La neumonía es una inflamación o infección de los pulmones que puede deberse a muchos factores
Enviado por Ernesto Dominguez • 17 de Noviembre de 2017 • Práctica o problema • 1.188 Palabras (5 Páginas) • 169 Visitas
La neumonía es la primera causa de muerte de los ancianos. Muchas estadísticas que mencionan el número de casos de neumonía son anacrónicas, pero en 1996 se comunicaron alrededor de 4.8 millones de casos y en el año 2000 hubo más de 63 000 defunciones en EE.UU. debidos a esta enfermedad (American Lung Association, 2003).
La mayoría de esos casos inciden en personas de 65 años o más, siendo el riesgo de muerte por neumonía 5-10 veces mayor en los ancianos que en los adultos más jóvenes (Kennedy-Malone, Fletcher y Planck, 2000).
FACTORES DE RIESGO
La neumonía es una inflamación o infección de los pulmones que puede deberse a muchos factores, incluidas las bacterias, virus y la aspiración.
Se considera que la vejez es especialmente un factor de riesgo para la neumonía, y aún más si el paciente sufre la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), ICC, o algún proceso de inmunodepresión, como el SIDA. La incidencia de la neumonía extrahospitalaria en los pacientes de 71-85 años es de 50/1000 al año (Loeb, 2002).
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico se obtiene con una radiografía de tórax, recuentos sanguíneos completos y un cultivo del esputo para precisar el tipo y los agentes causales (si es bacteriana). También se realizan una historia y exploración física completas. La auscultación permite oír estertores crepitantes en los pulmones y otros síntomas frecuentes son el dolor torácico y la disnea.
Los casos de neumonía viral constituyen cerca de la mitad de todos los tipos de neumonía y tienen tendencia a ser menos graves que la forma bacteriana.
SIGNOS Y SINTOMAS
Los síntomas de neumonía viral son: fiebre, tos perruna no productiva, dolores musculares, debilidad y disnea. La neumonía bacteriana puede comenzar de forma brusca o gradual, pero en los ancianos no siempre aparecen los síntomas típicos como escalofríos, dolor torácico, sudores, tos con expectoración o disnea.
En cambio, la confusión mental puede ser un signo adicional. A menudo, la neumonía bacteriana se trata con eficacia si se diagnostica precozmente, y la neumonía viral en general se cura sola (los antibióticos son ineficaces.
cuando la causa es viral), aunque los ancianos pueden estar expuestos a más complicaciones que los adultos jóvenes.
Los antibióticos orales son notablemente útiles en la mayoría de los pacientes de neumonía bacteriana y aunque muchos ancianos tienen que ser hospitalizados, no se ha demostrado que los antibióticos por vía intravenosa (IV) sean necesariamente más eficaces que administrándolos via oral, y cuando se decide el tratamiento IV, las estancias hospitalarias son más prolongadas (Loeb, 2002).
La neumonía de aspiración se debe a la inhalación de materias extrañas en los pulmones, como líquidos o alimentos. Esto ocurre con mayor frecuencia en las personas con trastornos de la deglución (véase el cap. 12 para el estudio de la disfagia) y en los que padecen reflujo gastroesofágico o están inconscientes.
Un peligro especial del que las enfermeras deben estar pendientes es el de los ancianos que se alimentan a través de una sonda. Hay que tener mucho cuidado para evitar que una persona permanezca acostada, durante e inmediatamente después de introducir alimentos por la sonda, porque en ese momento se puede producir una aspiración. Si se mantiene elevada la cabecera de la cama, o mejor aún, se sienta al paciente mientras se le alimenta o recibe nutrición intestinal, se evitará la posible complicación de una neumonía por aspiración. Durante la recuperación de una neumonía hay que animar al anciano a mantenerse en reposo y a tomar líquidos suficientes para fluidificar las secreciones.
Se puede tomar paracetamol o aspirina (si no están contraindicados por otros procesos) para tratar la fiebre y los dolores.
Deben evitarse los contactos con otras personas afectadas por procesos respiratorios contagiosos.
Las complicaciones respiratorias suelen ser las que llevan a la muerte a los ancianos, por tanto, deben estar advertidos de que tienen que informar de cualquier cambio en el estado de su respiración, como son el aumento de la disnea, la fiebre alta, o cualquier otro síntoma que no mejora.
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