia y de la necesidad de su existencia dependió la difusión de la narratología, y por otro lado la presencia de escritos con ciertas características explica la semejanza entre ideas y temas en el género.

La prensa del siglo XIX y XX tiene una importancia enorme en la cultura social de la época, su carácter accesible al público en general, la visión de la vida cotidiana al alcance de todos, obtiene un lugar privilegiado a diferencia del libro, lo que lo convierte en un medio de información general y de conocimientos culturales. Por ello, la misma prensa se vio afectada y afectó el proceso de modernización.

Como se ha dicho la literatura se hace dentro del periodismo casi en su totalidad, se crean espacios para la generación y creación literaria, donde aparecen expresiones como las crónicas, las cartas, poemas y por supuesto cuentos. Estas expresiones añadían mayor plusvalía a la redacción, signo de elegancia y de prestigio, mayor crédito cultural y por ende mayor cantidad de lectores.

Estas expresiones, que se dirigían a la prensa, tienen características diferentes a estos medios pero se alimentan de varias de sus ideas, esto se convierte en un ejercicio estilístico que deriva en una prosa diferente a la periodística que se utilizaba en ese tiempo, con una composición tiene el sello de la época pero conforman una identidad diferente, colectiva y social, la orientación del modernismo de fin de siglo, lo cual los ingresa a participar en el mercado literario de la época.

Ahora, ese es el medio por el que se da a conocer el trabajo de un autor, hablar de su trabajo, es otro asunto. En sus relatos se evitan las descripciones con mucho detalle de cómo son físicamente sus personajes, incluso llega a evitar describir en lo absoluto las características de sus personajes, y si llega a hacerlo, no es de modo rutinario y casi siempre con un carácter meramente informativo. Lo trascendente para Gutiérrez Nájera es lo trascendental de la vida, la trascendencia de la humanidad en la vida misma.

La excepción sería quizá, la Novela del tranvía, donde las descripciones de los personajes son importantes, pero en un aspecto de poner de manifiesto sus intenciones, su humanidad, aun así estas descripciones son hechas desde la subjetividad del narrador, ya que en la mente de este se desarrollan las historias, no en las características propias de los demás personajes.

La narrativa corta de Nájera es concordante con la narrativa del modernismo de su época, no permite una complejidad más abrumadora como en la novela, la temática es muy discriminativa al utilizar sólo los aspectos inherentes a comunicar al lector sólo rasgos personificados de los protagonistas, además de sus pensamientos casi nunca se sabe de ellos en el aspecto social.

Las tendencias de las expresiones que se usaban a fin de siglo siguen las tendencias estilísticas de la época, es decir hay una cierta continuidad como la novedad, atracción, velocidad, shock, rareza, intensidad, sensación, lo que se encontraba en el arte modernista.

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