La Pregunta Acerca De La Filosofia
Enviado por maaalvii • 29 de Agosto de 2012 • 2.068 Palabras (9 Páginas) • 842 Visitas
La pregunta acerca de la filosofía/s
Ante la pregunta como puedo yo pensar la filosofía/s surgen respuestas y creo que aquí radica la base de la filosofía que yo definiría como el universo de preguntas/respuestas acerca de todo lo que me resulta extraño y no, en la vida del hombre como sujeto-sujetado a ordenamientos históricos, políticos, culturales y singulares (su vida personal).
Pero voy a aclarar, porqué preguntas/respuestas?
Si analizamos la vida de un niño hasta sus 5 o 6 años, que es la etapa donde adquiere muchos conocimientos veo que la mayoría de ellos los aprende (incorpora para sí) a través de la pregunta ( “y por qué?) . Entonces la forma de conocimiento que plantea Pablo Freire no es más que un reflejo del ser humano que luego atrofia con el tiempo y que deberíamos volver a desarrollar si queremos seguir aprendiendo.
Pero, hacernos preguntas acerca de qué?
En esto Leopoldo Zea nos dice que nos preguntamos acerca de todos los objetos que nos resultan extraños, porque los ignoramos, los que están fuera de ese horizonte conocido pero que la filosofía surge cuando nos extrañamos por la totalidad. Y porqué preguntarnos sobre lo que no nos resulta extraño también? Se supone que el horizonte “conocido” no da lugar a análisis.
Este era mi error hasta hace dos meses. Entré a “estudiar” filosofía creyendo que el horizonte conocido estaba bien, porque me daba “seguridad” y hasta “comodidad” seguir pensando como pensaba.
Pero comencé a hacerme preguntas acerca de la totalidad como dice Leopoldo Zea y me di cuenta que mi horizonte cambió. Lo que creía objetos familiares pasaron a ser extraños y comencé a plantearme preguntas acerca de la totalidad, hice crisis.
Entonces me pregunté ¿Es necesario llegar a perder el horizonte para reconstruir uno nuevo?
Sí, porque según Leopoldo Zea, la pérdida de esa totalidad es la que produce la crisis, cambia el sentido de las cosas, hay un nuevo orden de la totalidad.
La filosofía es o no es dentro del horizonte que le es peculiar, propio.
La filosofía es un afán de saber, acerca de qué?
Ahora nos encontramos con otro conflicto, la respuesta a ese “que” es la que da origen a las filosofías. Entonces me doy cuenta que no puedo “encerrar” la filosofía dentro de una definición porque siempre la excede. Porque las respuestas-verdades de una filosofía cambian según el lugar geográfico, y según el tiempo. Lo que era “la verdad” en la antigüedad ya no lo es hoy y tal vez esta maleabilidad de la filosofía es la que torna a la misma tan interesante en este tiempo porque me permite hacer filosofía “localista”, la filosofía de mi país y latinoamericana. Poder contrarrestar el discurso que según Sánchez Vázquez instala el poder que dice: la filosofía es impráctica, inútil porque no es rentable al mercado. Recorta sus alas para que vuelen a sus anchas las disciplinas gratas al mercado.
Entonces me encuentro, yo una “donnadie” intentando hacer filosofía ya no espontánea sino crítica ( como dice Antonio Gramsi) y parándome orgullosa ante el poder diciendo “acá estoy, no lucren con el discurso, no me lo “vendan” como único y veraz, porque ahora estoy aprendiendo a “leer” sus discursos y no los “compro”. Como dice Gramsi quiero elaborar mi propia concepción del mundo, conciente y crítica, esforzar mi cerebro. Quiero participar en la producción de la historia del mundo, ser guía de mi mismo y moldear yo mi propia personalidad.
Esta es la filosofía que pretendo aprender y hacer, partiendo de la base de que los discursos del poder no son “neutros” ni “transparentes” como dice Foucault. Esa filosofía que no es un derecho exclusivo de un sector privilegiado. Entender los discursos en mi ámbito de estudio sobre las teorías del derecho para no revivir los dinosaurios que ya se extinguieron. Pensar al sujeto desde la cultura y no desde la razón. Entonces entiendo que el sistema jurídico individualista del capitalismo (teorías jusnaturalistas, positivistas, puras etc) “ya fue” como diría la juventud, pero hizo estragos en la mente de los estudiantes/ profesionales (y aún lo sigue haciendo).
Entonces surge la pregunta: ¿Qué alfabetización/educación estamos recibiendo? ¿Solo como una lectura de la palabra? (Paulo Freire)
Estamos recibiendo un saber riguroso científico pero con un discurso “adecuado” al pensamiento de cada profesor y su cátedra que no es más que repeticiones de discursos del poder reinante (ideología).
Entonces concluyo “el saber es poder” pero ojo! No se descuiden los poderosos porque puede haber “alguien” que nos haga entender lo que esconden los discursos, el “Qué decimos cuando decimos”, como ocurre en esta cátedra a mi entender. Educar para la libertad, educar teniendo en cuenta la lectura del mundo (Freire).
¡Ésta es la filosofía que yo quiero, la que sacude mis estructuras mentales!
Esa lectura del mundo no lleva a pensar entonces en el sujeto de la filosofía. Ese sujeto que es el ser humano pero como sujeto en la sociedad con determinados “límites”. Por eso decimos un sujeto-sujetado a ordenamientos: históricos, políticos, culturales y singulares. Tomar distancia del objeto para ver mejor (Gramsi). Sujetos-sujetados no determinados pero sí condicionados (Heráclito)
Sujetos históricos porque como dice Freire, todo conocimiento surge en la historia, jamás fuera de ella. La historia de grupos o sociedad determinada. La historia de “la verdad” a través del tiempo nos marca sin duda como influyen los procesos históricos de una sociedad en los condicionamientos del sujeto. Las teorías históricas del derecho siguen aún hoy condicionando al sujeto.
Pero quién es este sujeto en nuestra historia? El sujeto latinoamericano pero el colonizado, el “dominado”.
Se nos presenta aquí un sujeto cultural, un sujeto-sociedad y ya no individual. En lugar de “lo mío y lo tuyo”, sería “lo nuestro y lo ajeno” (Bonfil Batalla)
Ese ser que ha llegado a creer que la cultura ajena le es propia porque se la imponen así los grupos de poder. Sufre una enajenación que por la repetición de los discursos le ha hecho hasta repeler su propia cultura. Este es el sujeto que deberá defender su identidad y centrar en esto su más alta esperanza de liberación. (Columbres) y nosotros debemos contribuir a que esto no sea solo un deseo, un anhelo o un discurso de repetición más que oculte la solución. Porque como profesionales del derecho tendremos en nuestra mano hacer que el derecho se acerque y sea conocido por estos sujetos
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