La importancia de la madre en la sociedad mexicana

“La importancia de la madre en la sociedad mexicana”

Las madres siempre han sido vistas como las forjadoras de los hijos y aunque a veces injustamente recae en ellas toda la responsabilidad de su crianza no cabe duda que desde fechas remotas ellas han jugado un papel importante y sido la clave para que hechos históricos importantes siguieran su curso de  la manera que lo hicieron; la obra Las manos de mamá de Nelle Capoello nos acerca a través de sus narración a las experiencias de una niña nacida durante la revolución y de la cual su madre y el amor que le tenía, fue todo lo que tuvo.

     “Había guerra, había hambre y todo lo que hay en los pueblos chicos. Nosotros solo teníamos a mamá” (Nelle Capoello 1937 pag 183). En esta frase podemos notar de inmediato la importancia de una figura materna ya que el esfuerzo de esta madre era lo único necesario para que esta niña sobreviviera en una familia con grandes carencias durante una de las épocas más sangrientas del país.

     “nuestra realidad era una tortilla redonda de harina, una taza ancha de café” (Nelle Capoello 1937 pag 183). Por lo que sabemos el futuro de los nacidos durante la revolución mexicana era decidido por el tipo de familia donde nacían, siendo los más adinerados los que gozaban de lujos y seguridad mientras que en contraste, los niños nacidos en cierras carecían de cosas que desconocían, como juguetes, ropa hecha por otras personas, incluso una dieta diversa siendo compensadas por los beneficios de la fortaleza en su cuerpos.

     “Nos hizo ignorar la ciudad justamente en el tiempo que lo necesitábamos y nos dio la vida que nuestros huesos pedían” (Nelle Capoello 1937 pag 188). Esta frase nos hace reflexionar y entender la situación que se vivía durante la revolución mexicana. Los padres y hermanos se alejaban de sus familias para ir a una batalla de donde no se regresaba, dejando a las madres a cargo de los infantes incapaces de seguir los pasos de los mayores, estos infantes comían, vestían y se desarrollaban conforme a lo que podían ofrecerles. El apego a sus madres los hacía seguirla a donde quiera que fuesen y afligirse a la más mínima falta de ésta,  que les demostraba su amor con acciones simples, darles la comida que ella necesitaba pero no quería, coser la ropa con la que jugaban por horas a  diario o manifestar el doble de fortaleza de la que posee con tal de permanecer junto a ellos.

     “ahora sé lo grande que era el poder de su falda y el poder de sus manos” (Nelle Capoello 1937 pag 200). Los niños que crecieron durante este periodo lo hicieron en un ambiente hostil donde se respiraba el aroma de sufrimiento y muerte, donde la bondad y felicidad eran inimaginables, sin embargo estas últimas sensaciones podían ser encontradas al refugiarse en el amor de mamá quienes hacían hasta lo imposible para alejar a los hijos de un destino cruel traído por la guerra.    

     “se veía tan bien, me parecía tan hermosa que no la comparaba con vírgenes, no con ángeles, la comparaba con Ella misma” (Nelle Capoello 1937 pag 204). Con la escasez, la muerte y el agotamiento, los buenos  sentimientos se desvanecen, menos uno, el amor de una hija a su madre que a pesar de tener que haber vivido entre constante sonidos de disparos, cañones y escenarios de muerte, nunca dejó de describir a su madre como una mujer fuerte, hermosa y bondadosa, quien a pesar de su corta edad, aprendió y miró el ejemplo de la mujer en la que quería convertirse demostrando que el amor de una madre es vital en cualquier época.  

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