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“La economía”. Capítulo 9 del libro: “Economía humanista. Algo más que cifras”


Enviado por   •  3 de Marzo de 2016  •  Trabajo  •  1.322 Palabras (6 Páginas)  •  624 Visitas

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BIOGRAFÍA PROFESIONAL:

José Luis Sampedro Sáez, (Barcelona, 1 de febrero de 1917 – Madrid, 8 de abril de 2013) fue escritor, profesor y economista (por ese orden, según sus propias preferencias). Pasó su infancia en Tánger hasta 1930. En 1935 termina sus estudios de Aduanas y es destinado a Santander, ciudad donde inicia su época literaria y le sorprende la Guerra Civil.

Trabajó para el Ministerio de Hacienda (1944-1957), y en 1947, se licencia en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid, obteniendo el Premio Extraordinario. Ese mismo año comienza a trabajar en el Banco Exterior de España (1947-1967), llegando a ser Subdirector General (1962-1967) y, más tarde, economista asesor (1976-1981).

Impartió clases en la Universidad Complutense (1947-1971), donde llegó a ser catedrático de Estructura Económica (1955-1969); fue docente en diversas universidades extranjeras (1969-1970), y volvió a incorporarse al Ministerio de Hacienda (1971-1979). Fue nombrado Senador, por designación real, de 1977 a 1979.

Siempre escribió y a partir de su jubilación consigue grandes éxitos con obras como “Octubre, octubre”, “La sonrisa etrusca”  o “La vieja sirena”. En 1990 fue nombrado miembro de la Real Academia Española; en 2010 se le otorgó la Orden de las Artes y las Letras de España y en 2011 recibió el Premio Nacional de las Letras Españolas.

SÍNTESIS DE LA LECTURA:

Se trata de un texto divulgativo sobre los aspectos principales de la “realidad económica” (naturaleza, actores y bienes, etc), así como de su estructuración a través de la denominada economía de mercado explicando, a grandes rasgos, tanto su funcionamiento como los principales defectos y virtudes de este sistema, y todo ello, analizado desde la perspectiva de su influencia sobre el ser humano, de sus condiciones de vida y su realización personal.

Por tanto el texto no es un tratado de economía al uso (entendido como análisis científico o exhaustivo) sino más bien una explicación, muy pedagógica, para que el ciudadano medio conozca los aspectos más significativos de la economía de mercado y  su influencia tanto en su vida personal como en la sociedad.

Así, según Sampedro, no se puede reducir a economía la  vida humana, ello a pesar de que la mayor parte de nuestras actividades sociales tengan repercusiones económicas.

En la realidad económica tres son los actores principales:

  1. Los consumidores (individuos o familias)
  2. Las empresas o productores (individuos o mercantiles)
  3. Los gobiernos.

La forma en que se relacionan estos actores (intercambio de bienes)  es simple: las empresas abastecen las demandas de los consumidores dentro del marco regulador que establecen los gobiernos.

Esta separación no es categórica por cuanto los consumidores también son productores (fundamentalmente de trabajo), los integrantes de las empresas son consumidores en su vida personal y los gobiernos actúan, además, en ocasiones como consumidores y en otras como productores (sobre todo de servicios públicos) y son sensibles a las influencias de los otros dos (de los votos de los consumidores y de los intereses empresariales).

En cuanto a los objetos de cambio, en la realidad económica, también se pueden dividir en tres grupos:

  1. Recursos naturales
  2. Trabajo humano
  3. Los instrumentos o capital (herramientas, dinero, etc)

Mención especial merece el dinero porque, además de instrumento, es usado por los consumidores para este intercambio de bienes y sin él solo sería posible el trueque directo y no existiría el mercado.

Los actores y bienes participantes en la realidad económica se ordenan y relacionan dentro de lo que se denomina economía de mercado (explicada por Adam Smith en 1776) o simplemente mercado.

El mercado, además de al dinero, está íntimamente ligado a la división del trabajo que es la responsable del progreso social y hace necesario múltiples intercambios.

Así el mercado decide qué bienes van a producirse, para quién se van a producir y de qué manera se van a obtener, teniendo en cuenta para ello la demanda de los consumidores. De igual forma el mercado regula los precios a aplicar a los bienes o servicios intercambiados en función de la oferta y demanda existentes.

Visto así el mercado parece ser un mecanismo perfecto que racionaliza los recursos y obtiene unos productos al mejor precio posible, pero no es cierto por cuanto el mismo se mueve con el exclusivo objetivo de la obtención de beneficios por parte de las empresas, lo que unido a la existencia de monopolios hacen que no se consiga, en la práctica, sus objetivos.

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