La acción de “La muerte de un viajante”

La vida es un libro escrito por algunos sin conocer el argumento, quienes a su vez pudieron haber leído del libro de otros, y así sucesivamente, y cada uno de nosotros viene a esta vida a tratar de entender cómo realizar su mejor texto, que pueda ser emulado o cuestionado por otros o por los nuestros, llámense familia, hijos, etc. Es el caso de Willy Loman, en la obra “Muerte de un viajante”, del autor Arthur Miller. Willy, supuestamente bien posesionado económicamente, pero que, por cosas de la vida, sufrirá un revés en su situación vital, lo cual afectará su estabilidad laboral y buscará una solución a dicha crisis, en su hijo Biff, en quien pone toda su esperanza.

Pero todo esfuerzo se verá trunco y revestido de la mentira, de ahí que surja la siguiente interrogante, ¿Cómo y por qué un grupo social dado se representa de determinada manera? Este inquietante cuestionamiento será abordado en el presente ensayo, dado el desenlace fatal en la vida de Willy. Para ello abordaré cada uno de los enfoques planteados y buscaré sustentar los argumentos de la temática con citas textuales, en las cuales pueda desentrañar la determinación final a la que llega Willy, y así poder entender, cómo y por qué cada uno de nosotros debe reflexionar sobre su propia representación.

La acción de “La muerte de un viajante”, tiene lugar en la casa y el patio de Willy Loman y en los diversos lugares que este visita, en Nueva York y Boston actuales. Willy Loman, el viajante, entra por la derecha, llevando dos grandes maletas. Se oye el sonido de una flauta. Él oye la música, pero no parece darse cuenta. Rebasa los sesenta años de edad y viste discretamente. Cuando cruza el escenario hacia la entrada de la casa, se evidencia su cansancio. Abre la puerta, entra en la cocina y deja aliviado su carga, sintiendo las palmas doloridas. Brota de sus labios una palabra que es, al mismo tiempo, un suspiro, tal vez «¡Señor, Señor!». Cierra la puerta y lleva las maletas a la sala de estar. Linda, su esposa, casi siempre es jovial, y reprime férreamente sus objeciones al comportamiento de Willy. Le ama con locura, le admira, como si la volubilidad de Willy, su mal genio, sus grandes sueños y sus pequeñas crueldades tan sólo fuesen para ella incisivos recordatorios de los turbulentos anhelos de su marido y, si bien ella comparte tales anhelos, carece del temperamento necesario para expresarlos y seguirlos hasta el final. Tienen dos hijos, los cuales no se involucran directamente con la realidad de sus padres, muy a pesar que ya son personas adultas. Todo ello agudizará la crisis de Willy, pues decepcionado de su hijo Biff, y después de fallidos intentos de suicidio, terminará ejecutando dicha decisión.

Esta realidad de situaciones adversas en los padres de familia, muchas veces acarrean finales inesperados, pues es tanta la presión a la que se someten, que sin darse cuenta van perdiendo su vigor y el sentido de su vida, es decir, solo se van cerrando toda la posibilidad de poder llegar a una solución de las adversidades dela vida.

Este regreso de Willy y su presencia ante su esposa, lo lleva a tener que declarar su real situación vital, los cambios sufridos en su persona, los cuales le están haciendo mella, y termina revelando su estado así: “¡Y entonces, de repente, me fui a la cuneta! Créeme, me había olvidado por completo de que estaba conduciendo. Si me hubiera desviado al otro carril podría haber matado a alguien. Bueno, seguí adelante, y al cabo de cinco minutos ya estaba soñando de nuevo, y por poco... (Se aprieta los ojos con dos dedos.) Qué pensamientos tengo, qué pensamientos tan extraños...”

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