La mujer en veblen.
Enviado por Lupfite • 28 de Septiembre de 2016 • Apuntes • 1.402 Palabras (6 Páginas) • 230 Visitas
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CHIAPAS[pic 1]
FACULTAD DE DERECHO CAMPUS III
“La Mujer en Veblen”
______ Naturaleza del Conocimiento ______
Materia
LIC. Jorge Díaz Olivares
Catedrático
Yaritzel Guadalupe Salazar Reyes
Alumno (a)
Semestre: 1°- Grupo: “C” Turno: Matutino
San Cristóbal de las Casas, Chiapas, a 19 de Septiembre de 2016
LA MUJER EN VEBLEN
En la teoría de la clase ociosa escrita por Veblen, la mujer era el principal representante del significado de desigualdad, humillación y sumisión.
Esta pierde toda su dignidad ante el hombre ocioso, a la mujer se le aplica ante todo el principio de “Tanto Vales Cuanto Tienes” pero refiriéndose en éste caso en particular a lo que su marido es capaz de poseer; no tiene ningún derecho a opinar, es posesión únicamente del marido y el matrimonio se convierte en un beneficio para la mujer, lo que propicia que el hombre eleve a la mujer al nivel de la nobleza de él y nada más que eso “esto significa que no vale por sí misma”.
Esto se da en una particularidad, la mujer tiene que ser capaz de dejarlo todo sin duda alguna, una de esas cosas son sus apellidos, para pasar a ser posesión del marido por lo que es plasmado con la incorporación del apellido de su esposo al nombre de su mujer.
“Tanto vales cuanto tu esposo tenga” esta es la situación en la que vive una mujer que nace siendo ya una esclava, pues es ya imaginable como algo mucho peor que la mujer de un ocioso (noble).
El lugar de desarrollo y administración de toda su vida es única y exclusivamente la casa u hogar, convertirse en pocas palabras, en una sirvienta de las sirvientas, no hay ni habrá ninguna distinción entre la servidumbre y la esposa del ocioso.
La mujer no tenía participación en ninguna cuestión social, económica, jurídica o cultural.
El mismo hombre es el encargado de indicarle a la mujer cuál será su moda, estilo, además era el que aleccionaba la postura y apariencia que debía tener ya sea física-material, pero obviamente nunca olvidando que ésta debería ser el principal reflejo de lo que su esposo era, un Noble de Primera y a su vez es convertida a un producto y forma de competencia que sostendrá con las esposas de los demás ociosos.
La ventaja de gastar ostensiblemente en vestir, es que los vestidos están siempre de manifiesto y ofrecen al observador un indicador de nuestro poder pecuniario a primera vista.
Está tan integrada en nosotros la exigencia en el precio, que las ropas que no sean costosas nos resultan de forma instintiva odiosas.
No criticamos si una prenda es fea o defectuosa, sino que estos adjetivos vayan unidos a que no sea caro.
Si alguna falsificación se descubre, todas las características positivas mencionadas de dicha prenda son derruidas y rechazadas.
Para que el vestido cumpla su función ostentosa ha de demostrar que es caro y que su usuario no se dedica a ningún trabajo productivo. Los vestidos elegantes demuestran su elegancia no sólo por ser caros, sino por ser símbolo de ocio.
El traje de las mujeres demuestra de una forma más clara la exención del trabajo debido a su peculiaridad. No importa si el vestido hace perder atractivo si con ello se hace ganar reputación.
Si la moda es considerada más bella, se la considera más cara. En cuanto que la moda es menos estable, se atribuye el principio de derroche ostensible, mientras que si la moda es más estable, se atribuye el de ocio ostensible.
Los cambios de moda exigen un nuevo estilo que ha de conformarse a las exigencias de un derroche y una futilidad susceptibles de contribuir a realzar la reputación.
La gente adopta las nuevas modas para sentirse diferente. La belleza de las modas es transitoria y eso se pone de manifiesto al no resistir estas mucho tiempo.
La reputación exige que el vestido muestre el gasto derrochador.
Las mujeres de las clases más pobres no emplean habitualmente el vestido espectacular salvo días de fiesta como imitación de los cánones de honor de una clase superior.
El corsé era, hasta hace relativamente poco, signo inequívoco de reputación pecuniaria.
En el caso en que las personas se convirtieran en “nuevos ricos”, en su etapa de desembarazamiento de los cánones plebeyos, se usa el corsé como muestra de clase pecuniaria superior.
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